Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 19: El tiempo pasa y no perdona
ARI BLANCO
Han pasado 3 largos años. Es el día de mi graduación. Mi madre viajó para estar presente en este momento tan importante y significativo para mí.
— Felicidades, mi niña hermosa. Ya eres toda una licenciada.
—Gracias mamá.
— Reservé para viajar mañana a las 2: 00 de la tarde.
Regresar. Sabía que algún día tenía que regresar a mi país. Se viene a mi mente pensamientos vagos de Álvaro. Después de aquella foto, no volví a saber nada de él. Bloqueé mi mente, mi corazón y todos aquellos recuerdos de él.
— Está bien mamá.
—He conversado con mi jefe y creo que posiblemente habrá una plaza de trabajo para ti. Me entusiasma la idea de que trabajemos juntas.
— Mamá, como decirte.. No quiero trabajar para tu empresa. Y no es porque desprecie trabajar contigo, sino que quiero encontrar trabajo por mi propio mérito.
— Está bien. Cuando estemos en casa, valora la oferta.
Al día siguiente a las 2 de la tarde, emprendía hacia mi país. Thomas fue a despedirse, él ha sido un gran amigo. Aunque él quiso en algún momento que fuéramos novios, yo guardé esa distancia. Su amistad es tan bonita que no quisiera dañarla por nada en el mundo.
Varias horas de viaje. Llegamos a casa. Después de tanto tiempo, regreso a mi hogar, muchos sentimientos surgieron. Al entrar a mi cuarto y ver todo intacto como lo dejé vinieron aquellos recuerdos de las veces que lloré, y las veces que fui feliz.
Esa noche descansé, me replantee mi vida y mi futuro.
— Hija, levántate— abro los ojos y miro mi celular para ver la hora.
— Aún son las 5 mamá.
— Ayer en la noche, el jefe me escribió que hoy fueras a la entrevista.
— Madre mía, te dije que no quiero trabajar para esa gente. No quiero deberle nada a nadie.
— ¿Por qué? No entiendo. Si quieres ir a la entrevista o no, ya es tu decisión.
— Está bien. Iré, pero si no me convence no aceptaré el empleo. Ok.
Me levanté de la cama y me di una ducha. Mil pensamientos llegaron a mi cabeza. El dueño es el padre de Álvaro y posiblemente no sabe de mi existencia. Estoy haciendo un problema en mi cabeza de la nada. Viendo la parte positiva me ayudará a mi currículum.
Salí del cuarto.
—Wao, mi hija es realmente una belleza.
— ¿Quién es el dueño de la empresa?
— El señor Grubstein. Aunque hay un CEO interino. Casi no llega a la tienda aunque tiene oficina, se mantiene en el edificio central de la empresa.
— A ya. Y ¿qué pasó con el señor Grubstein?
— Creo que está recién operado. Un mes está de descanso. Aprende todo lo que puedas. Necesitas ganar experiencia hija.
— Está bien.
Me sentí un poco más tranquila. Mi mamá me pasó dejando por el edificio central, ahí me atendería el CEO interino. Mientras ella iba a su trabajo.
Entré al edificio que era bastante grande y lujoso. Cada empleado caminaba intachable. Me dirigí a recepción.
— Disculpe, tengo una entrevista de trabajo con el CEO.
— Buenos días. Me puede dar su nombre, para confirmar.
— Si, Soy Ari Blanco.
— Si. Tiene agendada una cita a las 8 am. Puede ir al elevador y va directo al piso 6. Ahí encontrará a la secretaria del CEO, ella se llama Julieta. Ella le dará indicaciones.
— Muy amable. Gracias.
Me dirigí al 6 piso, fui con Julieta y ella me dijo que esperara.
Estuve sentada unos quince minutos. Julieta me dice que puedo pasar. Abro la puerta y entro.
Un hombre estaba de pie mirando por la ventana. Llevaba un traje de color azul marino.
— Buenos días. Soy Ari Blanco. Vengo por la entrevista— le dije esperando que se girara.
— Puede sentarse— esa voz es parecida a la de Álvaro. Mi piel se enchinó y mi corazón como tambor palpitaba.
Cuando el CEO se gira, era Álvaro. Me levanté de inmediato de la silla.
Él caminó hasta la puerta.
— ¡Hola, buenos días! Soy el CEO interino, Álvaro Grubstein. Un gusto saludarte de nuevo Ari.
— ¿Qué teatro es este? Sabías que yo venía.
— No lo sabía. Creo que has mal interpretado todo. Siéntate. Vamos hablar.
— No. No quiero hablar contigo. No quiero. Quítate de la pasada.
— No. No me voy a quitar. Sientate. Se supone que vienes a una entrevista.
— Ya no quiero ser entrevistada.
— ¿Por qué me bloqueaste? No sabes cómo te llamé, te extrañé. Quise morir.
— Es tu problema. Ya entendí que no podemos estar juntos. Y también entendí que tú eres un mentiroso.
— En la empresa no voy a intervenir en nada. Tu madre me ha pedido que te dé una oportunidad laboral y eso haré. Le prometí que te daría el trabajo, y quiero cumplir. Dejemos a un lado los malos sabores y seamos profesionales. Además, tú no trabajarás aquí. Así que, no te voy a ver. Vas de apoyo a la empresa que trabaja tu mamá dónde ella es Gerente.
— Está bien. Entonces ya me entrevistaste y yo ya acepté.
— Solo voy a decirte que te extrañé— su mirada era triste.
Mis ojos se fijaron en su anillo de boda. Él es un mentiroso.
— No digas nada. Me retiro— Salí de la oficina de Alvaro.