Ella una divorciada de 40 años...
Él un rock star de 26... una pareja que no debía formarse, pero aun así... ambos luchan por su amor y la crítica publica.
NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 19
Era domingo por la tarde. El sol comenzaba a caer y una brisa tibia entraba por las ventanas abiertas del departamento. Rous caminaba de un lado a otro del pasillo con las manos entrelazadas. Liam estaba sentado en el sofá, mirando su celular, pero no leía nada. Ambos estaban nerviosos.
Valentina estaba en su cuarto, viendo una película en su tablet. No sabía que ese domingo sería distinto.
—¿Y si lo dejamos para mañana? —dijo Rous, deteniéndose frente a Liam.
Él levantó la mirada.
—¿Y si no? Ya hablamos de esto. Dijimos que lo haríamos juntos.
Ella se mordió el labio. Asintió.
—Tienes razón. No quiero seguir con esta ansiedad… Pero si se enoja, si llora, si me odia…
—Entonces la abrazamos y la escuchamos. No podemos controlar cómo va a reaccionar. Solo podemos ser honestos.
Rous respiró hondo. Caminó hacia la puerta del cuarto de Valentina y golpeó suavemente.
—¿Puedo pasar?
—Sí, mamá —respondió la niña desde adentro.
Ella entró con una sonrisa algo forzada. Liam apareció detrás de ella, quedándose en el marco de la puerta.
—¿Podemos hablar contigo un momento?
Valentina pausó su película y los miró con curiosidad.
—¿Los dos? ¿Qué pasa?
Rous se sentó en la cama. Liam se quedó de pie, pero cerca.
—No pasa nada malo, amor. Solo queremos contarte algo importante —empezó Rous, y le tomó la mano—. Algo que nos involucra a los tres.
La expresión de Valentina cambió un poco. Sabía que cuando los adultos hablaban así, era porque algo serio venía.
—¿Qué hicieron? —preguntó, desconfiada.
Liam soltó una pequeña risa.
—Nada malo. Pero sí es algo… inesperado.
—¿Van a volver a ser novios o algo así?
Rous se quedó un segundo en silencio, sorprendida por lo directa que fue. Liam levantó una ceja.
—¿Por qué preguntas eso?
—Porque llevan días actuando raro… y porque te quedaste a dormir, ¿verdad?
Rous se sonrojó ligeramente. Liam bajó la mirada, sonriendo con discreción.
—Tienes razón, Val —dijo ella—. Las cosas entre nosotros están cambiando. Pero eso no es todo…
—Hay algo más que queremos contarte —agregó Liam—. Algo importante para todos.
Valentina frunció el ceño.
—¿Qué cosa?
Rous tragó saliva. Le apretó la mano.
—Voy a tener un bebé, Valen.
La niña parpadeó varias veces. Se quedó callada, sin saber bien cómo reaccionar.
—¿Qué?
—Estoy embarazada —repitió Rous, más suave—. Me enteré hace unos días, y sé que es algo inesperado. Por eso queríamos contártelo juntos. Porque eres parte de esto.
Valentina bajó la vista. Sus labios se fruncieron un poco, y su expresión pasó rápidamente de la sorpresa al desconcierto.
—¿Vas a tener otro hijo? —preguntó despacio—. ¿Y yo qué? ¿Ahora ya no voy a importar?
—No, mi amor —respondió Rous enseguida, abrazándola—. Tú siempre vas a ser mi hija. Nada va a cambiar eso.
—No es reemplazo de nada ni de nadie —intervino Liam—. Y no queremos que te sientas dejada de lado. Esto no significa que te vamos a querer menos. Al contrario, ahora serás la hermana mayor. Vas a tener a alguien más que te admire tanto como nosotros.
Valentina los miró a ambos. No lloraba, pero sus ojos estaban húmedos. Estaba dolida, confundida. Pero también había una pequeña chispa de curiosidad asomándose.
—¿Cuánto tiempo tiene ese bebé?
—Tres meses —dijo Rous—. Aún es muy pequeño. Ni siquiera sabemos si será niño o niña.
—¿Y me lo iban a esconder?
—Jamás fue esa la intención —dijo Liam con sinceridad—. Solo necesitábamos tiempo para procesarlo nosotros también. Fue una sorpresa.
Valentina bajó la mirada.
—Yo no quiero que todo cambie…
Rous acarició su cabello con ternura.
—Las cosas van a cambiar un poco, sí. Pero eso no es malo. A veces los cambios traen cosas bonitas, aunque al principio asusten. Y tú siempre vas a ser nuestra prioridad.
—¿Nuestra? —repitió la niña, mirando a Liam.
Él se acercó, agachándose para estar a su altura.
—Sí. Mía también. Puede que haya estado ausente un tiempo, pero no me voy a ir. Quiero ser parte de esto. Estar contigo. Cuidarte. Si tú me dejas, claro.
Valentina lo observó por unos segundos que se sintieron eternos.
—No estoy segura de si me caes bien todavía —dijo con total honestidad.
Liam soltó una carcajada suave.
—Eso está bien. Me conformo con que no me odies.
Valentina sonrió apenas.
—Pero vas a tener que demostrar que de verdad vas a estar. No puedes aparecer solo cuando te da la gana.
—Tienes razón —asintió él—. Y lo voy a hacer. Lo prometo.
La niña lo miró, luego miró a Rous.
—¿Va a dormir aquí hoy?
Rous se sonrojó.
—Sí… por hoy.
—Entonces yo elijo la película después —sentenció Valentina, cruzándose de brazos—. Si va a quedarse, que aguante mis gustos.
Los tres rieron. La tensión comenzó a disiparse como un mal sueño al despertar.
—Hecho —dijo Liam—. Soy bueno para aguantar películas raras.
—Te advierto que es de animación japonesa con subtítulos —le dijo Valentina, con una ceja alzada.
—Estoy listo.
Rous no podía creer que aquello hubiese salido tan bien. Claro, aún había muchas conversaciones por delante, muchos ajustes. Pero en ese momento, viendo a su hija reír con Liam y acurrucarse a su lado mientras preparaban la película, sintió que tal vez… solo tal vez… todo podía estar bien.
Valentina se acomodó entre ambos en el sofá, y mientras comenzaba la película, soltó sin mirar a nadie:
—Pero si es niña, no le pongan un nombre ridículo. Nada de “Almendra” o “Luna Cristal”.
Rous y Liam se miraron, conteniendo la risa.
—Anotado —dijo ella—. Tú tendrás voz en eso también.
Y ahí estaban. Los tres. Con miedos, dudas, pero juntos. En familia.
Y eso, por ahora, era suficiente.