El Guerrero De La Tierra

NARRADOR

Los duques, Jasper Lupain, y Jet Arazi, se encontraban en la oficina del rey, aun sin entender la razón por la que este los había citado, pero sea lo que sea, ambos comprendían que debía ser algo de suma importancia, ya que el monarca rara vez hacía algo como esto sin una razón de peso.

Poco tiempo después de la llegada de ambos duques, el rey hizo acto de presencia, pero no venía solo; con él estaban el duque Tero y el señor Arlo junto con su hijo.

- Me alegra mucho verlos, estoy muy seguro de que se preguntarán la razón por la que los mandé a llamar, eso es sencillo, tiene que ver con el compromiso de mi hija – les dice el rey.

- Aún no puedo creer que accedieras a eso, todos sabemos que es imposible que alguien de esa podrida familia sea digno de ese poder, el oráculo estaba loco cuando predijo eso – se queja el duque Jet, un joven muy parecido a la reina, con piel clara, ojos verdes, como los de la princesa, y una cabellera negra, no por algo era el mellizo de la reina, siendo el duque Jet mayor que la ella por solo unos minutos.

- Antes le daría la razón, pero ahora ya no, la razón de esta reunión es para pedirles su ayuda, quiero dejar en claro que no los obligaré, pero me ayudarían mucho que aceptaran, el duque Tero está al tanto de la situación, y ha aceptado ayudarme.

- ¿De qué situación estamos hablando?, asumo que esta tiene que ver con las dos personas que los acompañan – pregunta el duque Jasper, un hombre de complexión atlética, con una cabellera entre castaña y anaranjada, que hacía juego con sus ojos de color marrón claro.

- Efectivamente, duque Jasper, estas dos personas son la razón de esta reunión, me gustaría presentarle el señor Arlo, próximo duque Kasar y a su hijo, el joven Aaron, el verdadero gran Carnero – los presenta el rey, y tanto pare e hijo se quitan aquello que los cubría, dejando mudos a los presentes.

Ambos duques estaban más que impresionados, por lo que, una vez pudieron recuperar el habla, procedieron a preguntar por lo que estaba pasando, y el rey, junto con el señor Arlo, Aaron y el duque Vicente procedieron a explicarles la situación.

- Cuente conmigo, los ayudaré – dijo el duque Jasper una vez que acabaron de explicar.

- Y conmigo, al fin acabaremos con esa basura, y a la vez alguien justo tomara el lugar que merece – dijo el duque Jet.

- Sabía que podía contar con ustedes – dijo el rey Peter con una sonrisa.

A partir de este momento era cuestión de ellos lograr lo acordado en el tiempo que tenían, pero todos tenían fe en que lo lograrían.

ILA

Hoy es el primer día de clases de Aaron, por lo que prepare la biblioteca real con todo aquello que podíamos requerir para esta sesión, me hubiera gustado que estudiáramos en mi estudio, o en la biblioteca de mi palacio, pero mi padre se negó, alegando que eso podría provocar rumores que arruinen nuestros planes, por lo que estudiaremos en la biblioteca del palacio principal, en donde solo se le verá entrar a Aaron, ya que yo lo haré mediante un hechizo para no ser vista.

No pasó mucho tiempo cuando Aaron llegó y en sus manos trae un ramo de flores, las cuales me ofrece al llegar a mi lado.

- Son para ti, me tomé el atrevimiento de preguntarle al joven Jorge cuáles son sus flores favoritas – me dice mientras se sonroja, es adorable.

- Gracias, son hermosas – le digo mientras tomo el ramo y lo coloco en uno de los tantos floreros de la biblioteca – ahora me siento mal,  ya que no te traje nada – le dijo en medio broma y medio en serio, puesto que, tomando en cuenta que decidimos empezar a cortejarnos, es algo desatinado de mi parte no haber pensado en un presente.

- No debe sentirse mal, un detalle debe salir del corazón y nunca por obligación, eso es lo que siempre dice mi madre – me dice y yo no puedo evitar suspirar por sus palabras, creo que esto de enamorarnos será más fácil de lo que crecí en un principio.

Después de poner acomodar las flores en la mesa que decidimos compartir, comenzamos con las lecciones, en la casa de Jorge, este le dio unas muy buenas bases, por lo que decidí partir de allí, sabía que los siguientes meses serían exhaustivos para él, puesto que la consorte del príncipe o princesa heredera se elegía desde muy corta edad, para que este fuera preparado desde su infancia para el rol que jugaría en la sociedad, y siendo Aaron el gran Carnero estas obligaciones crecían, ya que no solo será el próximo rey consorte, sino que también será el líder del templo de magos de la tierra.

El templo de magos de la tierra era una extensión del templo del oráculo, lo que significaba que no servían al rey, sino a los 4 grandes magos, en caso del templo de la tierra servían al gran carnero y sería este quien los guiaría, el templo brinda muchos servicios al reino, ya que el líder de este siempre tiene una relación cordial con el rey, lo que permite una convivencia pacífica que beneficia a ambas partes, el líder del templo cumple un rol muy parecido al que cumpliría cualquier noble a cargo de un territorio, por lo que las responsabilidades de Aaron serían muchas, por lo que prepararlo básicamente desde cero, era un trabajo muy duro, sobre todo para él.

Hablando del templo, debo de hablar con mi padre, para saber qué ha decidido, ya que si bien aún no le han jurado lealtad a Clayton, ellos también creen que él es el gran carnero, pero hasta donde yo sé, mi padre aún no decide si es prudente ponerlos al tanto de la situación.

Continuamos con la lección durante unas cuantas horas y pude darme cuenta de que Aaron era un genio, comprendía las lecciones rápidamente, como si hubiera nacido para esto, y no se le complicaban tanto como creí en un inicio, lo que era un alivio, ya que las probabilidades de prepararlo en el tiempo que teníamos eran cada vez mayores.

Debido a que ya habíamos cubierto lo que había preparado para el día de hoy y un poco más, decidí que era el momento de descansar, puesto que después de la comida, Aaron entrenaría tanto su magia como su cuerpo y no quería agotarlo más de lo necesario.

- Tomemos un descanso – le digo a Aaron quien al oír mis palabras deja caer su cabeza sobre la mesa.

- Gracias al dios Kaayo, sentía que mi cabeza iba a explotar – me dice y yo solo me río por lo exagerado que es.

- Jajaja, no seas exagerado, que yo sepa a nadie, nunca le ha explotado la cabeza por estudiar.

- Siempre hay una primera vez – me dice muy seguro, lo que solo me causa más risa.

- Por qué no dejamos los libros por un rato, y me cuentas más de ti – le digo, y yo también apoyo mi cabeza sobre la mesa, solo que yo pongo mis brazos en una especie de almohada. Puedo ver cómo Aaron se incorpora un momento, solo para imitarme.

- ¿Qué quiere saber? – me pregunta.

- ¿Cómo es que sabes leer y escribir?, no quiero sonar grosera, pero muy pocas personas que vienen de aldeas como la tuya lo saben – le pregunto, y es que en verdad me da algo de curiosidad, puesto que no es muy común, y algo me dice que hay una gran historia detrás.