Cerezos De Sangre.

Por fin se va terminando la fiesta y siento que mis pies me duelen mucho, me siento y bebo una copa de algún cóctel dulce que hay aquí, tiene bonitos colores y... También es delicioso, sonrió sola y madre me dice que tenemos que ir a cambiarme para el viaje de Luna de miel, le sonrió, ya que veo su rostro medio distorsionado, se ve tan graciosa.

° Luna cariño, vamos ya, pero cuantos daiquiris te bebiste...

 Luna... Hay hija vamos ya, déjame ayudarte.

• Madre me duelen los pies no quiero caminar...

° OK, llamaré a Ricardo para que te ayude, quédate aquí y me llevaré este daiquiri por precaución.

• Mamá yo...

° Que ya vuelvo. A no ya viene Ricardo.

• Señora Sofía, yo llevaré a Luna a su casa para luego ir al aeropuerto. No se preocupe.

• No creas que dejaré que me levantes para...

• Tranquila Luna, no puedes pararte y no quiero que pases una vergüenza.

Ricardo...

La llevo en mis brazos y ella acomoda su cabeza en mi cuello, me abren la puerta del auto y vamos rumbo a su casa, donde ya tienen todo preparado, su amiga creo que es ... Mónica la ayuda a cambiarse de ropa y después de algunos minutos baja con cuidado Luna, trae el rostro lavado y el cabello recogido no dice nada, se sube al auto y Mónica le da su bolso, después de darle un abrazo, seguro y sabe del matrimonio por una promesa de nuestros padres. Vamos al aeropuerto donde emprenderemos el viaje a una luna de miel que de miel pues no abra nada. No soy de los tipos que obligan a las mujeres a hacer la voluntad de uno mismo.

Ella no dice nada, las horas pasan y estamos sentados en el avión, mira su teléfono y se acuesta de costado, yo la dejo sola y voy por algo para beber, no bebí nada tan solamente un trago por el brindis del matrimonio solo eso.

La azafata muy coquetamente roza mi mano cuando me entrega la botella de agua, pensé que al ver mi anillo de matrimonio pues ya no pasaría este tipo de cosas. Vaya que en primera clase siempre suelen suceder cosas.

Me llevo una revista no sé ni porque la tomé, pero bueno debe ser los nervios al verme en esta situación y que mi esposa me encuentre, ja que divertido suena, si ella ni casi me hace, ni le importo en lo más mínimo. Me regreso a nuestro lugar y al parecer se quedó dormida, la veo más de cerca y si, se quedó dormida.

Luna...

Veo que él viene y cierro mis ojos, siento un dolor de estómago y la cabeza no para de darme vueltas o así es como lo siento. Me siento mal definitivamente no debí beber así.

Ya no resisto y quiero un baño urgente...

• Dame permiso debo ir al baño...

•Té vez pálida yo...

• Permiso...

... Él se para y yo salgo con dirección al baño que creo que es donde estoy yendo.

Si, la azafata me hace la señal y entro, cierro la puerta y dejo salir ese líquido amargo mezclado con alcohol, que asco.

Después de algunos minutos creo que ya mi estómago empieza a sentirse mejor o eso parece.

Me lavo el rostro que lo traigo pálido, acomodó mi cabello y salgo, me da un buen susto ver a Ricardo parado en la puerta.

Hay...

• No quería asustarte, lo siento, pero pensé que necesitarías agua y también te traje aspirinas.

• Gracias, yo solo vomite por beber tanto.

Me ayudo a caminar porque mis piernas están débiles, vamos a nuestros asientos, me ayuda nuevamente a sentarme y veo las miradas de las mujeres hacia nosotros están respirando en nuestros cuellos, me incomoda una poco porque jamás pase por esto... Deben pensar que soy una ebria, que vergüenza más grande la que estoy sintiendo.

• Quieres que te traiga algo para calmar tu estómago.

• No, yo... Sabes creo que si necesitaré unas sales para mí, estómago, por favor sí.

• Ok, espérame aquí vuelvo enseguida...

Luna...

Y a donde más puedo ir, estamos en un avión y a menos que me quiera tirar de el para escapar de lo que estoy viviendo... Porque bebiste tantos daiquiris, tonta... Prácticamente, pensé que no me iban a hacer daño, se veían tan deliciosos y no pensé que tenían alcohol, en fin lección aprendida.

Escucho a una mujer reír con una voz tan coqueta que me parece que esa tipa está coqueteando... Me giro disimuladamente y efectivamente está coqueteando nada menos que con Ricardo, vaya tipa para tan sinvergüenza.

No sé que le estará preguntando, pero es muy descarada la mujer, mientras le habla se agarra su pierna y su vestido lo levanta levemente dejando ver un poco más arriba, Ricardo se agarra el pelo, eso es señal de nerviosismo Ahora viene una azafata y le entrega algo, me giro porque sé que viene hacia acá. O a menos que se quede hablando con aquella mujer...

• Luna, te traje estas aspirinas y las sales como lo pediste, ya quedan algunos minutos para llegar a nuestro destino.

• Gracias.

Ricardo...

La veo y sigue con ese semblante pálido y a la vez triste. Bueno para ser sincero yo también no la estoy pasando nada bien, no sé cómo rayos podre llevar un matrimonio de ahora en adelante, no sé que vamos a hacer, de que vamos a hablar, como vamos a sobrellevar una convivencia, sé que viviremos solos, bueno, que pase lo que tenga que pasar...

Me siento a su lado y trato de leer la revista para distraerme en lo que este viaje incómodo se termina.

Luna después de unos minutos se queda dormida, ya hizo efecto la pastilla, no eran aspirinas sino un relajante para ella, con todo los nervios de este día, tenía que descansar aunque sea un poco.