Después de la muerte de sora el ángel de la reencarnación, asmodeo planeaba destruir la tierra en señal de venganza, años después sora reencarna en un joven llamado touji quien deberá descubrir su pasado.
NovelToon tiene autorización de Diego chablé para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 19 El malvado plan de osamu
En el pueblo de las leyendas, hace días, habían llegado dos misteriosas personas que buscaban un valioso objeto, ese mismo acontecimiento ocasionó que los habitantes se alarmaran del peligro que podrían ocasionar, cada una de las personas que habitaba se reunían cada tarde en un punto clave para hablar con el oficial pidiendo de su ayuda, no tenían idea de que era lo que buscaban y cual era su objetivo.
Cuando touji puso un pie en el pueblo aquellas personas de alguna forma se enteraron, touji por otro lado se dirigió a una caverna que rin había recomendado por su comida tan exquisita, pero no sé imaginaba que esas mismas personas lo encontrarían.
—Nos vemos de nuevo sora, o prefieres que te llame touji—respondió marith como si ya lo conociera de toda la vida.
—Y pensar que te encontraras aquí también—dijo osamu mientras su cara cambiaba una sonrisa perturbadora.
Aquellas personas que habían rodeado a touji y a makoto, no entendían como los conocían perfectamente, incluso algunos comenzaron a murmurar que tal vez eran compañeros y que todo era un plan para destruir su pueblo natal y así encontrar lo que buscaban.
—¿Quién les ha dicho mí nombre? ¿y cómo que también yo?—preguntó touji mientras retrocedía un paso de ellos.
—Aún no han respondido la otra pregunta de touji—dijo makoto interfiriendo.
—¿Qué buscan en nuestro pueblo?—preguntó rin tratando de alzar una ceja para intimidar.
—Aunque es raro , pero nosotros somos d...—dijo osamu lentamente pero fue interrumpido por marith.
—¡Espera!, no es el momento indicado para decirles aún —interrumpió marith silenciando a osamu.
—Pido disculpa marith, lo dije sin pensar—respondió osamu dándole la razón a su compañera.
—¿Qué tanto buscan en este pueblo?—preguntó touji de nuevo, armándose de valor para enfrentarlos.
—Tenemos el mismo propósito pero diferente meta—respondió osamu burlándose de él.
—Estaremos cerca de ti, y cuando menos te lo esperes atacaremos—la voz de marith era amenazadora, mientras se acercaba lo más posible a touji.
—Debemos irnos marith, y esperar que hagan el trabajo por nosotros—interrumpió osamu rápidamente lleno de celos.
—Nos veremos de nuevo touji y recordarás quien soy realmente—susurró al oído de touji dando un beso en la mejilla.
Al concluir el primer plan osamu y marith salieron rápidamente de la caverna y al haber hablado con touji sabían que estaría alerta a todo tipo de amenaza, y buscaría lo que ellos buscaban, sin embargo, touji no reconoció a marith apesar de ser la reencarnación de sora aún no recordaba nada de su vida pasada, por otro lado el oficial quien los buscaba no pudo hablar y menos mover partes de su cuerpo, era como si su cerebro lo impidiera al sólo sentir su presencia.
—Mi cuerpo no se movió en lo absoluto, es como si hubiera presenciado demonios—dijo el oficial con una voz inquieta finalmente moviendo su cuerpo.
—No dirás que aquellos dos son demonios—respondió rin parpadeando lentamente.
—Al parecer conocen a touji—respondió makoto también.
—Nunca los ví en mi vida, pero si conocen a sora—habló touji lentamente mientras recordaba quienes eran.
—Es suficiente para mí, me voy a casa—respondió el oficial tratando de salir de la caverna.
Las personas que aún rodeaban a touji escucharon la conversación con las personas extrañas, y finalmente se dieron cuenta que no tenían nada que ver con ellos, pero aún temían que regresaran y algunos de ellos resultara herido, cada uno regreso a su lugar para continuar comiendo pero ahora no se sentían seguros.
Al pasar unos minutos touji terminó de degustar su comida, había quedado impresionado con el delicioso sabor del guiso de jabalí, al terminar de pagar su cuenta se marcharon a casa de rin para pasar la noche, al salir de la caverna notaron que comenzaba anochecer, admiraban cada una de las estrellas que aparecían en el cielo y la luz brillante de la luna.
—Mi casa está por allá—señaló rin detrás de nosotros.
—Tu casa es increíble—dijo makoto al percatarse que estaba a unos metros de la caverna.
Touji sólo miraba la casa de rin y sin palabras avanzó dando pasos cortos.
—Pueden entrar a mí casa, son bienvenidos—alagó rin como si se alegrara por nuestra presencia.
Al entrar a la casa de rin fijaron sus miradas en cada rincón y observaban que todo estaba ordenado, lo sorprendente era que ella vivía sola.
—Aquí es en donde pasarán la noche—caminó rin hacía los cuartos para mostrarlos.
Todos estaban cansados por el largo viaje que habían recorrido, lo impactante fueron aquellas personas que se acercaron a touji dentro de la caverna, touji no podía dormir al intentar recordarlos pero sabía que debía descansar para el día siguiente.
—¡Es hora de levantarse bellos durmientes!—entró rin de sorpresa a los cuartos mientras los rayos del sol iluminaban nuestro rostro.
—Cinco minutos más—respondió makoto aún teniendo sueño.
—Es momento de irnos ya—dijo rin tan emocionada que incluso makoto se despertó.
—¿A dónde iremos hoy?—preguntó makoto con la misma emoción de rin.
—Si quieres descubrir tú pasado, iremos a la ruina ancestral—comentó rin ahora con una voz llena de misterio.
—¿Y en donde se encuentra la ruina ancestral?—preguntó touji dudando de poder encontrar algo importante para él.
—¿En dónde se encuentra?—hizo la misma pregunta makoto.
—La ruina ancestral se encuentra al final de la selva que rodea el pueblo—argumentó rin dejando el mapa en una pequeña mesa.
Sin vacilar salieron de la casa rápidamente dirigiéndose a la ruina ancestral, investigarían si encontraban pistas que los acercara más a sora, de repente rin gritó deteniendo el paso.
—¡Alto! ¡Esperen un momento!—gritó rin deteniéndose por un segundo.
—¿Por qué nos detenemos justo ahora?—preguntó touji y makoto al mismo tiempo que volteaban la mirada.
—El mapa—respondió rin mientras buscaba.
—¿Que ocurre con el mapa? ¿Lo has olvidado?—preguntó touji mirando a rin.
—Esperen aquí, vuelvo enseguida—respondió rin dando la vuelta para correr hasta su casa.
Mientras rin se alejaba en cada paso que daba, touji sin darse cuenta que osamu se acercaba a él recibió un golpe fuerte por detrás, cayendo así mismo inconsciente al suelo.
—¿Por qué lo hiciste?, touji despierta—gritó fuerte makoto mientras veía a osamu reírse.
—Ahora vendrás conmigo por las buenas o por las malas—respondió osamu felizmente.
—No tengo más opciones ¿verdad?—dijo makoto lentamente mientras se acercaba a osamu.
Makoto continuaba caminando siendo llevado por osamu, mientras caminaba a lejos miró una pequeña casa con un molino de viento que giraba al compás del viento, rápidamente makoto presintió que algo andaba mal.
Al entrar a la casa osamu sin perder un sólo segundo ató a makoto en una silla de madera, así no podría escapar tan fácil.
—¿Que buscas en mí?—preguntó makoto con una voz temblorosa.
—Tu amigo besó a marith y no lo perdonaré—respondió osamu dando vueltas en si, ideando un malvado plan.
Osamu al responder la pregunta de makoto reveló su verdadera naturaleza, dejando en claro que hablaba en serio, y haría hasta lo más imposible para hacer sufrir a touji por haberle quitado otra vez el amor de marith.
—Eres un asqueroso demonio, debí suponerlo—dijo makoto al fin sabiendo la verdad.
—Cuida tus palabras mocoso insolente, haremos un intercambio, la espada por tú vida—se acercó osamu a él con una sonrisa malvada.
—No te atrevas a tocarle un sólo pelo a touji o lo pagarás con tú vida—respondió makoto con una voz firme.
—No le haré nada a él, pero si no cumple con mí petición no te volverá a ver jamás—la voz de osamu parecía a la de un asesino despiadado.
—Touji te hará pagar si algo me sucede—respondió makoto a la provocación.
Osamu volvió a sonreír una vez más al escuchar la patética respuesta de makoto, giró levemente y comenzó a caminar a la puerta dejándolo encerrado.
—¿A dónde vas?, sácame de aquí—gritó makoto pero no hubo respuesta.
Mientras tanto rin regresaba con el mapa ya en sus manos, cuando de repente miró a touji golpeado en el suelo.
—Touji despierta, makoto a desaparecido—dijo rin despertando a touji.
—Alguien me dió un golpe por detrás—respondió touji mientras se tocaba suave en el lugar que fue golpeado.
—¿En dónde está makoto?—dijo rin de nuevo mirando que no estaba por ningún lado.
—Estaba aquí a mi lado hace un segundo—respondió rápidamente touji aún inconsciente por el golpe.
—Mira touji, una nota debajo de ti—señaló rin debajo de sus pies.
Touji miró la nota debajo de sus pies, y al recogerla y mirar las palabras que estaban escritas se dió cuenta que su amigo corría peligro al ser llevado por osamu, quien revelaba que era un demonio y buscaba venganza por haberle revatado el amor de marith.
En las últimas palabras touji descubrió que osamu y marith buscaban la espada que se ocultaba en el pueblo, y si quería ver de nuevo a su amigo harían un intercambio en aquella casa que poseía un molino de viento.
—¿En dónde está makoto? ¿El se encuentra bien?—preguntó rin agarrando a touji de la camisa.
—Osamu se lo ha llevado y quiere la espada a cambio de su vida—respondió touji con sus manos temblorosas, ocultando el amor que marith sentía por él.
—Perdón por tener que decirlo así, pero sólo es una leyenda que los adultos les cuentan a los niños—habló rin tratando de hacer razonar a touji.
—La espada está escondida en las ruinas ancestral, y está protegida por un guardián—touji haría lo imposible por salvar a su amigo del malvado osamu.
—Si en verdad existe, tenemos un problema—rin comenzó a temblar de sólo pensarlo.
—Haré lo necesario para salvar a mí amigo—no le importó a touji las consecuencias que podrían haber en el camino.
—Las personas que han intentado entrar a las ruinas no logran salir y otros se han vuelto locos— respondió rin asustada.
Un jaguar de piedra se acercó a touji quedándose quieto por unos momentos, mientras lo miraba de cerca a los ojos entendió que quería decirle algo, al final el jaguar tomó rumbo a la selva que rodeaba el pueblo.
—¿Qué extraño jaguar, verdad?—preguntó rin mirando como se alejaba.
—Quiere que lo sigamos—respondió touji con una mirada vacía mirando el futuro.