Anya es una joven modesta, inocente y alegre que fue criada por su tía después de que su vida se viera sacudida por la trágica perdida de sus padres, sin embargo, eso no era lo único, ya que el destino le tendría otra mala pasada.
Se suponía que buscaba tener un futuro feliz, tranquilo; sin embargo, nunca creyó que su vida terminaría atada de la forma menos pensada.
¿Podrá ser feliz?
¿Podrá conocer lo que es el amor?
NovelToon tiene autorización de Karina Jiménez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 19
Como no recordaba nada, Anya pensó en ver las imágenes de las cámaras de seguridad del apartamento, al darse cuenta lo que hizo se sintió apenada con Bastian, por lo que decidió hablarle por teléfono.
— ¿por la llamada, imagino que fue por lo de anoche?
— si, que vergüenza contigo, tuviste que cargarme como un bebé, y además te quedaste.
— lo volvería a hacer de nuevo, te lo he dicho antes, yo siempre te voy a cuidar.
— lo sé, ahora mismo no aguanto mi cabeza, siento que me va explotar, no recuerdo lo que dije anoche, vi las grabaciones y puedo ver qué hablé mucho, ¿espero no haber dicho estupideces, o si?
— si, fueron tantas que yo tampoco las recuerdo, oye, tengo algo importante de que hablarte.
— ¿si, dime de qué se trata?
— no te lo diré por teléfono, paso por ti después del trabajo, en la tarde.
— está bien, ¿me puedes dar una pista?
— no, tendrás que ser paciente, nos vemos por la tarde.
— claro, yo también tengo cosas que hacer, entonces nos vemos.
Después de colgar con Bastian, Anya se preparó para salir, hacía semanas que había tomado la decisión de buscar un trabajo de medio tiempo, porque ya no quería vivir en el apartamento de Bastian, aunque recibía un sueldo enseñado a los niños en el orfanato con clases de piano y otros días les enseñaba pintura, sabía que el sueldo lo pagaba Bastian, y ella quería saber cómo era enfrentarse a la vida sola sin ayuda de nadie, quería más responsabilidades en su vida.
preparó su currículum y los había dejado en diferentes tiendas semanas antes, ella había dicho que el día anterior no había sido bueno, pero este día si lo era, porque al salir cuando entró a una cafetería se encontró por casualidad con el hombre de la galería.
él hombre fue quien le habló primero, debido a que Anya si lo miró, pero no quiso hablarle, él se levantó de donde estaba con unas personas y fue donde ella, quien estaba esperando a una compañera de clases la cual se estaba convirtiendo en su amiga también, que se encontraba ocupada y era la que le iba a conseguir el trabajo.
— ¡Buenos días! Señorita.
— ¡Buenos días! ¿como está?, respondió anya sonriendo amablemente.
— mucho mejor ahora que veo que estás bien, ¡anoche no te veías nada bien!.
— ¡ah! Si, lo dice por anoche, estoy bien, él es un amigo, a veces se pone que no lo soporto, ¡gracias! por preocuparse.
— ¡oh! no, ¿por qué la formalidad?.
— no me malinterprete, pero como no lo conozco, es por eso.
— entiendo, yo tampoco suelo hacerlo, pero presiento que seremos buenos amigos.
— si, bueno si usted lo dice.
— en que quedamos, a propósito ¿estas esperando a alguien?, ¿si no es así, te puedo invitar un café?
— si, estoy esperando a una amiga, gracias de igual manera.
— bueno, será otro día, ¡ah! ve cuando quieras a la galería, está es mi tarjeta, ahí está mi número, puedes llamar cuando quieras.
— ¡gracias!, claro que sí iré, dice Anya un poco tímida con él hombre.
Al terminar su amiga fue con ella, lo primero que hizo fue preguntarle sobre él.
— ¿oye, que fue lo que te dijo? él viene todas las mañanas, es amigo del dueño.
— ¡hola! Sophie, yo también amanecí muy bien, ¿y tú?
— no seas mala, hablo enserio, ¿tú lo conoces?
— no, lo vi anoche en la inauguración de su galería, y verdaderamente no sé porque vino a saludarme.
— si, fue ayer, él viene todos los días por las mañanas y se toma un café en ese mismo lugar, mi jefe es el que está a la derecha, hablé con él como te dije, ¿ y adivina qué?
— ¿qué, que dijo ? Habla rápido.
— dijo que sí, que puedes venir mañana para la entrevista, pero no te asustes, si te darán el trabajo porque necesitan un ayudante.
— ¡gracias! estoy agradecida contigo Sophie.
— para eso estamos, no es así, bueno tengo que volver al trabajo porque falta todavía para terminar, hablamos mañana.
— claro, yo también tengo cosas que hacer, voy a empezar a buscar un lugar para vivir.
— si, en esta zona hay muchos apartamentos en renta.
— no, tengo que buscar en otro vecindario porque está zona es muy exclusiva, ni trabajando seis meses lograría pagar un lugar como en el que estoy ahora, bueno no te quito más tú tiempo.
Anya caminó, y cada vez se alejaba más de la zona donde vivía, pero aun así, las rentas de los apartamentos eran muy costosas, siguió y las rentas eran más flexibles, averiguó uno y le gustó porque el jefe de condominio era una señora muy amable,
Ella le dijo que podía ocupar el apartamento cuando quisiera, Anya aceptó, solo le pidió que le diera unos días, eran los días para informarle a Bastian sobre la decisión que había tomado.
Miró el reloj y eran más de medio día, volvió a casa y cuando llegó la hora Bastian fue por ella, para ir a la casa donde vivía Bastian, a unos quince minutos de donde ella vivía, en el trayecto pensaba en como decirle y también pensaba en lo que él le diría.
— ¿en qué estás pensando?
— ¿Quién, yo?
— si, yo no veo a nadie más, solo estamos los dos aquí, por supuesto que te pregunto a ti, estás distraída, ¿te está pasando algo?
— no, no me está pasando nada, es porque no he dormido bien, tengo dolor de cabeza todavía, supongo que es por lo de anoche.
— yo te lo dije pero no me hiciste caso.
— ¿de que me quieres hablar?
— de algo importante, te lo dije.
— dime entonces, ¿de qué se trata?
— bueno, también te dije que tenías que esperar, mira ya estamos cerca.
— ¿ vives fuera de la ciudad?
— si, me gusta la tranquilidad.
— que bien, a mi también.