Una serie de desafortunados acontecimientos llevan a Marla a volverse más fuerte, luchando entre el amor , amistad y la supervivencia dando como resultado a una implacable guerrera lista para liderar el mundo oscuro del ampa..
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Recaída...
Una nueva semana transcurrió.
Debido a la decepción, tristeza que sentía, decidio evitarlos, tanto que nadie lograba entablar una conversación con ella.
Al llegar del trabajo cenaba rápidamente, ingresaba a su dormitorio.
Eligia música clásica, colocándose sus auriculares, comenzaba a trabajar en su portátil, adelantando un mes más, aunque no se lo pedían.
Al terminar, se ocupaba arduamente en la conformación de su empresa. Pulia cada vez más su proyecto.
El dolor llegó a un punto más alto cuando veía Justin con Tatiana besarse.
¡Su corazón dolía!
En medio de la soledad auto impuesta, analiza lo hechos objetivamente, con calma.
Comprendió que no debía sufrir por Justin, al final él eligió.
Decidida a poner fin a su martirio, apagó el móvil, ese fin de semana no llegaría a casa.
Se dirigió directo hacia el distrito, adquirió un departamento.
El lugar era hermoso, en el último piso del edificio cristal. Ubicado en la zona Diamond le ofrecía una bella vista al parque central, rodeado de bellos edificios.
Al completar la transacción, salió a la terraza, recargada en el elegante barandal, visualizo un jardín con palmeras, diversas plantas de ornato, todo iluminado.
Sonriendo, con un toque de melancolía susurro: -- ¡Aquí estaré mejor!
En línea eligió sus muebles, artículos de línea blanca. No olvidó nada, incluso cambio su guarda ropa.
Esa misma tarde, con ayuda del servicio de entrega, acomodo a su gusto.
Durmió casi a media noche, cansada y satisfecha.
Se reunió con Gladys al día siguiente, después de almorzar fueron por el cambio de look que le había propuesto.
Su cabello largo fue cortado en un bob, lo tiñeron de rubio platinado. Diseñaron sus uñas de acuerdo a sus expectativas.
¡Por fin se decidió!
Retiro los lentes de manera definitiva y se enfundó en un elegante vestido ajustado en color claro, con sus respectivos accesorios.
Gladys se divirtió mucho con ella, notaba la tristeza en sus ojo, evitando hacer preguntas incómodas, solo disfrutó de su fin de semana con ella.
Saliendo de su trabajo el lunes por la noche, regresó con varias bolsas con la cena lista y caliente.
Al bajar por las escaleras del viejo sótano, dejó boquiabiertos a todos.
El más asombrado era Justin.
Su vestido entallado delineaba su curvilínea figura, su pelo brillaba esplendorosamente y sus tacones definitivamente reafirmaron su porte de princesa.
Aurelio cuestionó mirándola con delicadeza:-- No contestaste a mis llamadas.
Perla, se levanta y la gira para observarla bien dándole un abrazo:-- ¡Que linda te ves!
Con una media sonrisa agregó:-- ¡Lo siento! Les parece si cenamos.
La cena transcurrió en silencio, se sentía incómoda, sus miradas escrudillantes le recordaron su día de trabajo, la miraban de la misma forma.
Iker fue el que habló primero:
--Mi tiempo terminó aquí. Gracias por salvar mi vida, sus atenciones, cuidados por todo. ¡Muchas gracias! _ Levantandose hizo una reverencia_. Mañana regreso a casa.
Agregó Marla con timidez:
-- Gracias por todo, también me voy. Espero sigamos siendo amigos es hora de seguir adelante.
Abrazó a todos para evitar que vieran sua lágrimas a punto de escapar, se levantó y limpió todo lo que había en sobre la mesa.
Con significativa tristeza Justin agregó:-- Debo irme a trabajar.
Tatiana se levantó y lo acompañó a la salida después de escuchar el motor de su moto alejarse Tatiana entró sonriendo: --Marla te tengo que contarte algo.
Se dirigió a ella, el brillo en sus ojos era evidente mostrando su felicidad.
Un toque de frialdad se escucha en la voz de Marla al contestar :
--Lo se. ¡Felicidades!
La dejó ahí parada.
Marla abraza sus mayores y se retira a su dormitorio.
Enojados Perla y Aurelio salieron del sótano, antes de cerrar la puerta, agregó el paramédico molesto:-- Y tú qué harás ? Creo que tú también estás de más aquí. Con su último frase, Aurelio azoto la puerta sin dirigirle una mirada a Tatiana.
* * *
A la mañana siguiente, antes de que Justin llegara Marla abandonó el lugar donde vivió este último año.
¡Su corazón oprimido no dejaba de doler!
Con pasos firmes llegaba su nuevo destino donde ahora estaría.
Ya en su departamento se duchó, cambió, arregló su maquillaje y tras ponerse unos enormes tacones salió rumbo a "LACROM" ese mismo día dio las gracias renunciando.
Julio boquiabierto no dejaba de sorprenderse de la hermosa y delicada chica que le había facilitado su trabajo en estos últimos meses.
La invitó a cenar pero ella no aceptó salió con la frente muy en alto y compró un auto de segunda mano y se dirigió al edificio donde ahora estaría su empresa junto a sus amigos.
Ellos celebraron, cortaron un listón de manera simbólica dieron por inaugurado su nueva empresa.
Invirtió todo su tiempo en él y cuando llegó su nuevo hogar, tan solo al cruzar la puerta, comenzó a llorar. Por fin soltó su tristeza reprimida, haciendo un recuento de todo lo sucedido los días anteriores. Tras secar sus lágrimas se dirige, a su estudio, no debe pensar en más en Justin, darle una nueva visión a su vida, en la que sólo Aurelio y Perla entrarían en ella.
* * *
A mitad de la semana estando con mucho trabajo su celular comenzó a vibrar con insistencia, terminó por contestar.
La voz de perla se escuchaba alterada:-- ¡Marley!
El tono la sorprende, poniéndose nerviosa cuestiona:-- ¿Estás bien?
¡ Qué sucede!
Sollozando Perla alcanza a responder:-- Aurelio recayó, lleva una semana tomando. ¡Necesito de tu ayuda!
-- ¿En dónde están?¿En tu casa?
Solo escucho un si, seguido de un llanto intenso.
-- Salgo de inmediato, estaré contigo, en una hora llegó.
Un evidente nerviosismo la invadió, se despidió de sus amigos y socios, ya con su bolso en mano, dirigiéndose a la salida
una pregunta la de tu detuvo.
Cuestionó Alfredo girando su silla bajando de ella, rodeando el escritorio hasta acercarse apresurado:-- ¿Qué te sucede?, ¿Te podemos ayudar en algo?
Contestó a punto de llorar:-- No es muy grave, gracias por preguntar. ¿Podrían trabajar estos días sin mí? Hay cosas que debo resolver llegaré hasta el próximo lunes.
--¡Claro!_ Los tres asintieron_.
Siente una mano sobre su hombro, una calida sonrisa de David la tranquiiza:-- Recuerda, tenemos una cita con tus posibles clientes, el lunes a las 9 de la mañana.
-- Aquí estaré.
Contesta mientras se dirige al ascensor.
A la hora, estaba fuera de la casa de Perla, giro la perilla, se encuentra con de Aurelio sollozando mientras tomaba directo de una botella, sentado en una esquina.
--¿Por qué no me invitaste a tu fiesta Aurelio ?_Pregunto enseguida mientras se acercaba_.
--Los he extrañado mucho no es lo mismo sin ti sin ustedes.
Se suenan la nariz, su pañuelo blanco reluce, con su botella en mano con una voz muy quebrada.
-- Hace 10 años que murieron mi esposa y mi hijo. Yo Atendí a otras personas. No hicieron lo suficiente ¡No lo pudieron salvar! Su llanto aumenta, aquel hombre fuerte como un roble, muestra sentimientos, tal vez por la bebida o el dolor en algún momento debía salir.
-- No los pude salvar yo estaba en otro servicio cuando me informaron.
Marla lo abrazó con fuerza y agregó:-- Lo siento mucho. No crees lo mal que se sentirán si te vieran así. ¡A mí me haces falta y mucho!
-- ¡Tu no digas nada! , ¡Fuiste tú la que nos abandonaste!
Suspira y bebe de nuevo, ella le quita la botella y comienza a beber.
Agrega sonríendo:- Pues ven conmigo, vengan los dos. Me siento muy sola sin ustedes ¡Por favor! Han sido como un padre y madre este año. Perla Ven conmigo también.
Marla se deja caer y abraza sus rodillas.
-- Ya no quiero estar sola de nuevo, pueden de ahi salir a trabajar, vivan conmigo por favor.
La angustia teñía sus palabras suplicantes.
Perla contesta tímidamente:-- ¡Es en serio nena!
--Claro que sí.
Perla se inclina y la abrasa, ella comienza a llorar aún más desesperada.
--¡Por favor !
--Si tú vas Perla, yo también, voy estoy estoy cansado, completé mi tiempo el trabajo y me pensionaron hace una semana.
La efermera abre los ojos más grandes, con sorpresa responde: -- Yo también hoy fue mi último día.
--Entonces vámonos, vayan por sus cosas.
Perla guarda tus pertenencias:
-- ¡Hoy mismo nos vamos!
Los dos mayores se ven a los ojos y sonríen.
-- ¡Vámonos!
Así lo hacen el paramédico sale y encuentra Justin lavando su moto.
--Adiós Justin. Fue un placer conocerte, pero, ahora no me agradas.
Se va zigzagueando por la calle.
-- Huy ¡Pues gracias! le contesta sin entender sus palabras, cuando termino de lavar su moto, se va a trabajar como cada noche.
Aurelio regresa, se encuentra con Perla y Marla maletas en la puerta, suben a su auto.
Los tres muy emocionados cada uno sentía la ausencia de los demás.
Mientras el auto avanza, los corazones ansiosos vislumbran una mejor vida.