Como hermano del antiguo rey, no había heredado ni siquiera una cualidad mágica. No obstante, su nivel de inteligencia lo llevó a ser asignado como el capitán del escuadrón de espías encargado de recopilar información contra un emperador enemigo. Esperando que aquella misión fuera su retirada, jamás pensó que le terminaría quitando la virginidad a una joven mujer. Así mismo se sorprendió al saber por parte del rey, que habían pedido su mano en matrimonio. Resultando que su futura esposa sería aquella chica de 20 años que desvirgó e hija del emperador enemigo.
“¿Es qué acaso no podré retirarme tranquilo” pensó con pesar.
“Esposo, ¡Me gusta que seas mayor! ¡Quiero ser tuya para siempre!” expresó su prometida.
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CAPÍTULO 19
Luego de un largo día, el rey Somnus entró a su habitación esperando descansar, aun si no hubiera cenado nada, lo único que deseaba era dormir; sin embargo, cuál fue su sorpresa al darse cuenta de que Erin se encontraba esperándolo en la sala de estar de su cuarto, mientras bebía un poco de té.
—¿Erin?—preguntó sorprendido.
—Su majestad—respondió con una pequeña reverencia—he pedido unos bocadillos, ¿le gustaría acompañarme?
Extrañado ante la buena disposición de su segunda esposa, así como el hecho de que ella lo estuviera esperando en su habitación con un camisón casi transparente, se sentó esperanzado de poder arreglar su relación; sin embargo, lo que escucharía lo dejaría helado.
—¿Cómo que ya tienes listos los papeles del divorcio?—preguntó—¡Solo el papa puede disolver nuestra unión!
—Puede que el vaticano nunca acepte mi petición de divorcio, pero alta corte sí—respondió Erin—te recuerdo que estamos casados también lo civil, así que me da igual el solo divorciarme por lo civil.
—¿Nunca me perdonarás?—preguntó al borde del llanto—¿Qué puedo hacer para demostrarte que te amo?
Humillándose así mismo, el rey se arrodilló frente a Erin, colocando su frente en sus rodillas. Por lo que sin verlo, Erin colocó una sonrisa maliciosa. Le daba satisfacción verlo así, y más recordando todo lo que sufrió por parte de la primera esposa de Somnus. Pese a que ella había sido depuesta y divorciada del rey, usaría aquello a su favor.
—¿Qué tanto me ama, mi rey?—le preguntó.
—Daria mi vida por ti si me lo pidieras—respondió besando sus manos—te adoro, eres el amor de mi vida.
—¿Si quiero recuperar el bebé que Angélica me obligó a abortar...—preguntó haciendo referencia a la primera reina—estarías dispuesto a aceptar que lo recupere?
Somnus de inmediato sintió una amargura en su corazón, recordando como aquella devastadora noche, Erin había sufrido el aborto de su hijo no nato, su primer hijo, de casi ocho meses, por culpa de un veneno que le había suministrado su primera esposa. Aquella había sido la razón de su ruptura matrimonial, la razón por la que por más de un año Erin le estaba exigiendo el divorcio.
—Te daré todos los hijos que quieras—respondió de nuevo—solo no me dejes.
—No, de ti no—habló separando sus manos.
Sacando de un pequeño cofre que tenía oculto a su lado, le extendió un pequeño espejo de mano que de inmediato el rey asoció con un fragmento estelar del templo del oráculo en la capital. Fue así que, una vez vio su reflejo en este, observó como Erin volvía a quedar embarazada; sin embargo, ese segundo embarazo contenía la energía mágica del primer bebé que había muerto.
—¿Nuestro hijo volverá a nacer?—preguntó emocionado—¿Volverá a reencarnar?
—Sí, pero no de ti—respondió desviando su mirada.
—¿Cómo?—increpó—¿Cómo que no de mí?
—¡Nacerá de la semilla de Elwin!—respondió comenzando a llorar.
Aprovechando la conmoción y la palidez del rey, Erin comenzó a llorar, de modo que su pedido no fuera tan descarado ante sus ojos. Sabía muy bien la culpabilidad con la que su esposo cargaba cada día, ya que su primera esposa había sido la causante de la muerte de su primer hijo con ella. Conocía muy bien el amor que le tenía Somnus y el juramento de solo tener descendencia con ella, provocando que hubiera dejado en el olvidado a la primera reina.
—¡Lo siento! ¡No quería decírtelo!—expresó entre llantos Erin—sin embargo, cuando el archiduque desapareció, mis esperanzas de recuperar a nuestro hijo también lo hicieron. Pero ahora que sabemos que está vivo, ¡Podemos hacerlo!
—¡No!—gritó Somnus—¡No dejaré que otro te toque! ¡Eres solo mía!
—Lo sé—respondió acariciando sus mejillas—y lo seguiré siendo hasta mi muerte, no te pido que Elwin sea mi amante, solo te pido que me dejes estar con él hasta que su semilla germine en mi vientre. Tras eso, será nuestro bebé, al fin de cuentas, será el hijo que tu primera esposa mató cuando fallaste en tu promesa de protegerme.
Aumentando aún más el llanto, de modo que pudiera manipular más a Somnus, provocó que el rey la abrazara y comenzara a acunarla entre sus brazos para calmarla. Erin de inmediato sonrió por lo bajo con malicia, si seguía utilizando la culpabilidad del rey a su favor, tal vez pudiera conseguir lo que quería.
—Mi corazón me duele—dijo abrazándolo—quiero ser como antes contigo, quiero recuperar nuestro matrimonio, pero también quiero recuperar a nuestro hijo.
—Pero...—intentó hablar, dejando de un lado sus celos—no creo que mi tío sea capaz de...
—¡Él lo la hará! ¡Eres su rey! ¡Puedes obligarlo!—volvió a insistir mientras aumentaba el llanto—¡Quiero a nuestro hijo de vuelta, su majestad! ¡Por favor!
Somnus asintió ante el deseo de la reina, pero aún le costaba aceptar el hecho de que su tío estuviera con la mujer que él amaba. Recordando incluso la promesa que le había hecho a Abril, se sintió aún más culpable por el solo hecho de pensar que, el hombre que había prometido a otra mujer, sería el padre biológico del futuro bebé de Erin.
—Su majestad, ese bebé será suyo—respondió acariciando de nuevo sus mejillas—solo que la semilla de su cuerpo será donada por Elwin, aunque...
—¿Aunque qué?—cuestionó aún sorprendido.
—Sé que la princesa pidió la mano de Elwin como pago por haberlo salvado—habló con un nudo en su garganta—pero examinándola, he visto que ella tiene una enfermedad venérea, ¡Por favor, su majestad! ¡Hasta que quede embarazada de Elwin, no deje que él tenga relaciones íntimas con Abril! ¡No quiero que mi hijo nazca estando yo contagiada de una enfermera tan horrible como la de ella!
Somnus se levantó del sofá, dándole la espalda a Erin, mientras intentaba asimilar toda aquella información que su esposa le había dado. No solo su cabeza estaba doliéndole ante todo eso, sino que se sentía mareado y confundido. Si bien tenía celos de tan solo pensar en que su tío pudiera estar con Erin, tampoco quería obligarlo a él; sin embargo, la sola posibilidad de recuperar a su bebé muerto hacía que su razonamiento poco a poco se apagara.
—En una semana volveremos a la capital—le dijo—hasta entonces, déjame pensarlo.
—¡Muchas gracias, mi rey!—exclamó ocultando aún más su sonrisa.
Satisfecha porque había colocado la semilla de la duda en el interior del corazón de Somnus, un hombre que adoraba a su tío, pero que su amor por ella era capaz de hacerlo flaquear y hacer cualquier cosa a su nombre, se fue a su habitación, casi segura de que conseguiría lo que quería. Solo era cuestión de días para tener a Elwin con ella, bajo sus sábanas.
jajajajaja jajaja