En la ciudad de Lunaris, donde los misterios y las sombras se entrelazan, vive Aurora Selene, una joven tímida y reservada que nunca ha sentido que pertenece al mundo ordinario. Cuando una noche de luna llena descubre un antiguo colgante en el ático de su casa, su vida cambia para siempre. El colgante la vincula a un antiguo linaje de magical girls, las “Fantomenas”, guerreras encargadas de proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Aurora, ahora conocida como Fantomena Luna Night, debe aprender a dominar sus nuevos poderes mientras enfrenta a los Nocturnos, criaturas sombrías que desean sumir al mundo en una eterna oscuridad. A medida que se adapta a su nueva identidad, descubre que no está sola. Otras chicas con destinos similares comienzan a despertar, formando un grupo unido por un vínculo ancestral. Entre ellas se encuentra Cassandra, una misteriosa joven con una conexión especial con la oscuridad, que podría ser tanto una aliada como una rival. Aurora siente una atracción creciente hacia Cassandra, lo que complica aún más sus decisiones. Mientras el amor y la magia florecen, las líneas entre el bien y el mal se desdibujan, y Aurora debe decidir si seguirá el camino de la luz o se adentrará en las sombras junto a Cassandra.
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Capítulo 19: La sombra interior
La mañana en Lunaris era inusualmente silenciosa. El ambiente estaba cargado de incertidumbre y preocupación. Las Fantomenas se movían por los pasillos del santuario con pasos lentos, conscientes de la creciente tensión que envolvía a todo el equipo. La influencia de la luna oscura se sentía como una sombra que se extendía, tocando todo a su paso.
Cassandra se encontraba en una de las terrazas del santuario, su mirada perdida en el cielo. La lucha interna que enfrentaba era cada vez más difícil de manejar. Las voces que escuchaba en su mente eran más persistentes, más convincentes. Prometían un poder y una liberación que, en sus momentos más oscuros, parecían tentadores.
—Cassandra, ¿cómo te sientes? —preguntó Thalor, acercándose a ella con cautela.
Cassandra se giró para mirarlo, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y determinación.
—Siento que estoy perdiendo el control, Thalor. Es como si algo dentro de mí estuviera cambiando, y no sé cómo detenerlo.
Thalor asintió, su expresión seria pero comprensiva.
—Sabemos que la influencia de la luna oscura es fuerte, pero no estás sola en esto. Estamos aquí para ayudarte.
Cassandra sonrió débilmente, apreciando las palabras de Thalor, pero sintiendo que no eran suficientes para calmar la tormenta que se libraba dentro de ella.
Mientras tanto, Aurora y el resto del equipo estaban reunidos en la sala de estrategias, estudiando el manuscrito que Thalor había encontrado y los símbolos del ritual fallido. Intentaban descifrar la verdadera naturaleza de la luna oscura y el poder que la controlaba.
—Esto es más grande de lo que pensábamos —dijo Aurora, señalando un pasaje del manuscrito—. La luna oscura es solo una pequeña parte de algo mucho más peligroso. Si no actuamos rápido, podría consumir todo a su paso.
Selene, que estaba revisando algunas notas, levantó la vista.
—¿Crees que esto tiene que ver con lo que le está pasando a Cassandra?
Aurora asintió, su expresión preocupada.
—Sí, y esa es precisamente mi mayor preocupación. Si la luna oscura tiene alguna conexión directa con ella, podríamos estar enfrentándonos a una amenaza que nunca antes habíamos imaginado.
El equipo intercambió miradas, conscientes de la gravedad de la situación. Sabían que tenían que encontrar una solución y rápido.
Cassandra, sintiéndose abrumada por sus pensamientos, decidió alejarse del santuario por un tiempo. Caminó hacia el bosque cercano, buscando un poco de paz y claridad. Los árboles altos y el sonido suave del viento le ofrecían un respiro temporal de las voces y visiones que la atormentaban.
Sentada en un claro del bosque, Cassandra cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de calmar su mente. Pero las voces no se detuvieron.
—Cassandra… —susurró una voz oscura—. Ríndete a nosotros, y todo tu sufrimiento terminará. Puedes tener el poder que siempre has deseado, la libertad que tanto anhelas.
Cassandra apretó los puños, resistiendo el impulso de sucumbir a la tentación.
—No… No puedo… —respondió en voz baja, luchando por mantener su propia voluntad.
En ese momento, Aurora apareció en el claro, su expresión una mezcla de preocupación y determinación.
—Cassandra, te he estado buscando por todas partes —dijo Aurora, acercándose a ella—. No puedes alejarte así, no cuando estamos enfrentando una amenaza tan grande.
Cassandra se levantó, evitando la mirada de Aurora.
—Lo siento, Aurora. Necesitaba un poco de espacio para pensar.
Aurora suspiró, consciente de la lucha interna de Cassandra.
—Entiendo que esto es difícil, pero no puedes enfrentarlo sola. Estamos aquí para ayudarte, y juntos podemos encontrar una solución.
Cassandra finalmente la miró, sus ojos brillando con una mezcla de miedo y esperanza.
—Tengo miedo de lo que pueda pasar si me rindo a la luna oscura. No quiero hacerles daño a ustedes.
Aurora asintió, su expresión suave y comprensiva.
—Lo sé, Cassandra. Y por eso estamos aquí, para asegurarnos de que eso no suceda. No dejaré que la luna oscura te controle.
Cassandra asintió, sintiendo una pequeña chispa de esperanza en su corazón. Sabía que la batalla sería difícil, pero con Aurora y el equipo a su lado, creía que podía encontrar la fuerza para resistir.
De regreso en el santuario, Aurora y las demás Fantomenas continuaron su investigación sobre la luna oscura y su conexión con los Nocturnos. Descubrieron que la luna oscura era una manifestación de un poder antiguo que había estado dormido durante siglos, esperando el momento adecuado para despertar y reclamar su dominio.
—Esto explica por qué los Nocturnos han estado tan activos últimamente —dijo Thalor, señalando un pasaje en el manuscrito—. Están tratando de aprovechar el poder de la luna oscura para sus propios fines.
Aurora frunció el ceño, pensando en las implicaciones de esta revelación.
—Si ese es el caso, entonces Cassandra podría ser la clave para detenerlos. Si logramos liberar su mente de la influencia de la luna oscura, podríamos tener una oportunidad de derrotar a este poder oscuro.
Selene asintió, su expresión decidida.
—Pero primero tenemos que encontrar una manera de proteger a Cassandra de las voces y visiones que la atormentan.
Aurora asintió, consciente de la magnitud de la tarea que tenían por delante. Sabía que el tiempo era esencial y que tenían que actuar rápidamente antes de que la influencia de la luna oscura consumiera a Cassandra por completo.
Esa noche, mientras todos se preparaban para descansar, Cassandra se quedó despierta, reflexionando sobre todo lo que había sucedido. Sentía una mezcla de miedo y esperanza, sabiendo que la batalla que enfrentaba no solo era contra la luna oscura, sino también contra sus propias dudas y miedos.
Aurora, preocupada por Cassandra, se acercó a su habitación y tocó suavemente la puerta.
—Cassandra, ¿puedo entrar?
Cassandra abrió la puerta, su expresión una mezcla de sorpresa y alivio.
—Claro, Aurora.
Aurora entró en la habitación y se sentó junto a Cassandra.
—Sé que esto es difícil para ti, pero quiero que sepas que no estás sola en esto. Juntas, encontraremos una manera de superar esta oscuridad.
Cassandra asintió, sintiendo una ola de gratitud hacia Aurora.
—Gracias, Aurora. No sé qué haría sin ti.
Aurora sonrió, tomando la mano de Cassandra.
—Juntas, somos más fuertes. Y no dejaremos que la luna oscura nos derrote.
Cassandra sonrió, sintiendo una renovada determinación. Sabía que la batalla sería difícil, pero con Aurora a su lado, creía que podían vencer a la luna oscura y restaurar la luz en Lunaris.
Me recuerda a un título de Touhou