Qiang fue secuestrado por chén debido a una obsesión reprimida que sintió por el, aunque internamente su cuerpo le grita que huya, pero existe una valiosa razón para creer que vale la pena continuar en las llamas
NovelToon tiene autorización de Erika Julieth para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
...
Qiang se detuvo por un momento, su mirada clavada en el rostro de Hui Ying. La crueldad y el desprecio que veía en sus ojos lo hicieron dudar por un instante. Se preguntó si realmente valía la pena luchar por su hijo, si realmente valía la pena enfrentar la crueldad de Hui Ying.
Pero entonces, recordó la cara de su hijo, recordó la sonrisa de Feiyu, y su corazón se endureció. No podía permitir que Hui Ying le quitara a su hijo, no podía permitir que la crueldad de ella destruyera la vida de Feiyu.
Qiang tomó una profunda respiración, y su mirada se endureció. Se acercó a Hui Ying, su voz firme y decidida.
Qiang: (con voz firme) No me importa lo que me hagas, Hui Ying. No me importa lo que me digas. Quiero ver a mi hijo, y voy a hacer todo lo que sea necesario para protegerlo.
Hui Ying se rió, una risa fría y despiadada. Pero Qiang no se detuvo. Siguió adelante, decidido a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
Hui Ying se acercó a Qiang, su rostro lleno de ira y desprecio. De repente, levantó su mano y le golpeó en la cara, con una fuerza que hizo que Qiang se tambalease hacia atrás.
Qiang se llevó la mano a la mejilla, que ya comenzaba a hincharse. Miró a Hui Ying con una mezcla de dolor y rabia.
Hui Ying: (con voz helada) ¿Cómo te atreves a desafiarme? ¿Cómo te atreves a cuestionar mi autoridad?
Qiang se enderezó, su mirada clavada en la de Hui Ying. A pesar del dolor y la rabia, no se detuvo.
Qiang: (con voz firme) No me importa lo que me hagas, Hui Ying. No me importa lo que me digas. Quiero ver a mi hijo, y voy a hacer todo lo que sea necesario para protegerlo.
Hui Ying se rió de nuevo, pero esta vez su risa fue más fría y más cruel. Se acercó a Qiang, su rostro a solo unos centímetros del suyo.
Hui Ying: (con voz helada) Vas a pagar por tu insolencia, Qiang. Vas a pagar por desafiarme.
Feiyu es un miembro de la nobleza, Qiang. Es el hijo de Chén y mío. ¿Cómo vas a explicar que es hijo de un don nadie como tú? ¿Cómo vas a explicar que su padre es un omega débil y patético?
¿Estás dispuesto a humillar más a tu hijo, Qiang? ¿Estás dispuesto a hacer que se sienta avergonzado de ser tu hijo?
Qiang se sintió abrumado por la verdad de las palabras de Hui Ying. Sabía que ella tenía razón, que Feiyu era un miembro de la nobleza.
Hui Ying: (con voz firme) Feiyu necesita una educación adecuada, una formación que lo prepare para su papel en la sociedad. Y eso no es algo que puedas proporcionarle, Qiang.
Contra todo pronóstico chén llegó a la mansión antes de lo esperado.
Chén se sorprendió al ver a Qiang en la mansión, a pesar de haberle dicho explícitamente que no lo hiciera. Pero lo que realmente lo sorprendió fue ver el golpe en la cara de Qiang.
Chén: (con voz baja y peligrosa) ¿Qué pasó aquí?
Hui Ying se acercó a él, sonriendo con una sonrisa fría.
Hui Ying: (con voz helada) Qiang se atrevió a desafiarme, Chén. Se atrevió a cuestionar mi autoridad.
Chén se volvió hacia Hui Ying, su rostro lleno de ira.
Chén: (con voz baja) ¿Tú le hiciste esto?
Hui Ying asintió, sin mostrar ningún remordimiento.
Hui Ying: (con voz helada) Sí, Chén. Me vi obligada a castigarlo.
Chén: (con voz baja) Vas a pagar por esto, Hui Ying. Vas a pagar por haberle hecho daño a Qiang.
Hui Ying se rió, una risa fría y despiadada.
Hui Ying: (con voz helada) ¿Y qué vas a hacer, Chén? ¿Vas a castigarme?
Chén sonrió, una sonrisa peligrosa.
Chén: (con voz baja) Oh, sí. Vas a pagar por esto, Hui Ying. Vas a pagar muy caro.
A pesar de su apariencia fría y despiadada, Hui Ying se sintió herida por las palabras de Chén. Le dolía que él defendiera a Qiang en su presencia, le dolía que él se preocupara más por el bienestar de su amante que por el suyo propio.
Pero Hui Ying no se podía mostrar derrotada. No se podía permitir el lujo de mostrar debilidad frente a alguien tan inferior como Qiang. Así que se mantuvo firme, su rostro inmutable y su voz helada.
Hui Ying: No entiendo por qué te preocupas tanto por este omega patético, Chén. No entiendo por qué lo defiendes de esta manera.
Chén se volvió hacia ella, su rostro lleno de ira.
Chén: No te atreves a hablar de Qiang de esa manera, Hui Ying. No te atreves a hablar de él como si fuera algo menos que un ser humano.
Hui Ying se rió, una risa fría y despiadada.
Hui Ying: Oh, Chén. Eres tan predicable. Siempre defendiendo a tus amantes, siempre preocupándote por sus sentimientos. Eres tan débil.
Chén se volvió hacia Qiang, su rostro lleno de curiosidad.
Chén: (con voz baja) Qiang, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Por qué viniste a la mansión?
Qiang se sintió nervioso, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que no debía haber venido a la mansión, sabía que no debía haber desafiado a Hui Ying.
Qiang: (con voz temblorosa) Vine... vine a ver a Feiyu. Quería ver a mi hijo.
Chén se sorprendió, su rostro lleno de sorpresa.
Chén: (con voz baja) ¿Feiyu? ¿Qué tiene que ver Feiyu con esto?
Qiang: (con voz firme) Vine porque... porque Hui Ying golpeó a Feiyu.
La habitación se quedó en silencio, el aire cargado de tensión. Chén se volvió hacia Hui Ying, su rostro lleno de sorpresa y enfado.
Chén: (con voz baja) ¿Es cierto?
Hui Ying se sintió atrapada, su rostro pálido y nervioso.
Hui Ying: (con voz temblorosa) No... no fue así...
Qiang se sintió más enojado, su corazón latiendo con más fuerza.
Qiang: (con voz firme) Sí, fue así. ¿porqué mientes?