El Vaivén De La Vida

Esa mañana desayunaron todos juntos y llegó la hora de partir ¡Que difícil se estaba haciendo!

Magui estuvo todo el tiempo en su regazo, mientras permaneció sentada, cuando se puso de pie, paso a brazos de su padre. caminaron hacia el coche.

-Mandame mensaje por cada lugar que pasen, y por la tardecita llámame...- dijo Maxi.

-Si.- asintió katrina y se paró frente a ellos -Los voy a extrañar mucho...- continuo y la pequeña le acariciaba el rostro desde los brazos de su papá.

-Solo unos días, más o menos en un mes, cuando me organice, vamos.- le informo él, llevando un mechón de cabello hacía detrás de la oreja de ella, cómo lo hacía siempre.

-No se si corresponde un beso así que...- dijo katri, ya que la niña estaba muy cerca.

-Si, corresponde...- respondió Maxi y le dio un beso.

Se observaron por un momento.

-katri....- dijo Tadeo.

-Si, si.- respondió ella y se subió al coche.

Tadeo también se despidió de su nuevo amigo con un abrazo, era alguien que también lo extrañaria mucho, una amistad que se había formado con un lazo muy firme. Se despidió Romy. De Carmela, la mujer más buena que han conocido se despidieron con anterioridad. Maxi dejo en el piso a Magui para que se abrace por un largo momento con Lupe.

Cuánto amor en solo 2 semanas, un amor que de seguro duraría toda la vida.

Cuando estaban todos sobre el vehículo, katri estaba con la ventanilla baja, así que Maxi aprovecho para darle un último beso. Luego, comenzó el viaje de regreso... Que duraría días.

El viaje de regreso duro mucho tiempo, cada tanto paraban a descansar. ahí, katri, aprovechaba y le informaba a sus dos hombres por dónde iban, a Maxi y a su padre. cuando paraban por la noche a descansar, si había internet, hacia una video llamada, más que nada porque Magui los quería ver, y sino había buena recepción, solo llamaban o enviaban mensajes.

Así fue que en 5 días, al fin, llegaron a casa. Entumecidos pero sanos y salvos.

Apenas llego saludo a su padre que andaba por adentro de la casa, viendo televisión.

-¡hija! espero que te haya ido bien... Ahhh, pero... ¡Caminas...!- la vio su padre con ojos desorbitados, parándose de la emoción.

-Con ayuda del andador, pero si...- respondió ella sonriendo y su padre la abrazo.

-Tenes que ir a ese médico que dijo que no podía hacer nada más y enseñarle...- río él hombre.

Una vez solos, se sentaron a tomar mate, su papá cebaba. Katrina le contaba todo lo que había pasado, que habían llegado a un pequeño paraje de gente buena porque se les rompió el coche y que ahí había un doctor que la ayudo con ejercicios. Con respecto a Maxi no le dijo nada más por ese día, le contaría, claro, sobre todo porque él proponía algo serio, pero lo haría, quizás al otro día.

-¿y vos qué hiciste en todo este tiempo?- le pregunto.

-Fui al cementerio, a visitar a tu madre...- respondió él.

-Como cada semana, papi...- comento ella con una sonrisa mientras acariciaba su cabello.

-Si, aunque... Tal vez porque iba solo, bueno, con Gero, quien no me dejaba ni a sol ni a sobra, pero sin vos... la sentía más cerca, cómo si me acompañase...- explico.

-Eso es muy lindo, papi. Ella siempre nos acompaña.- comento Katri -Y hablando de Gero ¿cómo se porto?-

-¡Ay, cómo me divierte ese chico, hija!. Me acompaña mucho... Tanto así, que ni ha salido con sus chicas en estos días... Si trajo a su nene.-

-Manuelito, claro le tocaba justo estar con él... Gero te quiere como a un padre, era muy pequeño cuando murió el tío...-

-Eso me decía tu tía...- respondió él y ella lo miro sonriendo.

Su padre, cómo todo heredero de sangre italiana, era un hombre de familia, y había tomado el lugar de padre para sus sobrinos cuando su cuñado murió. Y los crío con todo el amor y dulzura que lo caracterizaba. Ahora que ya esta mayor, hasta inocencia guardaba en su carácter. Claramente Katrina estaba enloquecida con él.

Luego de descansar bien, katri, ya estaba lista para su rutina, su negocio, que lo tenía que volver a abrir. vivió a sus masajes, ahora menos que nunca debía abandonar y lo más importante... Acompañar a su papá al control.

Ahí estaban, en la sala de espera del cardiólogo de su padre. Katrina, como todos los días y en cada momento que podía le enviaba mensajes a Maxi, sobre que era lo que estaba haciendo o le preguntaba a él y también por Magui.

"Estoy esperando en el consultorio del cardiólogo de mí papá 😬 hace como una hora 🥴🥴"

-¿Que es lo que tanto escribís desde que volviste? Y sé que por las noches hablas con alguien.- la interrogó su papá.

Katrina se dio cuenta de que había llegado el momento. Debía contarle a su padre la verdad. Que estaba en una "Especie de relación con alguien que le interesaba mucho". Tomo valor y sostuvo la mano de él.

-Papi...- Quiso decir, pero se borraron las palabras de su mente. Recordó lo que sufrió su padre al verla a ella sufrir por Valentino y no supo si hablar.

-Si mis cálculos son correctos y guiando por lo que me contaste... ¿el doctor?- pregunto.

Ella esbozó una sonrisa, pero justo en ese momento se abrió la puesta y los llamaron.

Ya dentro del consultorio, el médico estaba viendo los estudios de su padre y sonreía ¿Eso era bueno? Se pregunto.

-Todo salió muy bien, señor Pos por ¿topolli?- pregunto el médico

-Algo así...- respondió su padre riendo.

-Nunca me Saldrá el apellido.- dijo el médico.

-A nadie doctor...- tercio katri.

-Entonces eso quiere decir que puedo ir al baile de jubilados solo.- comento él.

-Yo creo que sí...- respondió el hombre.

-Pero yo no tengo problemas en acompañarte...- tercio ella nuevamente.

-Hija, por favor, no te gusta...-

-¿Quién te dijo que no?- pregunto Katrina.

-Solo vas para asegurarte de que yo esté bien...- insistio el hombre.

-Yo creo que no hay ningún problema que asista solo, es más, hasta una copa de vino puede tomar.- explico el cardiólogo.

-Además, ella se puede quedar a hablar con su novio.- dijo su padre.

-Oh, tenés novio.- dijo el doctor con una sonrisa.

-Bueno... No sé si novio...- estaba diciendo ella.

-¡Y es doctor!- exclamo su padre muy alegre -Colega suyo.-

Al parecer, por el contrario de lo que había pensado ella, si padre se encontraba feliz con toda su situación.