Sinopsis: "Mi Maestro No Solo Es Mi Maestro" es una apasionada historia de amor entre Mateo, un joven estudiante de 22 años, y su atractivo y misterioso maestro de naturopatía, el Dr. Sebastián Castillo, de 42 años. Mateo se matricula en el curso de naturopatía del Dr. Castillo, esperando simplemente obtener los créditos necesarios para graduarse. Sin embargo, pronto se encuentra cautivado por la sofisticación y el carisma de su maestro. A medida que pasan más tiempo juntos, una poderosa atracción surge entre ellos, desafiando las normas sociales y profesionales. Mientras luchan por mantener su relación en secreto, Mateo y Sebastián se enfrentan a numerosos obstáculos, desde la desaprobación de familiares y amigos hasta las consecuencias de revelar su romance prohibido. A pesar de ello, su conexión parece más fuerte que cualquier barrera.
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Capitulo 18
Mateo miró a Sebastián con una mezcla de sorpresa y confusión. "¿Un trabajo? ¿De qué tipo de trabajo está hablando, profesor Castillo?"
Sebastián se inclinó un poco más cerca, hablando en voz baja. "Mateo, déjame ser claro. Este trabajo no tiene que ver con la universidad o tus estudios. Se trata de una oportunidad fuera del campus, una que te permitiría ganar una cantidad considerable de dinero."
Mateo frunció el ceño, sintiendo cómo su estómago se revolvía con incertidumbre. "Pero, ¿qué tipo de trabajo sería ese, profesor? No entiendo a qué se refiere."
Sebastián lo miró con seriedad. "Mateo, seré honesto contigo. Te estoy ofreciendo la oportunidad de ser mi asistente personal, mi... compañero. A cambio, te recompensaré generosamente."
Mateo abrió los ojos como platos, sin poder creer lo que estaba escuchando. "¿Compañero? ¿Está usted sugiriendo que...?"
Sebastián levantó una mano, interrumpiéndolo. "Sé que esto puede sonar sorprendente, Mateo. Pero te aseguro que sería una relación mutuamente beneficiosa. Tú tendrías acceso a recursos y privilegios que jamás podrías obtener por ti mismo, y yo tendría la compañía y el apoyo de alguien en quien confío."
Mateo se sintió abrumado, sin saber cómo procesar las palabras de su mentor. "Profesor Castillo, esto... esto suena a una proposición indecente. No puedo aceptar algo así."
Sebastián lo miró con calma. "Piénsalo, Mateo. Podrías tener todo lo que siempre has deseado: lujos, viajes, seguridad financiera. Todo a cambio de muy poco."
Mateo sacudió la cabeza, sintiendo cómo la ansiedad lo invadía. "Pero eso sería algo inapropiado y deshonesto. No puedo involucrarme en algo como eso, por mucho que lo necesite."
Sebastián lo miró con una expresión casi suplicante. "Mateo, créeme cuando te digo que esto no afectaría nuestra relación profesional. Mantendremos una absoluta discreción y privacidad. Nadie tiene por qué enterarse."
Mateo se sentía cada vez más incómodo. "Profesor Castillo, lo siento, pero no puedo aceptar. Eso iría en contra de todo lo que creo y de mis principios. No puedo ser su... compañero."
Sebastián lo miró con decepción. "Entiendo, Mateo. Es una lástima, porque estoy seguro de que podrías beneficiarte mucho de esta oportunidad. Pero respeto tu decisión."
Mateo se levantó de la mesa, sintiendo que necesitaba alejarse de esa situación. "Gracias por entender, profesor Castillo. Creo que será mejor que me vaya ahora."
Sebastián asintió, sin insistir más. "De acuerdo, Mateo. Pero recuerda que mi oferta sigue en pie si cambias de opinión."
Mateo se despidió rápidamente y se alejó, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. No podía creer que su mentor, alguien a quien admiraba tanto, le hubiera hecho una proposición tan inapropiada.
Mientras caminaba, Mateo se sentía traicionado y confundido. ¿Cómo podía el profesor Castillo, alguien a quien veía como un modelo a seguir, sugerirle algo tan deshonesto?
En cuanto encontró a Emma, Mateo le contó todo lo que había sucedido, sin ocultar su angustia y desconcierto.
Emma lo escuchó con expresión horrorizada. "¡¿Qué?! Mateo, ¿estás seguro de lo que estás diciendo?"
Mateo asintió, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos. "Sí, Emma. El profesor Castillo me ha ofrecido ser su... compañero personal, a cambio de dinero."
Emma lo miró con incredulidad. "¡Dios mío, Mateo! ¿Cómo se atrevió a proponerte algo así?"
Mateo se frotó las sienes, abrumado. "No lo sé, Emma. Estoy completamente shockeado. Jamás imaginé que el profesor Castillo pudiera hacer algo así."
Emma lo abrazó con fuerza, tratando de reconfortarlo. "Oh, Mateo. Menos mal que has rechazado esa oferta. Eso habría sido algo terrible."
Mateo asintió, sintiendo cómo el alivio se mezclaba con la decepción. "Sí, Emma. No podía aceptar algo así, por mucho que lo necesitara. Pero me duele tanto saber que el profesor Castillo, a quien tanto admiraba, me haya propuesto algo tan inapropiado."
Emma lo miró con preocupación. "Entiendo, Mateo. Debe ser muy difícil para ti. Pero debes saber que has hecho lo correcto. Esa no era una oferta legítima ni apropiada."
Mateo suspiró profundamente. "Lo sé, Emma. Pero aun así, no puedo evitar sentirme traicionado. El profesor Castillo era alguien en quien confiaba plenamente."
Emma le apretó suavemente el brazo. "Sé que debe ser muy duro, Mateo. Pero tienes que alejarte de esto. No puedes permitir que algo así afecte tu educación y tu futuro."
Mateo asintió, sintiendo cómo la determinación comenzaba a florecer en su interior. "Tienes razón, Emma. No puedo dejar que esto me derrote. Voy a seguir adelante y enfocarme en mis estudios, tal como el profesor Castillo siempre me ha aconsejado."
Emma le dedicó una mirada orgullosa. "Así se habla, Mateo. Estoy segura de que lo lograrás. Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte."
Mateo se sintió agradecido por tener a Emma a su lado. Sabía que, a pesar de la decepción y la traición que sentía, podía confiar en ella para superar este desafío.
Mientras caminaban juntos, Mateo no pudo evitar mirar hacia atrás, preguntándose cómo es que su admirado mentor había podido caer en algo tan inapropiado. Pero decidió concentrarse en seguir adelante, sabiendo que su integridad y sus valores eran más importantes que cualquier oferta tentadora.