Adrián, un joven creativo lleno de entusiasmo, comienza a trabajar en una agencia publicitaria donde conoce a Héctor, su exigente y distante director creativo. Lo que comienza como una relación profesional llena de tensiones se transforma en un vínculo inesperado cuando Adrián descubre la vulnerabilidad detrás de la fría fachada de Héctor. Juntos, enfrentarán prejuicios y sus propios miedos mientras intentan encontrar el amor en medio del caos .
NovelToon tiene autorización de Enay Dareck para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
cap:18
Adrián despertó al día siguiente con un peso menos en el pecho, aunque las cicatrices emocionales seguían frescas. Había cerrado el capítulo con Héctor y Gabriel, pero ahora tenía que enfocarse en algo más grande: su futuro.
Mientras preparaba un café, su teléfono sonó. Era un número desconocido.
—¿Hola? —contestó, su voz algo ronca por el cansancio.
—Adrián, soy Diana —respondió una voz femenina, cálida y decidida.
Adrián casi dejó caer la taza. Era su hermana mayor, con quien no hablaba desde hacía años. Habían perdido contacto después de que ella decidiera seguir un camino diferente al de la empresa familiar, pero su tono ahora era claro: había algo importante que decir.
—Diana… ¿qué sucede?
—Tenemos que hablar, y no es algo que pueda explicarte por teléfono. Te espero en la casa de mamá en dos horas.
Adrián no tuvo tiempo de procesar mucho más. La relación con Diana siempre había sido complicada, pero si ella estaba buscándolo, debía ser algo serio.
El Encuentro Familiar
Cuando llegó a la antigua casa familiar, los recuerdos lo golpearon como un vendaval. Diana lo esperaba en la sala, con un café servido y una pila de documentos sobre la mesa.
—Gracias por venir —dijo Diana, ofreciéndole una pequeña sonrisa.
Adrián se sentó frente a ella, desconfiado.
—¿Qué es esto, Diana? Hace años que no hablamos, y de repente me llamas. ¿Qué está pasando?
Diana tomó los documentos y se los extendió.
—Es sobre la empresa. Sé lo que pasó con tu antiguo trabajo, y también sé quién está detrás de todo esto.
Adrián frunció el ceño mientras revisaba los papeles. Eran informes financieros, contratos y, lo más sorprendente, documentos que demostraban cómo Clara y Gabriel habían estado involucrados en una red de corrupción para beneficiar a Héctor.
—¿Cómo obtuviste esto? —preguntó Adrián, asombrado.
—He estado investigando desde hace meses. No podía quedarme de brazos cruzados mientras nuestra familia era arrastrada al barro por personas como Héctor. Sabía que tarde o temprano llegarías a este punto, y ahora es momento de actuar.
Adrián dejó los papeles sobre la mesa y la miró con desconfianza.
—¿Por qué te importa ahora, Diana? Abandonaste la empresa hace años.
Diana lo miró con intensidad.
—Porque aunque me fui, siempre fue nuestra herencia, nuestra responsabilidad. Lo que hicieron Héctor y su gente fue arruinar nuestra reputación y pisotear nuestro trabajo. Pero podemos recuperarlo, Adrián. Tú y yo.
Adrián sintió una mezcla de emociones: nostalgia, enojo y algo que no había sentido en mucho tiempo, esperanza.
—¿Y cuál es tu plan?
Diana sonrió.
—Primero, necesitamos recuperar el control de la empresa. Tengo contactos que pueden ayudarnos a demostrar que Héctor ha estado usando su posición para enriquecerse de forma ilícita. Después, usaremos esta información para presionarlo y obligarlo a renunciar.
Adrián asintió lentamente.
—Eso suena bien, pero no será fácil. Héctor tiene muchos aliados.
—Lo sé —admitió Diana—. Por eso necesitamos estar unidos. Y sé que no hemos tenido la mejor relación, pero quiero que sepas que estoy aquí para luchar contigo.
Por primera vez en mucho tiempo, Adrián sintió que no estaba solo. Miró a su hermana y asintió.
—Está bien. Lo haremos juntos.
El Inicio del Contrataque
Esa noche, Adrián y Diana comenzaron a trabajar en un plan detallado. Contactaron a antiguos empleados de la empresa familiar, recopilaron más pruebas y elaboraron una estrategia para desenmascarar a Héctor y sus cómplices.
Mientras trabajaban, Adrián sintió algo que había perdido hacía tiempo: propósito. Por primera vez en meses, no estaba reaccionando al caos de su vida, sino tomando el control de su destino.
Pero sabía que el camino no sería fácil. Héctor no era alguien que se rindiera sin pelear, y el enfrentamiento que se avecinaba sería brutal.
Adrián cerró su laptop y miró a Diana.
—Gracias por venir a buscarme.
Ella le dio una palmada en el hombro.
—Siempre serás mi hermano, Adrián. Ahora, vamos a recuperar lo que es nuestro.
Y así, con una nueva determinación en su corazón, Adrián se preparó para la lucha de su vida.