Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo XIX Ana no me recuerda
El sepelio de Adele fue de lo más triste, no fue casi nadie y los Ferrer estaban desconsolados, algo que no se podía negar era el gran amor que sentían por su hija, Lucia y Mauricio fueron al cementerio, cuando Maria vio a su hija menor se puso histérica.
— Esto es tu culpa mxxxxxx, por ti mi hija está muerta, tú eres quien debió morir, mi pobre niña no tenía enemigos, ella es inocente. — Grito María desconsolada.
Lucia no mostró expresión alguna, pero por dentro se estaba muriendo de dolor, ella quería que su mamá la quisiera aunque fuera un poquito, pero eso nunca pasaría, después de dejar las flores en la tumba de su hermana ella y Mauricio salieron de ese lugar, Lucia se sentía culpable y aunque la autopista arrojo que Adele había muerto por una sobredosis y las investigaciones llevaron a las autoridades a concluir que ella la había consumido voluntariamente, Lucia sentía que algo no estaba bien, ella sentía que fue un atentado contra su vida.
— Te encuentras bien?. — Le pregunto, Mauricio, preocupado.
— Sí!, es solo que no creo que Adele haya consumido ese cóctel que la llevo a la muerte, pienso que de alguna manera ingiero esa mezcla. — Explico Lucia.
— Piensas que alguien lo hizo a propósito?.— Pregunto, Mauricio, frunciendo el ceño y mirando a Lucia.
— Pienso que si, cuando Adele llegó junto a mí ella no se veía alterada, estaba completamente normal, siendo la víbora que siempre había sido. Lucia se quedó pensando un momento en el vaso de agua que Adele le había arrebatado.
— ¿Tienes alguna idea de que fue lo que pasó? — Volvió a preguntar, Mauricio.
— No, solo estaba pensando, mejor llévame a ver a Ana, quiero saber cómo está?. — Mauricio pidió al chófer que los llevará al hospital.
Una vez en el hospital los dos fueron a la habitación de Ana, se veía tan tranquila, parecía que solo estaba durmiendo, para Lucia Ana era esa mamá que nunca había tenido, ella era quien la cuido durante su embarazo, ella fue la única que no la decepciono y aún sin conocerla la ayudo.
— Ana por favor despierta!, te necesito!, sabes tú eres la mamá que la vida me negó y te quiero muchísimo, por favor despierta y dime quién te lastimó. Lucia lloro amargamente al ver a Ana en ese estado.
Inesperadamente, Ana abrió los ojos, y se quedó mirando fijamente a Lucia, la miraba como si fuera una extraña para ella, Mauricio fue en busca del médico y cuando Ana lo vio, le dedico una sonrisa, Lucia se sintió mal por esta acción, pensó que Ana tampoco la quería, así que salió de la habitación, dijo que iría al baño y así fue, solo que en este empezó a llorar desconsoladamente, estaba feliz de que Ana hubiese despertado, pero le dolía mucho la reacción de esta, después de un tiempo Lucia se recompuso, arreglo su maquillaje y aunque sus ojos la delataban ella asumió una postura digna y volvió a la habitación de Ana.
— Amor volviste!, tardaste mucho en el baño. — Dijo Mauricio viendo los ojos llorosos de Lucia.
— ¿Qué dijo el médico? — Pregunto, Lucia desviando la atención de Mauricio.
— Debido al tiempo que estuvo sin oxígeno Ana perdió parte de su memoria, al parecer no recuerda los últimos ocho años.— Explico Mauricio llenando el corazón de Lucia de aún más tristeza.
— Eso quiere decir que no recuerda a Diego o a mí?. — Pregunto Lucia con melancolía.
— Así es amor, lo siento! mucho. Mauricio abrazó a su amada, él quería borrar todo el sufrimiento de lucia en ese abrazo, pero sabía que era difícil.
— Quiero verla, una vez gane su amor, sé que puedo hacerlo de nuevo. Lucia estaba optimista en cuanto a Ana.
Ambos volvieron al lado de Ana, Lucia tenía una hermosa sonrisa en sus labios y sus ojos brillaban intensamente, era una respuesta al hecho de que Ana había despertado.
— Hola! Ana!, sé que no me recuerdas, pero yo a ti si te recuerdo y no me importa empezar de cero otra vez, con tal de tenerte otra vez entre nosotros. — Dijo Ana sentada en la cama de Ana.
— Ana, ella es Lucia, mi prometida, espero y vuelvan a llevarse bien. — Explico Mauricio con ojos llenos de amor.
— Y qué pasó con esa chica Daniela, no se suponía que ella iba a ser tu prometida?. — Pregunto, Ana confundida.
— No Ana, eso ya es pasado, Lucia y yo ahora vivimos juntos en la mansión y es ahí a donde nos iremos una vez y estés bien. —Respondió, Mauricio pausadamente.
— Yo no pienso vivir bajo el mismo techo que Carolina, sabes bien que tu madre no es normal y seguramente me hará la vida miserable. — Dijo Ana molesta.
Lucia no pudo aguantar la risa, aunque Ana no recordaba todo, ella sabía muy bien quién era la señora Carolina, al menos eso la hacía tener esperanza.
— ¿Qué fue lo gracioso que dije?— Pregunto Ana.
— Solo que tiene razón, Carolina es algo especial, pero yo te doy mi palabra de que la bruja no se meterá contigo. — Dijo Lucia honestamente.
— Ya me estás cayendo bien niña, y entonces cuando nos vamos? — Pregunto Ana emocionada.
— Aún es muy pronto para saberlo, todavía tienen que hacerte algunos estudios y luego veremos. — Respondió Mauricio acariciando su cabeza como si fuera una niña pequeña.
Lucía y Mauricio salieron del hospital, llegada la noche, ambos regresaron a la mansión, se cambiaron de ropa y fueron con su hijo, los tres estaban en la sala jugando cuando llegaron Carolina y Laureano.
— Buenas noches!, muchachos.— Dijo Laureano saludando a su familia.
— Abuelos!. — Grito Diego corriendo a abrazar a sus abuelos.
Mauricio también se acercó a ellos y empezaron a conversar muy animadamente.
— Qué tal la cena? — Pregunto casualmente, Mauricio.
— Ya sabes cómo son esas cenas con los clientes. — Respondió Laureano.
— Si, ya sabes hijo, son aburridas, pero al menos se hizo el negocio. — Continuo diciendo Carolina.
Lucia los veía interactuar y en su corazón añoraba tener una relación así con su mamá, si al menos Maria la hubiera querido aunque sea un poquito.
Mauricio al ver a su mujer recogiendo sola el desatre que habían hecho, le dijo a Diego que fueran a ayudar a mamá, el niño emocionado corrió hasta donde estaba su mamá y entre los tres recogieron todo, Carolina al ver esta escena sintió algo extraño en su corazón, ver a su hijo feliz la hacía feliz a ella, ese sentimiento estaba llenando de a poco el corazón frío de la mujer.
Gracias por tu tiempo y hacernos partícipes de tu imaginación.👍🏼🍀
ahora sale como una loca sola