Tú, Mi Bello Tesoro 2

Eve llegó a mitad de la noche a su casa, después de haber dado un gran show en el club y  haber obtenido una generosa propina. Al entrar a la sala se sorprendió al encontrar a su hermana abrazada del hombre que más detesta en su vida, o al menos eso es lo que ella siempre dice; así que tomó el control remoto, apagó la televisión y se dirigió a su cuarto sin despertar a la pareja.

Por la mañana, Carolina abrió sus ojos y se incorporó rápidamente al ver que estaba encima del pecho del moreno y lo abrazaba con todas sus fuerzas.

⎯ Carito, no te vayas así.⎯ dijo abriendo los ojos y agarrando su mano.⎯ No hicimos nada malo, solo no quedamos dormidos.

⎯ Ya es tarde, tengo que ir a trabajar.⎯ se soltó de su agarre y fue a encerrarse en su cuarto con el corazón palpitando a mil.

Trevor se incorporó, fue al baño y después de hacer sus necesidades, lavó bien su rostro, acomodó su cabello, luego de enjuagar su boca y salió como nuevo; entonces se dirigió a la cocina a preparar un delicioso desayuno.

Él buscó entre los gabinetes café y como era de esperar, en la heladera había muchas delicias, así que apartó un par de bocadillos en un plato, luego exprimió un par de naranjas y preparó un nutritivo jugo natural.

Estaba tan concentrado en su tarea que no vio que la morena estaba a su lado, hasta que le preguntó.

⎯ ¿Qué haces en mi cocina?⎯ interrogó alzando una ceja.

⎯ El desayuno, no vas a ir a trabajar sin antes comer algo.⎯ explicó mientras servía dos tazas de café y se da vuelta para ver a su bella morena en un vestido ajustado al cuerpo y de colores brillantes,  tragó saliva y  le entregó una de las tazas.⎯ No sé cómo lo tomas, perdón.

⎯ Simplemente con dos medidas de azúcar.⎯ respondió y se sentó a la mesa que estaba perfectamente acomodada; entonces él imitó la acción y se sentó enfrente  de ella para observarla.

⎯  Espero que no te moleste por tomar algunos de tus pastelitos.

⎯ No me importa, ya sé que eres un ladrón de dulces.⎯ comentó bebiendo la bebida y ocultando una sonrisa detrás del utensilio y mirando cómo por primera vez se sonroja.

⎯ Me disculpo por eso, es que cada vez que entraba a la cocina no podía evitar comer tus delicias.⎯ explicó.

⎯ Descuida, fue todo un desafío reponer el menú.

Ella, por alguna extraña razón, se sentía cómoda desayunando con ese desconocido, pero no debía acceder tan fácilmente a sus atenciones.

⎯ Hoy te ves muy bella.

⎯ Gracias.

⎯ ¿Siempre te vistes así para ir a trabajar o me quieres impresionar?

⎯  ¡Por Dios! ⎯ dijo y se rio con ganas.⎯ No necesito impresionarte, sé que te gusta lo que ves.⎯ comentó con burla.⎯ Además, solo necesito impresionar al arquitecto y conseguir una cena para el viernes a la noche.⎯ mintió, ya que a ese hombre lo vería el lunes.

⎯ Bueno, creo que vas a conseguir más que una cena vestida así.⎯ le contestó y se puso de pie sin disimular su enfado y salió de la cocina.

Ella se reía por su travesura, ese hombre realmente era celoso y posesivo; pero debía admitir que era lindo sentir que a alguien le importaba de tal manera.

Trevor entró a la habitación del niño y lo vio dormir, con cuidado se sentó en la cama y acarició su pelo con cariño jugando con sus rizos, poco a poco Dylan abrió sus ojos y al ver de quién se trataba se incorporó con una gran sonrisa en sus labios y lo abrazó.

⎯ Buenos días campeón.⎯ saludó recibiendo a su hijo entre los brazos.

⎯ ¡Papi te quedaste!

⎯ Sí.

⎯  Hoy vamos a jugar todo el día.⎯ propuso feliz.

⎯ Lo siento, debo regresar a mi departamento, tengo un trabajo que terminar pero por la tarde intentaré pasar un rato y si tú madre quiere te llevaré a pasear.

⎯ A la tarde voy a ver a mi papito Franco.⎯ respondió y se alejó un poco.⎯ Nos va a llevar al zoológico. Hoy es nuestro día especial.

A Trevor le molestaba escuchar como su hijo llamaba papito a otro hombre y más aún que compartieran tanto tiempo juntos.

⎯  Bueno, entonces te veré en el zoológico.- comentó con la intención de una vez que estuviera enfrente de ese señor aclararle que ahora él era el padre de Dylan y lo sacaría a pasear.

⎯  ¡Siii! Esa es una gran idea.⎯ respondió con inocencia.

⎯ Nos vemos más tarde.⎯ lo abrazó sin deseo de separarse.⎯ Te amo hijo.

⎯ Yo también te amo papito.

Trevor se despidió de su hijo, se dirigió a la sala y estaba por llamar un taxi cuando Carolina, le arrebató el celular de las manos.

⎯ ¿Qué haces? Voy a llamar a un taxi.

⎯  No seas ridículo, ahora tengo el auto y puedo llevarte hasta tu departamento.

⎯ No es necesario, además no quiero que llegues tarde a tu conquista.

⎯  Mmm... es una pena, tenía curiosidad de saber dónde vivías, sin embargo si rechazas mi oferta me iré sola.⎯  comentó coqueteando y salió de la casa moviendo sus caderas muy sugestivamente moviendo sus caderas.

⎯ ¡Carolina, espera!

⎯ ¿Qué?

⎯ Está bien, me puedes llevar.⎯ respondió resignado, esa mujer lo volvía loco.

⎯ Muy bien, pero antes debo pasar por mi confitería.

⎯  De acuerdo, así sabré donde trabajas.

El moreno subió al auto y ella comenzó a conducir con mucho cuidado y prestando atención a todo, hasta que llegó a una calle de locales comerciales y se detuvo enfrente de una elegante y colorida pastelería. Ella bajó del auto, mientras él la observaba; entonces un hombre  muy elegante y de buen porte la recibió en la puerta depositando un suave beso en sus labios y luego la abrazó. Trevor se acercó más a la ventana para observar mejor y sus celos estaban a punto de colapsar.

Carolina le daba la espalda, entonces le preguntó a su amigo.

⎯  ¿Y?

⎯ Está mirando y parece que no le gusta lo que ve.

⎯ Mejor, así se aleja de mí de una vez por todas.⎯ respondió.⎯  Ahora palmea mi nalga, como si fuera tuya.

⎯ ¡No caro, no quiero hacer eso!⎯ dijo Lucas.

⎯ Debes hacerlo o no seremos más amigos.

⎯ Está bien, pero me da asco.

⎯ Lo sé princesa.

⎯ Listo.⎯ dijo tocando el trasero de su amiga con suavidad.

⎯ Ni lo sentí.

⎯  No me hagas repetirlo.

⎯  No lo haré.

Trevor ardía de cólera dentro del auto; entonces vio como ese par de indecentes entraban al local y enfurecido bajó del auto y comenzó a caminar. Estaba realmente muy lejos de su departamento; sin embargo eso no le importaba, necesitaba alejarse de ese lugar.

Carolina vio por la ventana como él salió del auto y molestó comenzó a caminar y por alguna extraña razón se arrepintió de su idea; entonces Lucas como leyendo sus pensamientos le dijo.

⎯ Eso estuvo mal.

⎯ Necesito que me olvide.

⎯ Sabes que cuando uno está enamorado eso es imposible, a ti te llevo años aceptar mi relación con Franco y entender que lo de ustedes nunca podrá ser.

⎯ ¿Cómo te diste cuenta?

⎯ Cariño, hasta ayer mirabas a mi hombre con ganas de comértelo cada vez que entraba por esa puerta.⎯ señala la entrada.⎯ Hasta que aceptaste que solo era un amor de hermanos y volviste a ver a tu despiadado, odioso, arrogante abogado y todo cambió.

⎯ ¿No sé de qué hablas?

⎯ Que en el fondo sientes más cosas de las que admites por Trevor Hamilton.

⎯ Eso no es verdad.

⎯ Sigue negando la realidad, pero solo te diré una cosa, ese hombre se impregnó de ti y ahora sufre por tus tonterías.

Lucas se alejó y ella se quedó mirando por la ventana como Trevor desaparecía entre la multitud dejando un sentimiento horrible en su pecho.