NO RENUNCIARÉ A NOSOTROS.

Alejandro.

🍁🍁🍁

_ Iré a visitar a mi mejor amiga, mañana. _ Leticia salta emocionada frente a mi a mitad de la calle. _ Así que es hora de que me entregues lo que le enviarás.

Sonrío emocionado, le enviaré cartas de amor a mi mariposa.

_ Iré a la hacienda a recoger lo que le enviaré y luego vuelvo para entregarte todo. _ indico despidiéndose de mis amigos con un movimiento de mano, me subo a mi bicicleta.

_ ¡Estaré en casa de Sergio haciendo tareas! . _ grita Leticia cuando voy a unos metros.

Pedaleo tan rápido como puedo y en menos de doce minutos estoy en la entrada de la hacienda, me bajo de la bicicleta dejándola ahí en la entrada y corro hacia la casa de los empleados en busca de mi habitación, rápidamente me cambio de ropa y busco la pequeña caja en la que guardé las cartas para Luciana, abro la caja y tomo mi perfume para rocearle un poco a las cartas, quiero que huelen a mi.

Al salir de mi habitación me dirijo hasta la cocina en dónde me encuentro a mi madre cocinando en compañía de Petra y Juana, también está Guadalupe aún con su uniforme puesto.

_ Buenas tardes. _ saludo y me dirijo hasta mi madre para besar su mejilla.

_ ¿Cómo te fue en clases, mi amor?

_ Bien, mamá.

_ Ve al comedor de los empleados, ya te sirvo el almuerzo.

_ No voy a almorzar, mamá, debo ir al pueblo hacer un mandado. _ vuelvo a besar su mejilla. _ Te prometo que vuelvo pronto.

_ Ve con cuidado, Alejandro y no te demores, está noche el patrón quiere una reunión con todos los empleados de la hacienda..

_ Si, madre. _ me despido de todas y salgo de la cocina con ganas de irme pronto, pero no he caminado dos metros cuando la voz de Guadalupe me detiene.

_ Alejandro, espera. _ me detengo y ella llega a mi lado mientras pone sus ojos en la pequeña caja que llevo en las manos. _ ¿Qué es eso? _ cuestiona.

_ Algo que debo ir a dejar al pueblo, hablamos luego, se me hace tarde. _ pero ella vuelve a detenerme.

_ Espera un poco, solo te diré un par de cosas. Cómo sabes en un par de semanas cumpliré mis quince años y papá quiere hacerme una pequeña fiesta con todos los empleados y sus hijos, por su puesto Matilde y tú están invitados y... _ retuerce sus dedos mientras fija sus ojos en los míos. _ A mí me gustaría que tú fueras mi chambelán, dí que sí, por favor, baila conmigo.

Mis ganas por irme a casa de Sergio son intensas así que para no me siga quitando más el tiempo le digo que sí, si seré su chambelán en su fiesta de quince años. Me incómoda un poco cuando se pone en puntillas y deja un beso corto en mi mejilla, se siente demasiado raro que no sea mi madre o Luciana quien me bese.

_ Adiós, Guadalupe, nos vemos más tarde. _ me apresuró a la entrada en busca de mi bicicleta.

Comienzo a pedalear nuevamente y a mitad de camino me doy cuenta de que la camioneta de doña Alfonsina se dirige al pueblo también, busco más la orilla del camino para cuando ella pase por la zona donde hay un charco no me vaya a salpicar con el agua sucia, pero de nada me vale, ella pasa su camioneta de lujo con más velocidad cuando entra al charco, las llantas me salpican de agua sucia y quedó vuelto nada, maldigo mil veces, porque sé que lo hizo a propósito.

Respiro profundo bajando de la bicicleta, por suerte a la caja de las cartas no le pasó nada, antes de subir a la bicicleta la había metido en una bolsa plástica, ahora debo ir al pueblo así sucio y mojado, no me puedo devolver a cambiarme de ropa, si lo hago tardaré más y Leticia pronto debe volver a su casa.

Me vuelvo a subir a mi bicicleta y pedaleo hasta llegar a casa de Sergio, la brisa secó un poco mi ropa, pero me veo fatal con lo sucio que estoy.

_ ¿Pero qué te pasó? _ pregunta Sergio al verme.

_ Me caí en un charco de agua sucia en el camino. _ miento, no quiero que le vayan a decir nada a Luciana.

Me recibe en el jardín delantero de su casa, me ofrece un vaso de limonada y yo le entrego la pequeña caja a Leticia.

_ ¿Qué es ésto? _ preguntar Leticia admirado la caja de forma rectangular en color azul con algunos detalles de pequeñas mariposas en color dorado. _ Oh, es preciosa. _ exclama emocionada. _ Luciana se pondrá muy feliz al verla.

_ Eso espero, son cartas de amor para mi mariposa, deseo le gusten mucho.

_ De eso no tengas dudas. _ Leticia me sonríe y guarda la caja en su mochila escolar.

Hablamos por algunos minutos mientras me tomo la limonada que está deliciosa, luego nos despedimos y subo a mi bicicleta de regreso a la mansión.

...

Son las siete de la noche y más de cincuenta empleados estamos reunidos en el patio trasero de la casa grande, el señor Arturo de la Vega está frente a nosotros brindando un saludo y palabras de agradecimiento.

_ Como les había dicho el año pasado, cada familia que haya trabajado para mí por más de cinco años tendría derecho a una pequeña vivienda y ese momento ha llegado, las viviendas están listas y podrán ocuparlas cuando quieran, el terreno será de ustedes y ahí podrán hacer lo que quieran.

Todos rompemos en un aplauso de agradecimiento, me ha e ilusión una casa solo para mí madre y yo porque así podré sacar las alcancías que Luciana y yo hemos llenado de monedas y las traeré a la nueva casa para que estén más seguras.

_ Gracias, señor de la Vega. _ habla Pablo por todos nosotros.

_ Gracias a ustedes por ayudarme a mantener está haciendo en alto, sin su ayuda no sería posible estar donde estamos. Mañana por la mañana se harán las entregas de las llaves y de sus nuevas viviendas, que tengas buenas noches.