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ENTRE EL AYER Y EL HOY

ENTRE EL AYER Y EL HOY

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Familias enemistadas / Batalla por el trono / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:564
Nilai: 5
nombre de autor: Isabel Campos

Dos mundos, dos almas, un destino entrelazado a través de los siglos. En esta historia de fantasía atemporal, un eco del pasado resuena en el presente, uniendo realidades paralelas. Nuestros personajes principales se encontrarán atrapados en un círculo lleno de romance prohibido, misterio, rivalidades familiares y secretos milenarios que convergen en una trama donde sus vidas se conectan de forma inesperada e inquebrantable. Encuentros emotivos, contrastes entre inocencia y sorpresa, darán intesidad, capturando la magía de cada momento. Mientras una profecía ancestral juega alterando el curso de la historia, viejos lazos, nuevos misterios, deberán navegar entre el amor y la sed de venganza que amenaza con consumirlos para decidir si su conexión perdurará por siempre o se desvanecerá en el tiempo

NovelToon tiene autorización de Isabel Campos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17… Un Refugio y un aliado.

La panadería de Rosa era un lugar cálido y acogedor, lleno del delicioso aroma a pan y galletas recién horneadas. Andrew y Theodor, con sus ropas sucias y sus expresiones de asombro, parecían dos intrusos en un cuento de hadas. Andrew se sentía humillado, su orgullo herido por tener que aceptar la ayuda de una extraña. Theodor, en cambio, estaba lleno de gratitud.

— Siéntense, chicos. Les prepararé un poco de sopa. No se preocupen por su aspecto, aquí todos son bienvenidos —dijo Rosa, con una sonrisa amable.

Andrew se sentó con la espalda recta, como si estuviera en el trono del reino. Theodor, por su parte, se sentó con cautela.

— ¿De dónde vienen? Nunca los había visto por aquí —preguntó Rosa, mientras les servía un tazón de sopa humeante.

Andrew iba a responder, pero Theodor lo interrumpió con un codazo.

— Venimos de muy lejos, Madame. Estamos de viaje —respondió Theodor con educación.

Andrew, incapaz de contenerse, se irritó al ver a la señora Rosa sacar un pequeño objeto brillante de su bolsillo y hablarle.

— ¿Qué es esa caja? ¿Es algo de mágia? ¿Quién es ese hombre que le habla? ¿Acaso es un hechizo? —preguntó Andrew, con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

Rosa se rio.

— Es un teléfono, cariño. Un invento de este siglo. Le estoy hablando a mi hijo.

La sopa y el té caliente comenzaron a calentarles el cuerpo y el alma. Rosa los observaba, notando sus modales extraños y la forma en que se miraban el uno al otro. Su intuición le decía que no eran simples viajeros.

— Me recuerda a un libro que leí de pequeña, sobre príncipes perdidos en un mundo diferente —dijo Rosa, como si estuviera pensando en voz alta—. Si quieren, pueden quedarse en el almacén de atrás. No es mucho, pero estarán a salvo. Y si quieren, pueden ayudarme con la panadería. Les pagaré con comida y un techo.

Andrew frunció el ceño, pero el hambre y el agotamiento eran más fuertes que su orgullo.

— No soy un sirviente. Soy... —comenzó.

— ¡Aceptamos! —dijo Theodor, con una reverencia—. Muchas gracias por su generosidad, Madame. -

Andrew se rindió, sabiendo que no tenían otra opción. El refugio de Rosa era la única esperanza que les quedaba en este extraño mundo.

El almacén de Rosa se convirtió en un refugio improvisado. La panadera les tendió un par de colchas y ropa de acampar.

— Esto puede que les sirva. Tienen una talla similar a la de mi hijo —dijo, con una amabilidad que contrastaba con el caos que acababan de vivir.

— Gracias —respondieron Andrew y Theodor al unísono, sus voces sonando huecas en el silencio.

Andrew, sin embargo, estaba perdido en sus pensamientos. Se dejó caer sobre la colcha en el suelo, su mente una tormenta de dolor y rabia. El dolor de perder a su hermano, Alexander, lo consumía. La rabia, el odio hacia la princesa, lo mantenía en pie. El silencio se hizo su única compañía.

Theodor, cargado con el peso de la culpa, no pudo más. Se atrevió a romper el silencio.

— ¿Por qué tanto odio hacia la princesa? —preguntó, su voz apenas un murmullo.

Andrew no respondió de inmediato. Para él, la respuesta era obvia. Para Andrew, el Reino de Al-Mad había declarado una guerra abierta al asesinar a su heredero.

Theodor quería explicarle la verdad. Él mismo había sido testigo de la escena. Recordaba la corte de Sargón acusando a un soldado de Al-Mad de la muerte de Alexander, una mentira que servía a la narrativa de la guerra. Pero Theodor había visto algo más: había visto la bruma oscura devorando a su amigo, y a la princesa desaparecer. El miedo lo había paralizado, haciéndole un testigo inútil.

"Lo hecho, hecho está y no puede ser cambiado". Las palabras de su abuelo lo calmaban, pero no borraron la promesa que le había hecho a Alexander en su lecho de muerte. Ahora, su único propósito era ayudar a Andrew a encontrar la verdad.

Perdidos en sus pensamientos, los dos jóvenes intentaron dormir, con el fondo ruidoso de Haven. Y la luz de la ciudad era un recordatorio constante de que estaban en un mundo ajeno, con un destino incierto.

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EIOC 23
E
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
EIOC 23: Atenta, actualizando casi a diario.../Smile/
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