Pernikahan 99 Hari

"Pero Al, si rompes nuestro acuerdo, tendrás que pagar una compensación considerable," Sky advirtió a Alana en contra de cualquier acción impulsiva.

"No me importa, preferiría ser pobre a seguir con nuestro trato." Cada vez más emocionada, Alana corrió hacia su habitación para agarrar su maleta. Afortunadamente, su ropa aún no había sido guardada en el armario. Simplemente no podía aceptar el insulto y el desprecio que había experimentado, especialmente con esa mujer acurrucándose junto a Sky justo delante de ella.

"Espera, Al," Sky sostuvo el brazo de Alana. "¿No sientes nada por nuestros padres? Ayer mismo estaban llenos de alegría al ver a sus hijos casados. ¿Realmente quieres destrozar su felicidad?"

Inmovilizada en su lugar, Alana consideró las palabras de Sky. ¿Podría soportar arruinar la alegría de Mamá Daisy y Papá Antoni, quienes estaban tan encantados de ver a su hija mayor casada? Sin embargo, si se quedaba en este matrimonio falso, era probable que Rachel siguiera pisoteando su dignidad.

"¿Qué es exactamente lo que te ha hecho enfadar tanto?" Preguntó Sky mientras acercaba a Alana hasta que chocó contra su amplio pecho.

"¿Cómo puedes preguntar por qué estoy enfadada? Está clarísimo. Estoy furiosa porque mentiste; nunca mencionaste tener una novia y esa novia resultó ser Rachel Wijaya."

"Nunca mentí. ¿En algún momento me preguntaste si tenía novia?"

"Tú...!" Alana recordó que en efecto nunca le había hecho tal pregunta a Sky. Una vez más, había sido descuidada al tratar con Sky, siempre descuidada. Incluso aquel incidente hace tres años, no se había dado cuenta de su presencia. "Pero, ¿por qué tenía que ser Rachel...?"

"¿Qué tiene de malo ella? ¿No sois buenas amigas?" Sky preguntó, confundido.

Con un suspiro pesado, Alana se preguntó desde cuándo eran amigas. Siempre habían sido competidoras en todo.

"Y ese no es tu único error, Sky. Me besaste, me tocaste mientras tenías novia. Eres realmente despreciable, Sky Dwight."

"Sí, soy despreciable. Pero como esposo y esposa, ¿seguro que está bien ser más... íntimos?" Sky sonrió.

"¡Ves! Realmente eres despreciable," Alana replicó, irritada.

"Y este hombre despreciable será tu esposo durante noventa y nueve días." Sky se acercó más al rostro de Alana, lo cual ella no se había dado cuenta debido a su intensa emoción. "Escucha, Al, puedes pedir lo que sea, pero mantente firme en nuestro acuerdo."

Alana hizo una pausa para pensar un momento. "De acuerdo. Hasta que termine nuestro acuerdo, nunca traigas a Rachel a este apartamento. No me importa dónde más tengáis intimidad, solo no en nuestro hogar, y asegúrate de que nuestras familias no se enteren."

"¿Eso es todo?" Sky preguntó, apretando su abrazo.

Alana asintió con la cabeza.

"Pero tengo una petición."

"¿Cuál es?" Alana preguntó, un poco sorprendida al darse cuenta de lo cerca que estaban. "¿Qué quieres?" empujó el amplio pecho de Sky, pero el hombre no se movió.

"Escucha, Al, soy un hombre adulto con necesidades."

"¿Qué quieres decir?" Alana se sintió acorralada mientras Sky sostenía la parte posterior de su cuello, acercando sus narices hasta tocarse.

"Sabes exactamente a qué me refiero, Al. Ya lo hemos hecho una vez; no hay ningún mal en compartir la cama mientras dure este acuerdo." Sky entonces besó a Alana suavemente, sus labios eran una adicción a la que no podía resistirse.

Inicialmente, Alana resistió los avances de Sky, pero recordando los insultos de Rachel de alguna manera alimentó su deseo de reclamar a Sky Dwight. Durante los noventa y nueve días restantes, planeaba hacerlo suyo, y después seguirían caminos separados y continuarían con sus vidas respectivas.