“Primero fue una obsesión... luego, una condena disfrazada de amor.”
Dayana dejó atrás su mundo para perseguir un futuro como estudiante de medicina, sin saber que su destino cambiaría con una sola mirada en un aeropuerto. Suang, un hombre frío, poderoso y marcado por la oscuridad, la quiso solo porque no podía tenerla.
La obligó a ser su esposa, no por amor, sino por capricho.
Pero con el tiempo, algo inesperado comenzó a quebrar su control: el amor. Un amor que llegó demasiado tarde.
Encerrada en una jaula de lujos, Dayana aprenderá que no todos los sentimientos salvan… algunos destruyen.
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#18
Dayana se levantó de la cama, estirando sus brazos y bostezando. Se sentía un poco cansada después de una noche de sueño irregular. Se dirigió al baño para comenzar su rutina matutina.
Mientras se bañaba, no pudo evitar recordar la conversación con Suang del día anterior. La forma en que la había llamado "conejita" la hizo sentir incómoda y muy avergonzada. Trató de desaparecer esos pensamientos de su mente, pero no pudo evitar sentir una sensación de curiosidad.
Después de bañarse, se vistió. Se sentó en la cama para peinarse y se miró en el espejo. Sus ojos parecían un poco cansados, pero su piel lucía radiante.
Justo cuando se estaba terminando de arreglar, sonó su teléfono. Miró la pantalla y sonrió al ver el nombre de Alejandro.
—Hola, ¿cómo estás? —preguntó Alejandro con su voz cálida y amistosa.
—Hola, estoy bien, gracias —respondió Dayana, tratando de sonar lo más natural posible a pesar de la emoción que sentía.
-Me alegra saberlo -dijo Alejandro- Quería saber como habías estado estos días
-muy bien, gracias por preguntar- sonrió - ¿y tú?- preguntó mientras habría la puerta de su habitación
- estoy bien gracias- Hubo una pausa- quisiera saber cuando podríamos vernos otra vez
- no sabría decirte... aún no me informan de mi próximo descanso-
- entiendo... cuando puedas no dudes en llamarme-dijo Alejandro- bueno, no te molesto más, que tengas un buen día
- tu igual-Dayana colgó el teléfono y se dirigió hacia la habitación de uno de los pacientes que recientemente habían ingresado. Sin embargo, en el camino se encontró con el doctor Lee.
—Buenos días, Dayana —dijo el doctor Lee con una expresión seria—. Tengo noticias sobre los resultados de los análisis de Cheng.
Dayana se detuvo en seco, intrigada.
—¿Qué pasa? —preguntó—. ¿Es compatible para la donación del riñón?
El doctor Lee sacudió la cabeza.
—Lo siento, Dayana —dijo—. Los resultados muestran que Cheng no es compatible para la donación del riñón para su madre.
Dayana se sintió decepcionada y preocupada por Cheng y su madre.
—¿Qué significa esto? —preguntó—. ¿No hay ninguna otra opción?
El doctor Lee suspiró.
—Lo siento, pero no hay ninguna otra opción para la donación de riñón en este momento —dijo—. Sin embargo, podemos seguir buscando otras opciones de tratamiento para la madre de Cheng.
Dayana asintió con la cabeza, sintiendo una sensación de tristeza.
—Gracias, doctor Lee —dijo—. Debo hablar con Cheng.
El doctor Lee asintió.
—Sí, por favor, háblales —dijo—. Necesitan saber sobre la situación.
Dayana se dirigió a la habitación de Cheng con una mezcla de emociones. Sabía que la noticia sería difícil de aceptar para él y su familia. Al llegar a la habitación, encontró a Cheng sentado en la cama, mirando por la ventana con una expresión pensativa.
—Hola, Cheng —dijo Dayana suavemente—. Necesito hablar contigo sobre los resultados de los análisis.
Cheng se volvió hacia ella, con una mirada de curiosidad y preocupación.
—¿Qué pasa? —preguntó—. ¿Es algo malo?
Dayana tomó una profunda respiración antes de hablar.
—Lo siento, Cheng —dijo—. Los resultados muestran que no eres compatible para la donación del riñón para tu madre.
Cheng se quedó en silencio durante un momento, procesando la información. Luego, su rostro se descompuso y comenzó a llorar.
—¿Qué vamos a hacer? —preguntó entre sollozos—. Mi madre necesita un riñón para vivir.
Dayana se sentó junto a Cheng y lo abrazó.
—Lo siento mucho, Cheng —dijo—. Pero no te rindas. Seguiremos buscando otras opciones de tratamiento para tu madre. Y podemos seguir buscando un donante compatible. Además podemos...puedes comprar un riñón...- Dayana hizo una pequeña pausa- si estas en esta clínica es porque tienes dinero...¿no es así?- preguntó Dayana con vergüenza, después de todo no estaba bien hablar de la situación económica de otras personas sin importar lo buena que sea
Cheng asintió con la cabeza, aún llorando.
—Gracias, señorita- sonrió un poco- y no te equivocas, tengo una muy buena situación econimica pero no puedo, mi madre no quiere que utilice mi dinero...
Dayana lo miró incrédula ante su respuesta, pero no quiso hacer más preguntas
-entiendo... —dijo—. No estás solo en esto. Y sé que encontraremos un donante para tu madre
Cheng la miró mientras se secaba las lágrimas- sí ... Tienes razón
Dayana sonrió y se levantó para salir de la habitación.
—Voy a hablar con el doctor Lee para ver qué otras opciones tenemos —dijo—. No te preocupes, Cheng. Estoy aquí para ti.
Cheng asintió con la cabeza y se recostó en la cama, cerrando los ojos. Dayana salió de la habitación y se dirigió al despacho del doctor Lee.
—Doctor Lee, necesito hablar con usted sobre la situación de Cheng —dijo Dayana—. ¿Hay alguna otra opción para su madre?
El doctor Lee se recostó en su silla y cruzó los brazos.
—La verdad es que no hay muchas opciones —dijo—. La madre de Cheng necesita un riñón lo antes posible. Si no encontramos un donante compatible, su situación puede empeorar rápidamente.
Dayana se sintió preocupada al escuchar las palabras del doctor Lee.
—¿Y qué hay de la opción de comprar un riñón? —preguntó—. Cheng mencionó que su madre no quiere que utilice su dinero para eso.
El doctor Lee se inclinó hacia adelante y se apoyó en su escritorio.
—Esa es una opción, pero no es tan sencillo —dijo—. El tráfico de órganos es ilegal en muchos países, y además, no hay garantía de que el riñón sea compatible o de buena calidad.
Dayana se sintió desanimada al escuchar las palabras del doctor Lee.
—¿Qué podemos hacer entonces? —preguntó.
El doctor Lee se levantó de su silla y se acercó a Dayana.
—Voy a hablar con el equipo de trasplantes para ver si podemos encontrar una solución —dijo—. Mientras tanto, necesito que sigas cuidando a Cheng y su madre. Ellos necesitan nuestro apoyo en este momento.
Dayana asintió con la cabeza y salió del despacho del doctor Lee, decidida a hacer todo lo posible para ayudar a Cheng y su madre.
💘holis hermos@s, perdón por no subir capítulos estuve muy ocupada, pero intentaré actualizar más seguido
Quisiera saber quien podría ayudarme a conseguir más seguidores para que mi historia siga creciendo y así motivarme más, si alguien está interesado me lo puede hacer saber por los comentarios
Eso es todo hermos@s, tomen agua y vayan a la escuela 💘
