Encontrando A Mí Mate

HARAN

Mi compañera es una traviesa, espiarme mientras duermo, eso es nuevo, la verdad nunca creí que mi inocente Emma sería capaz de algo así, pero ya saben lo que dicen, sin importar cuanto convivas con alguien, nunca terminaras de conocerlo por completo, y esta nueva faceta algo pervertida de mi mate, la verdad me agrada, pero seamos sinceros, ¿Qué no me agrada de ella?, Emma es todo lo que una vez soñé y más.

Una vez ella y su padre se han ido, decido dormir un rato más, puesto que estoy exhausto, por lo que pongo una alarma para levantarme una hora antes de la salida de mi compañera y vuelvo a viajar al reino de los sueños.

Me levanto unos pocos minutos antes de que suene mi alarma, por lo que, sabiendo que ya no dormiré más, comienzo a prepararme, y una vez termino, salgo a buscar a mi compañera, planeo llevarla a comer a su restaurante favorito, por lo que le mando un mensaje al señor Armando, haciéndole saber mis planes, y al recibir su aprobación, una sonrisa se forma en mi rostro, y ahora sí, con todo listo, voy por Emma.

Llego a la escuela, 20 minutos antes de la hora de salida, y para mi desgracia allí está Marisol, quien es un gran dolor de cabeza para mí.

Marisol es una mujer hermosa, de eso no hay duda, aquí el problema es que ella lo sabe, y no me malinterpreten, está bien que una mujer se sepa hermosa, lo que está mal, es creerse más que otras por eso, y pensar que por ser bonita, siempre conseguirás lo que quieres, y ese es el problema con Marisol, es un narcisista de primera, que cree que todo el mundo gira a su alrededor, y que todos los hombres babean por ella, en conclusión una odiosa total, una odiosa, que unánimemente decidió, que yo la amo, y por eso somos pareja, y por más que le he dicho que no es así, algunas veces de maneras poco caballerosas, a ella le entra por un oído y le sale por otro, a este punto ya no sé qué hacer.

- Haran, cariño, ¿viniste a recoger a tu hermanita? – me pregunta, haciendo énfasis en la palabra hermanita, creo que ella sospecha que mis sentimientos por Emma, van más allá de un cariño fraternal, y por eso siempre que nos vemos, recalca que Emma es mi “hermana”, la verdad no entiendo con qué objetivo lo hace, aun si Emma no fuera mi mate, y yo no fuera un lobo, nunca me fijaría en ella.

- No, vine a recoger a Emma, quien no es mi hermana – le contesto y me alejo de ella, pero Marisol es insistente, por lo que me sigue.

- Como sea, es una niñita, que te parece si dejamos a las niñas en casa y tú y yo nos vamos a divertir – me dice, mientras me muestra de manera nada sutil su escote.

- Tengo planes, y aunque no los tuviera, tú eres la última persona con la que saldría, así que ten algo de dignidad, y déjame solo – le digo, en serio, esta mujer es insoportable.

- Veo que te sigues haciendo el difícil, ya no tienes que seguir actuando, ya tienes mi atención, así que más te vale actuar rápido, o perderé el interés – me dice antes de irse, y yo solo puedo desear que ese momento llegue pronto, para ya no tener que seguir soportándola.

Afortunadamente, el tiempo restante, Marisol ya no se acerca a mí, y puedo esperar a gusto a mi compañera, quien sale solo 5 minutos después de que suena la campana.

- Vaya, eso fue rápido – le digo, saliendo a su encuentro.

- Yo siempre soy rápida – me dice con una sonrisa.

- Es bueno verte, te extrañé – le digo, mientras le quito su mochila para llevarla yo.

- Bienvenida Haran, yo también te extrañé – me dice ella, y me rodea son sus brazos, en un tierno abrazo que llega a mi corazón, y que, obviamente, correspondo de inmediato.

Cuando nos separamos, ambos abandonamos la escuela y nos dirigimos rumbo al parque, puesto que aún es temprano y hay que hacer hambre, en el camino le cuento a Emma mis planes, a lo que ella, felizmente, acepta.

Durante toda la tarde, pude notar que Emma buscaba mi contacto, lo que para mí solo significa una cosa, que acepta mis sentimientos, y que, incluso, puede que los corresponda, algo que me alivia y me hace muy feliz al mismo tiempo.

Sobra decir que fue una tarde fantástica a lado de mi compañera, y es que, para mí, cada momento a su lado es sumamente especial y me apena mucho tener que romper este hermoso momento, pero no tengo opción, mientras estuve fuera, llego el día en el que tenía que marcar a Emma, por lo que estoy retrasado, y debo de morderla pronto, y viendo que Emma está tan receptiva a mi toque, no puedo desaprovechar esta oportunidad.

Por lo que, como última parada, antes de volver a casa, la llevo de vuelta al parque, donde nos adentramos en este y la llevo a un pequeño lago artificial que hay allí, para ver el atardecer.

- Es muy bonito – me dice Emma.

- Sí, lo es – le digo, mientras la abrazo por detrás, a lo que Emma apoya su cabeza en mí.

Puedo ver que está sumamente relajada en mis brazos, por lo que sin que se dé cuenta, agacho mi cabeza y la muerdo.

- Auch, eso duele – me dice Emma, y cuando la suelto, ella se da la vuelta y comienza a golpearme – eres malo – me reprocha, mientras me sigue golpeando.

- Si te horneo unas galletas, ¿me perdonas? – le pregunta, mientras me cubro la cara para evitar sus golpes.

- Tal vez, solo si están deliciosas – me dice, dejando de golpearme.

- Lo estarán, te lo aseguró – le digo, y así ambos, tomados de la mano, volvemos a casa.