Emma Raducanu, es una joven que sufre un terrible trauma por culpa de su novio. Lo que la lleva a padecer un gran rechazo hacia los hombres.
Emma se prometió a ella misma, no volver a enamorarse, ni confiar nuevamente en un hombre otra vez.
¿Qué pasará cuando Emma conozca al jefe de su hermana?.
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¿Quién es él?
Madrid, España.
Saúl Graviotto
Mi cabeza iba a explotar del dolor. Yo estuve muy enfermo. Intento girar la cabeza y no puedo.
— ¿Señor Graviotto? ¡Señor Graviotto! — Escuché que me llamaban y no sabía quién era.
— ¿Dónde estoy? Pregunto , tratando de abrir los ojos, pero la luz me ha cegado, haciéndome gemir.
— Estás en un hospital.
— ¿Dónde está mi novia? ¿Está herida? ¡Necesito verla! — Intento incorporarme y el mareo que siento es tan fuerte que casi me caigo si no fuera por las enfermeras. Cierro los ojos rápidamente.
— Trata de mantener la calma — Escucho la voz de una mujer tratando de tranquilizarme.
— Por favor, dime dónde está mi novia — le pido de nuevo, temeroso de que algo malo le haya pasado a mi reina. No pude soportarlo.
— Te encontraron solo en el piso del baño — dice la voz. Abro los ojos de nuevo para ver con quién estoy hablando y encuentro a una mujer que asumo es la doctora.
— ¿¡Dónde está ella entonces!? — cuestiono un poco adolorido.
— Señor, realmente no había nadie a su alrededor — comenta la enfermera.
— Necesito que la encuentres — digo suplicando.
— ¿Quiere que llama a alguien? — pregunta.
— Sí, por favor llama a mi cuñada, y también quiero que llames a la política — menciono.
— Está bien, señor le informaremos a su cuñada. En cuanto a la Policía, ya están aquí.
— Gracias, señorita. ¿Pueden pasar?, necesito hablar con ellos — Pregunto con urgencia.
— Pueden pasar, el paciente quiere verlos — Escucho que agradecen y trato de abrir los ojos de nuevo, el mareo se me ha pasado. Entonces me encuentro cara a cara con un par de policías que me miran con preocupación.
— Señor Graviotto, mi nombre es Daniel Gamboa, está es mi compañera Tania Rodríguez — me saluda el policía.
— Gracias por estar aquí.
— ¿Está bien para dar una declaración? — me preguntan.
— Sí, pero primero necesito que busquen a mi novia — pido desesperado.
— Antes de buscarla... ¿Recuerda lo que pasó?.
— Sí, lo recuerdo todo — respondí.
— ¿Entonces cuéntenos qué pasó? — pregunta el policía.
— Ten pronto como nos despertamos por la mañana, desayunamos y la llevé a la Universidad. Luego fui a mi empresa a trabajar y me quedé allí hasta casi la hora de recogerla de la Universidad, y salí de la empresa para encontrarme con ella — les digo, a tal punto de que me sentí mareado por la posición en la que me encontraba.
— Señor Graviotto, ¿se encuentra bien? — pregunta la mujer Policía, preocupada.
— Estoy un poco mareado — respondí.
— ¿Quieres parar?.
— ¡Estoy bien! No quiero dejar de hablar —, declare.
— Entonces será mejor que te acuestes — Escucho la voz del médico, y con ayuda me acuesto.
— ¿Qué me pasó, doctor? — Pregunto sintiendo mi cabeza palpitar.
— Usted sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le dieron con la parte inferior de un arma.
— Ya veo — miro al policía y advierto — Quiero seguir contando.
— Está bien, estamos escuchando.
— Entonces ¿dónde me detuve? — cuestiono.
— Dijiste que saliste de tu fábrica y fuiste a la Universidad de tu novia a recogerla — comenta el policía.
— Tan pronto como llegué a la Universidad, la estaba esperando recostado contra el auto, y allí fue cuando ella salió y me saludó. Ella caminaba hacia mí cuando un estudiante que asumo es de su clase la agarró del brazo y le estaba hablando como si estuvieran discutiendo.
— ¿Quién es él, lo conoces? — pregunta la Policía.
— La escuché llamarlo Jordi.
— Y este Jordi, ¿Sabes algo de él?.
— Nada. Emma y yo llevamos poco tiempo saliendo, ella viene de Italia. Nos conocimos a través de su hermana, que trabaja conmigo — respondí, confuso preguntándome si era Italia o Alemania.
— Entonces sigue, ¿Qué hiciste cuando viste que ese tal Jordi le había agarrado el brazo a tu novia? — sigue el interrogatorio por parte de ambos Policías.
— Bueno, logré quitarle los brazos de encima, lo amenacé diciéndole, que si la volvía a buscar, se vería conmigo.
— Y después de eso, ¿qué pasó?.
— Ese tipo el tal Jordi me amenazó diciendo que me iba a destrozar, pero no le creí... Luego nos dirigimos al centro comercial para almorzar, y luego íbamos a comprar un teléfono celular nuevo para ella, ya que ha sido acosada por un maníaco — respondo, sintiendo la ira nuevamente.
— Regresemos, otra vez al centro comercial, y luego quiero saber más sobre el maníaco, como usted lo menciona — dice el policía.
— Entonces después de almorzar, nos detuvimos para comprar un helado para Emma, jugamos y hablamos hasta que élla término. Dijo que necesitaba ir al baño, y yo aproveché y fui también. Acordamos encontrarnos en el pasillo, desde donde nos iríamos juntos a la tienda. Pero tan pronto como llegué a la puerta del baño, cuando la hale, sentí un dolor terrible en la cabeza y me desmaye. Cuando por fin logró despertar, mi novia no está aquí a mi lado.
— Ya veo, ¿Y hasta ahora no ha contactado a nadie? — indaga la policía.
— No que yo sepa. Pedí avisar a mi cuñada, su hermana Emery Raducanu.
— Ahora cuénteme sobre ese maníaco que ha estado persiguiendo a su novia — pregunta, el policía tomando notas de mi declaración.
— Entonces, hace dos años mi novia fue a*****a en su cumpleaños número 18 — digo, tratando de controlar mi ira.
— ¿Y el vi*****r fue atrapado?.
— No, por lo que sé. Hace un par de días empezó a perseguir a de nuevo — comento pensativo, todavía preguntándome como encontró su número.