La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 18

Violeta estaba con Andrei en la habitación, habían tenido unos días llenos de pasión y entrega, escuchaban como las olas del mar estaban inquietas tras la tormenta que azotaba con fuerza.

—¿Cuando regresas a Moscú?—

—Aún no lo sé, hemos tenido problemas en Gibraltar así que estaré ahí unos días, pensé en que volvieras conmigo y podemos estar en Mónaco una semana o un mes.—

—Mi vida, estoy aquí gracias a que mis amigas se fueron a Miami. Además porque pude convencer a papá de que me dejara viajar sin sus guaruras. Te imaginas si me voy un mes contigo, sin duda me buscaría.—

—Entonces tendré que decirle que amo a su hija, y que quiero casarme con ella. Así nadie evitará que estés conmigo y viajes a donde yo vaya.—decía Andrei mientras besaba, y acariciaba una vez más a su amada Violeta.

Pero el padre de Violeta era un controlador, nunca permitiría que su hija se casara con un mafioso, aunque era socio de Leyva y de los Volkov, él era un empresario respetable en su sociedad. Obviamente debajo de una máscara, porque si todos supieran de sus nexos con Leyva, sin duda su imperio se derrumbaría.

Andrei debía volver a sus asuntos, por lo tanto debía despedirse de su amada. Ella volvería a casa, y Andrei viajaría a España. Volvería lo antes posible para estar juntos de nuevo, sobre todo pedir su mano en matrimonio.

Después de despedirse de Violeta, subieron a su avión privado Andrei y Vladimir, muchas horas después estaban en Gibraltar, en España. Como llegaron con tiempo de sobra, decidieron desayunar en el aeropuerto.

—Sin duda alguna, te hizo bien estos días al lado de tu mujer.—

—Me tiene como un idiota, volveré pero para casarme con ella. Hablaré con su padre, va aceptar sí o sí. Le pediré ayuda a Leyva.—

Mientras le daba un sorbo a su café, alguien llamo su atención. Efectivamente era aquella joven pelirroja que había trabajado en la joyería de Luc. Al parecer sí había cambiado de vida, se veía distinta, vestida elegantemente y con su cabello largo, pero igual de hermosa. a su lado caminaba una mujer que tal vez era su asistente o por lo menos eso suponía. Estuvo tentado en acercarse a ella, sin embargo decidió que no.

Ornella y Mariella habían viajado a Gibraltar para solucionar unos problemas en la aduana, estaban apunto de abordar su avión que las llevaría devuelta a casa. Andrei y Vladimir siguieron con su camino, estaban reunidos con sus subordinados.

—Espero no interrumpir.—Andrei se sorprendió al ver llegar a su padre.

—¿Qué haces aquí?, por favor déjenos solos.—todos los que estaban en la sala salieron de inmediato

—Necesitamos hablar de Violeta Collazo.—

—¿cómo sabes de ella?, me estás siguiendo.—

—Leyva y yo somos los mejores amigos, le preocupa tu amorío con la hija de su socio. Se debe terminar ahora.—

—Jamás terminaré con ella, es la mujer que amo. Es más hablaré con Leyva para que me ayude a pedir su mano en matrimonio.—

—Hijo, ella está comprometida con otro hombre. Te ha visto la cara todo este tiempo, en unos días va a casarse. Tal vez cuando regreses ella ya sea la esposa de alguien más.—

—Es mentira, padre escúchame bien jamás van a lograr que renuncie a ella. Violeta es mi mujer y si existe otro hombre, acabaré con el.—

—Tu no vas hacer nada, no vas a asesinar a un hombre que no es tu enemigo o rival. Vas a olvidarte de esa mujer, hay muchas en este mundo elige otra.—

—No, no voy a elegir otra. Eres mi padre deberías estar de mi lado, apoyarme. Violeta es la mujer que amo. Es una vil mentira que digas que está comprometida con otro, yo no soy mi tía, a mí no me vas a elegir con quien unir mi vida.—

—Está bien, ve a buscarla a santo domingo y pregúntaselo tú mismo. Collazo nunca permitiría que su familia emparentara con un mafioso, aunque su fortuna venga del tráfico. Solo trato de protegerte.—

—Estando en mi contra, tu estás teniendo una vida feliz, porque no puedes dejar que yo también tenga la mía.—

—Ve a verlo con tus propios ojos.—

Petrov no se engañaba, y si Leyva le estaba diciendo que la joven estaba comprometida, es porque era verdad. Pero ahora Andrei debía descubrirlo, días después viajó de nuevo a Santo Domingo y Leyva se reuniría con él para acompañarlo hasta Collazo.

Para su sorpresa en casa de Collazo estaban preparando todo para celebrar una boda, Petrov y Leyva le habían dicho la verdad. Violeta se casaría con un joven empresario, con el cual tenía tres años saliendo.

—Hola Pablo.—

—Bienvenido Leyva.—

—ya conoces a Andrei Volkov, el futuro líder de la mafia rusa, uno de tus principales clientes. Veo que llegamos en un mal momento.—

—Si, estamos preparando la boda de mi hija. Se casa con Abreu, pero en qué puedo ayudarles.—

Andrei le contó todo, como conoció a su hija y el romance que tenían meses sosteniendo, Pablo se sentía avergonzado y más por el comportamiento de su hija.

—Yo no estaba enterado de nada, Andrei lo siento. Pero este matrimonio es importante para mi familia, y mi hija se ve feliz. Pero te daré la oportunidad de que hables con ella, y que ella decida. Si Violeta se decide por ti, no me opondré a que continúen aunque no esté de acuerdo.—

—Le agradezco de verdad.—

Pablo mandó llamar a su hija, Violeta dejó lo que estaba haciendo para reunirse con su padre. Al entrar al despacho solamente estaba Andrei, al verlo ahí se paralizó.

—¿Qué haces aquí?—

—Vine a hablar con tu padre, a pedirle tu mano en matrimonio. Pero resulta que vas a casarte con otro, pensé que lo que sentías por mí era fuerte.—

—Andrei, lo que siento por ti es importante. Pero no estoy enamorada de ti, lo que tuvimos tú y yo ha sido solo pasión, una aventura. Pensé que los hombres como tú no se enamoraban, tienen dinero, poder y mujeres a su disposición.—Andrei enfureció.

—Si, muchas mujeres como tú, simples prostitutas. Porque aunque seas hija de un importante empresario, sigues siendo solo eso una vulgar y barata prostituta. Te enviaré mi regalo de bodas, gracias por tus servicios.—Andrei sacó dinero de su cartera y se lo arrojó a Violeta en la cara.

—Como te atreves, idiota.—

Andrei continuó su camino, agradeció a Pablo su atención para después salir de aquella mansión rumbo a México, después volvería a casa. Mientras viajaban al aeropuerto, estuvo en total silencio. Estaba lleno de odio, pero no se quedaría tal ofensa sin ser cobrada.

—Leyva necesito un favor, quiero que destruyas a los collazo, quedan fuera de nuestros negocios y envíale un regalo a Violeta que jamás olvide.—

—Como tú lo ordenes.—

Siempre en ese mundo pagan justos por pecadores, y sin remordimiento alguno secuestraron al padre de Violeta en plena boda y jamás volverían a saber de él. Y con esa culpa viviría siempre la mujer que lo había engañado, sobre todo aprendería que con los hombres como Andrei no se juega.