El mundo conocido está dividido en tres reinos, el mundo humano, el cielo habitado por los dragones celestiales y los zorros inmortales, mientras que entre ambos reinos se encuentra el reino de las bestias demoníacas. El gran dragón celestial tiene tres hijos, dos príncipes y una princesa consentida.
Fue prometida a un matrimonio al que se niega rotundamente. Ella, Yareli, única princesa y gran comandante de los ejércitos celestiales que lideró varias batallas consiguiendo muchos logros. Siendo respetada por todos sus méritos y grandes logros, ahora se veía en la obligación de casarse con alguien que mi siquiera conoce.
¿Qué pasará con ella cuando logré escaparse?
NovelToon tiene autorización de summer para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap #19
El gran general caminó nuevamente hasta la mansión, donde encontró a Miyu en la entrada caminando de un lado a otro. Al mirarla ahí, lo único que quería hacer era hacer que se arrepienta de todo lo que le hizo a su hija.
- mi hija, siendo sirvienta en su propia casa y negándole lo que por derecho le pertenece. Lo único que quiero es matarla&, pensó el gran general mientras se acercaba a ella lentamente.
- Querido. Lo que Masako dijo, olvídalo. No es así, ella solo bromeaba. Quería vengarse de su hermana por una discusión que tuvieron, pero ya le dí un castigo para que no vuelva a hablar tonterias-, excusándose Miyu trató de agarrar el brazo del gran general. Estaba muy nerviosa, porque cuando salió preguntó por el general y los soldados le habían comentado que se fue con su hija Cixi.
En ese momento Miyu supo que Cixi no se había quedado con los brazos cruzados, ni mucho menos escondida como le pidió y definitivamente, tanto ella como Masako, ahora estaban en problemas, y en problemas muy serios.
El general esquivó el intento de Miyu. En sus pensamientos esa mujer ya era de lo peor y no permitiría que lo toque.
- sígueme, quiero hablar contigo-, el gran general con el semblante frio como el hielo pasó de largo entrando a la mansión. Miyu sintió el peligro en ese momento. Por un momento miró la puerta de salida de la mansión, como deseando huir de ahí. Ella ya sabía que todo estaba perdido en ese instante. Luego pensó en la vida que tenía ahí, y se negó a irse sin más.
Miyu siguió al gran general hasta la oficina. Estaba nerviosa, pero tenía una última carta por jugar si no lograba convencer al gran general sobre que todo había sido un error, un pequeño desacuerdo entre hermanas.
Cuando estuvieron adentro, el gran general se sentó en el sillón detrás del escritorio, cuando Miyu trató de sentarse, el gran general habló;
- No te molestes en sentarte. Nuestra plática será breve. En los próximos días, dos para ser exactos, quiero que organices tus cosas y la de tu hija para dejar esta mansión. Te daré mensualmente algo de dinero para que puedas pagar una pensión y puedan tener un techo donde vivir. Tendré está consideración con ustedes. Y nada de lo que digas hará que cambie de opinión.
- querido, por favor. No puedes hacernos esto. Si nos abandonas la vida para nosotras será difícil de llevar. Además, estás yendo demasiado lejos por un problema entre hermanas-.
- Un problema entre hermanas. ¡Es así como llamas al sufrimiento que tuvo que pasar mi hija durante todo este tiempo!-, el gran general gritó y golpeó el escritorio con su puño.
- Escúchame Miyu, y escúchame muy bien. Tendré está consideración contigo solo por el afecto que le tuve a tu padre. Agradece haber sido hija de quien fue tu padre, porque de otro modo tanto tú como tu hija estarían dentro de un calabozo siendo azotadas por el crímen que cometieron. ¡Todo en esta casa, hasta donde se posan tus pies le pertenece a mi hija, y te atreviste a tratarla como una sirvienta. Debería matarte por eso!
Miyu no sabía qué decir. Fue justamente para evitar esta situación que le había pedido a Masako que se deshiciera de Cixi, pero por inepta no lo logró, o al menos esos eran los pensamientos de Miyu.
- Querido, quizás podemos llegar a un acuerdo-, comenzó ella a quitarse la ropa. Miyu sin dudas era una mujer preciosa, y ella lo sabía. Su último intento sería seducir al gran general. Ella quedó completamente desnuda frente a él con una ligera sonrisa seductora.
El gran general la miró, y se levantó de su lugar para acercarse a ella, con un dedo levantó de la barbilla el rostro de Miyu para verla a los ojos;
- sabes Miyu, una vez me acosté contigo gracias a tus artimañas. Luego me quisiste hacer creer que tú hija también era mi hija. Miyu Miyu Miyu, ¿crees que no sé quién es el padre de Masako?-, el gran general la soltó y sonrió con una sonrisa que provocaba nervios.
Miyu se quedó quieta en su lugar desnuda, y mientras el gran general la recorría con los ojos, ella no pudo hacer más que quedarse en silencio.
- puede que seas bella, pero estás podrida por dentro. Creí que podrías cuidar de mi hija en mi ausencia, pero lo único que hiciste fue revelar tu verdadero rostro. Tenía mis sospechas, pero nunca pude verlo con claridad. Estás realmente podrida y definitivamente ni aunque fueras la última mujer de este mundo, volvería a tocarte. Si no fueras hija de quien eres, jamás habrías entrado a mi casa, incluso si Masako hubiese sido hija mía. La única hija que tengo es Cixi, y todo esto le pertenece a ella. Ahora lárgate, que tú sola presencia me enferma-
El gran general fue muy duro con sus palabras. Él volvió a sentarse en su escritorio mientras Miyu se ponía el vestido nuevamente. cuando estuvo apunto de salir, escuchó que el gran general volvía a hablar...
- dile a tu hija que abandone la habitación de mi hija ahora mismo. Mandaré a desinfectar ese lugar para que la verdadera dueña lo ocupe-.
Luego de eso, lo único que se escuchó fue el fuerte sonido de la puerta cerrándose. Cuando el gran general se quedó solo, suspiró fuertemente y se recostó en su sillón.
- Lo lamento por tu padre, pero no permitiré que sigas en esta casa dañando a mi hija-. Dicho aquello, el gran general se dispuso a salir. A cómo está todo en estos momentos, quería designar varios escoltas para su hija. Necesitaba asegurarse de que esas mujeres no puedan hacer nada en contra de Cixi por venganza. Su prioridad es su hija y nada más.