Mi Infierno... En El Infierno...

Willow:

(Escuchen- The Mass, Era)

Arrastraba la maleta hacia abajo, pasé mi brazo por mi frente del calor que estaba teniendo del esfuerzo que hacía, respiraba profundamente. Logré llegar al ultimo escalón, dejé la malera corriendo hacia el despacho de Semion, abrí mirando por ambos lados, se veía a sus hombres que estaban dirigiendo que iban quitando todo en la parte de afuera, entré cerrando la puerta, quité la mochila dejando sobre su escritorio, quité su portátil metiendo la mochila.

Abrí sus cajones, saqué algunas carpetas que ni me tomé el tiempo de revisarlas, las metía aunque se arrugaran pero esto les podía servir a los italianos. Abrí otro de los cajones viendo unas armas y balas, tomé algunas, quizá no sea una experta en armas pero de algo me podían servir. Abrí otro de los cajones viendo cosas que no me eran de utilidad, los abría y los cerraba. Negué con la cabeza necesitaba dinero, no podía darme el lujo de irme sin nada de dinero.

Me puse de pie caminando hacia otro estante que tenía varios cajones, me agaché abriendo las compuertas viendo fajos de dinero. Sonreí emocionada tomando varios fajos, ni tenía idea de cuanto era pero me iban a servir. Cerré tomando la mochila, la puse en mis hombros, abrí la puerta con mucho cuidado, salí cerrando viendo a un a personas afuera, corrí hacia la entrada donde estaba mi maleta. Abrí el cajón viendo que no había ningún censor de las camionetas, negué con la cabeza cerrando. Respiré profundamente, aquí es donde empezaría mi desesperación.

Sostuve el aza de la maleta lo acerqué a la puerta abriendo, eran dos de los hombres de seguridad que me miraban, uno levantó una ceja. Se acercó tomando la maleta.

Hombre: ¿El señor Massimo?

Willow: ¿De cuando aquí tengo que darte explicaciones? Trae la camioneta de mi esposo. Tengo que ir a la recepción que ya me están esperando. PERO MUEVETEEEE.

El hombre hizo seña hacia el otro que entregó la maleta, la bajaba teniendo dificultad en bajarla, él entró hacia la casa, lo seguí con la mirada viendo que estaba como buscando algo.

Willow: NO ENTENDISTE… MI PADRE ME ESTÁ ESPERANDO. YA MASSIMO CUANDO SE DESPIERTE IRÁ. MUEEEEVETEEEEEE.

El hombre salió de la casa mirándome con una mirada que no era de mi agrado, sostuve su brazo apretando con fuerza.

Willow: SOY LA SEÑORA DE LA CASA, DE AHORA EN ADELANTE MIS ORDENES SON LAS QUE SE CUMPLEN. SI NO TE GUSTA, LAS PUERTAS ESTÁN MUY ANCHAS.

La camioneta de Massimo la iban aparcando. El hombre se bajó abriendo la puerta, el otro abrió la compuerta de atrás, subiendo la maleta.

Hombre: La llevo.

Willow: No. Si quieren me siguen, pero no me vas a llevar.

Hombre: Entonces le preguntaré al señor Massimo.

Me acerqué hacia el hombre que su manera de hablarme era una falta tan grande hacia mi. Levanté mi rodilla golpeando sus bajos, cayó de rodilla sujetando donde lo había golpeado. El otro hombre se acercó pero me movilicé cuando sacó su arma apuntándome, sostuve su mano apuntando hacia el hombre que estaba de rodillas, llevó su mano hacia su oído golpeando al otro hombre que jaló el gatillo.

PUM!!! PUM!!...

El hombre cayó sobre las escaleras empezando a manchar el piso con su sangre, le quité el arma apuntando hacia el otro.

Willow: DIJE QUE MIS ORDENES SE OBEDECEN… ¿QUIERES ACABAR COMO ÉL?

Me miraba viendo el cuerpo de su compañero, negó con la cabeza, levanté mi ceja en forma de advertencia, extendí mi mano entregando su arma.

Willow: De ahora en adelante ocuparás el puesto de este hombre, se te hará una mejor paga. ¿De acuerdo?

Hombre: si.. si… se… señora.

Bajé los escalones, oprimí el botón de la compuerta esperando que se cierre. La revisé viendo que estaba bien cerrada. Caminaba hacia la puerta del conductor, me subí a la camioneta dejando la mochila aun lado.

Willow: dígale a mi esposo, que lo veo en la recepción, tenemos que tener la presentación de marido y mujer ante los invitados.

Hombre: si señora.

Cerraba la puerta, la detuve volviendo abrir.

Willow: Oye…

El hombre me miró un poco temeroso.

Willow: quita esa basura de la entrada, cuando regrese no quiero verlo.

Hombre: si señora.

Cerré la puerta, tomé la mochila, levantando la mirada, los hombre se acercaron quitando el cuerpo de su compañero, saqué uno de los dedos de Massimo poniendo en el lector de encendido. La camioneta se encendió, sonreí guardando el dedo. No me los iba a quedar por mucho tiempo, solo necesitaba alejarme cuanto antes y deshacerme de la camioneta, sino Semion daría conmigo cuanto antes.

(Escuchen- Memoria, Thomas Bergersen)

Giré el volante empezando a conducir. Tenía en mi mano el censor del control de todo lo que había puesto en la habitación de Massimo. El portero me dio salida, esperaba que se abriera por completo, en cierta parte agradecía a Maella que varias veces me dejó conducir y conocer un poco más los caminos. Aceleré pasando el rejado, levanté mi mirada hacia el retrovisor, no podía alejarme demasiado sin estar segura que podía utilizar el control. Me detuve abriendo la puerta, el rejado se iba cerrando, el portero me miraba raro. Levanté el control hacia la villa.

Mis ojos se llenaron de lagrimas.

Willow: MALDITOS HIJOS DE PUTA… TODOS VAN A PAGAR… LO JURO… NI UNO VA A QUEDAR VIVO… ASESINARON A LAS HIJAS DE MI HOMBRE Y NADIE SE SALDRÁ CON ESA VICTORIA…

Oprimí el botón del control.

BOOOOOOM!!!!

BOOOOOM!!

BOOOOOOM!!!

BOOOOOM!!!!

Entreabrí mis labios al ver como iba haciendo explosión cada una de las granadas que había hecho por si sola, tal como me dijo Valentina, si quieres acabar con medio mundo la nitroglicerina es la mejor. Mis ojos se iluminaban al ver como las llamas se iban esparciendo por toda la villa, no me importaba si había personas allí dentro, formaban parte de ellos y eso… es ser mis enemigos.

Subí de inmediato a la camioneta, cerré la puerta acelerando todo lo que podía, ahora me quedaban los de la recepción, como dijo Maella, grandes alianzas de Semion se encontraban en esa fiesta, así que sería mi mejor oportunidad, esperaba que la persona que me había ayudado estuviera esperando mi llegada… Mantenía el control de la camioneta, me metía de un lado y del otro camino para llegar pronto a la recepción. Estaba contra tiempo y en cualquier momento podían avisar a Semion o Maella de lo que había sucedido.

Necesitaba de urgencia un maldito móvil, pero como tenerlo si nunca fui capaz de aprenderme ni un solo número de ellos… esperaba que él ya lo tuviera todo asegurado.

Miraba desde lejos el recinto. Vi a Carl que me esperaba en la parte donde habíamos quedado. Levantó una mano algo asustado. Fui bajando la velocidad, empezando aparcarme. Él sin esperar que me aparcara por completo abrió la puerta.

Willow: Las cosas están atrás.

Carl: Debes apresurarte.

Bajé de la camioneta, los dos corrimos hacia la puerta de atrás, metió su mano abriéndola, bajaba con tanta rapidez la maleta… empezó arrastrarla, corrí detrás de él abriendo una puerta de la parte de atrás. Entramos viendo que aun estaba toda la droga en este lugar.

Willow: No la entregaron.

Carl: mejor Willow, esta droga no es la de los Italianos, algo tuvo que pasar que no se logró unificar con el componente de tu sangre.

Willow: Lo sé. Fue apropósito lo que hice para echar a perderla.

Carl: Lo que hayas hecho, sirvió para no lograrla pura.

Sostuve su brazo, él me miró sin entender por que lo había sostenido.

Willow: La droga que estaba en la villa y dejó caer mi sangre sobre ella.

Carl: si la hiciste de la misma manera que aquí déjame decirte que no les funcionó. Lo que si va a funcionar es que esa droga ya salió en cargamento para Italia y va a comercializarla.

Willow: Lo que te pedí.

Carl: Maella me dijo que se iban de luna de Miel a nuevo Mexico, como estabas con tus cosas le dije que me haría cargo, tienes un ticket sin retorno a Italia.

Sonreí dejando caer mis lagrimas de emoción, lo que estaba por pensar que era lejano, estaba a unas cuantas horas de hacerlo realidad.

Carl: en el cajón de la segunda está tu ticket con tu pasaporte, como aun no se ha notificado que eras la hija del Jefe de la mafia Roja podrás irte sin problemas, el detalle Willow, es que no sé dar con los Italianos, eso tu deben ingeniártelas.

Willow: Traigo dinero pero son rublos.

Carl: Junto al ticket te estoy dejando euros. Solo cuídate y no lo eches a perder.

Mordí mi labio inferior negando con la cabeza.

Habíamos terminado de descargar todo lo que se necesitaba para hacer volar el lugar. Me entregó unas cadenas y juegos de llaves. Él sostuvo otro juegos de llaves con cadenas. Los dos salimos de ese cuarto, empujó la puerta mirándome.

Willow: Tú y Maella.

Carl: No, pero siempre me han utilizado para su bien común. De esto ni una palabra.

Me arrojó unas llaves. Di carios pasos hacia atrás, sosteniéndolas.

Carl: No puedes quedarte con esa camioneta.

Asentí con la cabeza, me acerqué abrazando. Apenas lo conocía pero me sirvió de mucho saber que ellos tenían trabajaban en la noche. Me aparté de él. Estaba agradecida con él, por lo mucho que me había dicho sobre Semion, Maella y el mismo Massimo de cosas que nunca había imaginado que alguien pudiera hacer.

Los dos empezamos a correr hacia las puertas cruzaba las cadenas poniendo un candado, corría la siguiente puerta haciendo lo mismo, me detuve asechando hacia la puerta principal, los anfitriones estaban cerca de ese lugar. Miré hacia Carl que estaba caminando como si nada, me miró acercándose hacia la puerta principal.

Carl: CORREEEEEEEEEE!!!

Quitó el seguro de la granada, sacó un arma, disparando justamente a la granada.

BOOOOOOOOOOOM!!!!!

Los de la entrada salieron volando por la fuerte explosión, me agaché cubriéndome con mis manos, me puse de pie que por el fuerte sonido estaba un poco aturdida, visualicé el auto de Carl, subiendo de inmediato, tenía todo lo que me iba a servir para largarme de este país.

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Willow