Caperucita Roja: El Eco De La Noche

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Con el paso de las horas, la noche opresiva se hacía aún más oscura como si se tratara de un abismo insondable que cubría el mundo. Las densas copas de los árboles se tragaba la luz brillante de las estrellas, la luna estaba oculta tras un velo de nubes oscuras que parecían llorar su propia tristeza, el cielo no ofrecía más que un tenue fulgor que se colaba entre la espesura de los árboles para iluminar un poco el camino de los angustiados leñadores. El aire de la madrugada, estaba cargado de una inquietante humedad que hacía sentir cada respiración como un logro, cada inhalación por obtener el oxígeno para los leñadores era una presión en el pecho que amenazaba con destruir su vida.

PEDRO: Lo siento, Lino, ya no puedo más._(dejándose caer al suelo)

LINO: Lo sé, yo tampoco puedo más, llevamos un día completo caminando sin descanso y no logramos encontrar el camino._(sentándose al lado de pedro)

PEDRO: Lino, no me dejes aquí solo, no quiero morir._( preocupado y angustiado ya que su pierna estaba inflamada, la fiebre no cedía y las heridas en su espalda le estaban dificultando el movimiento)

LINO: No te dejaré, Descansemos un poco y continuamos. Con la luz del día tal vez encontremos el camino._(dijo para tomar algo de agua)

PEDRO: Gracias.

Allí sentados en medio de la oscuridad y el terror nocturno, los hombres escuchaban el susurro helado del viento, los árboles crujir lamentos lejanos y el suelo reproducir ecos agónicos de algo maligno que estaba al acecho. El ambiente de esa madrugada se sentía como si todo alrededor estuviera vivo en medio de una desesperación eterna, como si la naturaleza estuviera ansiosa por deshacerse de esa entidad que se ocultaba en ella. A medida que avanzaba la madrugada, los hombres sentían una angustia palpable, sus corazones estaban inquietos advirtiendo el peligro alrededor, sus mentes saturadas por el terror les gritaba que jamás debieron entrar a ese bosque y Cómo cada noche de su angustiante travesía, las sombras tomaban vida propia formando aterradoras figuras que se alargaban y retorcían con burla frente a los ojos de los dos hombres.

LINO: (( ¿ Por qué escucho a mi madre llamarme? ¿Mi esposa por qué llora?..... Ellas no deberían estar aquí))

PEDRO: (( Hermano, no debiste venir aquí, este lugar es aterrador, regresa por favor))_(viendo una sombra frente a él)

El miedo, la angustia, la desesperación y ese maldito bosque estaban haciendo de las suyas  en la mente de los dos hombres,  cada susurro del viento se escuchaba como  una voz familiar, escuchaban a su madre, esposa o hermanos hablarles con amabilidad y reír con locura, voces familiares que se perdían en el tiempo de la oscuridad, cada sombra se parecía a sus compañeros muertos, a un vecino a un familiar, estás sombras se acercaban a los hombres ofreciendoles ayuda, Pero ellos sentían que esa ayuda era una amenaza de muerte.

PEDRO: Lino, estoy escuchando a mi hermano hablarme… puedo ver a mi padre venir hacia mí._(comentó con terror y desconfianza )

LINO: Me está pasando lo mismo, Pero debemos controlarnos, ellos no están aquí, este maldito lugar está jugando con nosotros, quiere ocupar nuestras mentes para atraparnos._(dijo tratando de mantener su concentración en la realidad)

PEDRO: No lo soporto más, Lino, ellos me están hablando, quieren que vaya con ellos._(dejando salir un par de lágrimas)

LINO: Pedro, no te des por vencido, te prometo ayudarte a salir de aquí para que puedas verlos de verdad. No dejes que jueguen con tu mente, no dejemos que esa maldita cosa nos atormente.

PEDRO: Trato de no darles cabida, Pero lo están haciendo, se están apoderando de mi mente para llevarme…. Lino se que no nos llevamos muy bien Pero te ruego que no me dejes morir, no quiero morirme, Lino._( permitiéndose ser vulnerable frente a su compañero de trabajo)

LINO: No dejaré que mueras, pondré todo mi esfuerzo en defendernos para salir de aquí…. Controla tu miedo, Pedro, evita que jueguen con tu mente y yo evitaré que nos asesinen. Pondré todo de mi para regresar a casa juntos._(dijo para darle un abrazo de consuelo a su compañero)

PEDRO: Pondré todo de mi para ayudarte, solo no me abandones… sé que estoy herido y soy una carga para ti…._(desesperado tratando de encontrar una voz de esperanza)

LINO: No eres una carga, eres mi amigo y mi compañero, saldremos de aquí, te prometo salir de aquí… concéntrate, piensa en otra cosa o sólo concéntrate en mí para que eso no te atormente._(tratando de calmar al angustiado Pedro)

PEDRO: Hablemos de algo para distraernos un poco….. yo…. yo…_( trataba de hablar en medio del remolino de emociones que hacían estragos en su mente y en su corazón)

LINO: Estás asustado, lo sé, yo también lo estoy, estoy aterrado Pero confío en que dios nos permitirá salir con vida y nos dará una oportunidad más para ser mejores personas y valorar nuestra vida…. No nos dejaremos vencer, lucharemos, debemos luchar, Pedro.

Para tratar de distraer a su compañero y distraerse él, Lino comenzó a hablar de los momentos felices que han tenido, las fiestas en el pueblo, el nacimiento de sus hijos, como conocieron a sus esposas, las travesuras que hacían cuando niños. Recordaron cada momento alegre al lado de sus compañeros muertos, recordaron lo asustadizo que era Luis, Pero a pesar de eso no dejaba su trabajo tirado, recordaron lo molesto que era Roco pero él era el alma del grupo, era quien les ofrecía diversión en sus momentos más tensos y angustiantes, Alfonso era el mayor de todos y era quien los hacía aterrizar y ver sus errores aunque era algo mujeriego, Fercho un mujeriego también Pero era una gran persona, fue él quien les dió ánimos para salir de ese bosque, también estaba asustado Pero se las ingeniaba para darles fortaleza, reprimiendo su temor tomó el mando del grupo para guiarlos a la salida no queriendo dejar a nadie allí tirado. Aunque quisieran recordar con alegría a sus compañeros,  esos recuerdos de momentos felices se desvanecían en la negrura de ese terrorífico bosque siendo reemplazados por visiones de pérdidas y despedidas.

PEDRO:  No pudimos despedirnos de ellos..

LINO: Al llegar a casa los despediremos adecuadamente. Sus familias sabrán que fueron valientes y dieron todo para salir de aquí con vida.

PEDRO: tienes razón, debemos salir de aquí para que ellos sepan lo que sucedió, para que no los sigan esperando siempre sin una respuesta.

 La tristeza calaba hondo, como si el mismo cielo estuviera llorando por lo que había sido y ya no sería. 

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NOTA:

Ya me dió pesar hacer sufrir a mis chicos 😭😭 estoy llorando con Pedro.😭😭😭