Como en toda historia de colonización hay esclavitud y prostitución. Pero veremos cómo Gerrit, gigante holandés, se enamora de una nativa que trabaja haciendo la limpieza y como Ismaël , el militar francés, pierde el juicio por una prostituta. Dos historias de dos hombres enamorados de mujeres con culturas muy diferentes alas suyas.
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Llegada de Ruud Van der Vaart
En dos semanas, Hoku se repuso de su estado demacrado, pero hoy amaneció mal, con ganas de vomitar y ese molestoso ruido despertó a Ismaël.
- Hoku, ¿estás bien?
Ella simplemente vomita. Ismaël se levanta de la cama y va a verla, al llegar a su lado, Hoku estaba de rodillas al lado de la escalera, él solo miraba y esperó a que termine para llevarla a la cama y repose, con un pañuelo le limpia la boca y la cubre con la manta para que se caliente, Hoku se estaba enfriando. Él limpia el desastre y fue a buscar a un doctor cerca de la urbanización, ese doctor tiene un consultorio y atiende a los marinos, pero también a los civiles. Ismaël prepara un sobre y se va de casa.
Ismaël regresa a casa con el doctor, Hoku seguía echada, no se le ve muy bien, está pálida. Ismaël y el doctor entran a la habitación.
- Hoku, está el doctor ¿Cómo te sientes?
- No quiero levantarme.
- Señora Malraux, soy el doctor, me gustaría hacerle algunas preguntas y si me permite revisarla.
Hoku intenta sentarse, pero se marea, se tapa la cara con ambas manos.
-Siento que todo me da vueltas. – habla en maorí.
- Señora Malraux, ¿Qué tan fuerte es ese mareo? ¿Desde cuándo se siente así? - el doctor entiende el maorí pues en el puerto ha atendido a nativos en varias ocasiones.
- Doctor, ella sigue pálida. – Ismaël interviene.
- ¿Cuánto tiempo lleva con ese síntoma?
- Desde que dejó de vomitar esta mañana, se puso fría y pálida.
Hoku se vuelve a echar sobre la cama, ella mira a Ismaël como si estuviera perdida. Un brillo en sus ojos que no es habitual no pasa desapercibido.
- Doctor, estoy notando que los ojos tienen un brillo que no coincide con su estado de ánimo cuando esta normal y sana.
- Señor Malraux, podemos conversar a solas. La paciente necesita reposo.
- Enseguida vuelvo. – le besa la frente antes de dejarla sola.
Ismaël la vuelve a tapar y acompaña al doctor para conversar.
- Señor Malraux, no hace falta revisar a su esposa, ella no está enferma, solo delicada.
- ¿Cómo es eso? Se supone que si está delicada es porque está enferma.
- Los síntomas que usted describe no son de enfermedad, es un embarazo que está iniciando, pronto ustedes serán tres.
- ¿Está usted seguro?
- Ella traerá al mundo un hijo o hija que no se sabe, pero felicitaciones, una nueva etapa en su vida, ella debe cuidarse para que el bebé nazca sano y fuerte, la alimentación debe ser balanceada. Si desarrolla apetito déjala comer, recuerde que hay una nueva vida que alimentar.
- Entiendo ¿Ella debe guardar cama por los nueves meses?
- No, pero debe evitar el trabajo físico constante, no levantar peso y dormir bien.
- ¿Eso es todo?
- Sí, pero cualquier cosa me avisa para controlar.
- Está bien, gracias por venir, y éste es su pago. - le entrega un sobre que
- Gracias a usted.
El doctor guarda el sobre con el dinero y se retira para dirigirse a su consultorio. Ahora debe hacer los tramites del matrimonio para que la descendencia sea legítima. A la semana obtuvo cita con el abogado.
Ismaël y Hoku fueron al estudio jurídico a firmar el acta, el cuaderno de registro y las copias necesarias, el original es enviado a Francia para la oficina de registro civil de ciudadanos residentes en el extranjero. Hoku no sabe escribir, no sabe leer, pero Ismaël le enseñó a firmar su nombre.
En la ceremonia estaban los padres de Hoku, Ismaël no podía ignorarlos, ellos tienen derecho de ver a su hija como es tomada por el hombre blanco. Después de la ceremonia, un sacerdote maorí los esperaba en la aldea. El motivo era que ahora como mujer casada debe llevar tatuado el emblema de familia, como no saben sobre la heráldica de los apellidos en Europa, el sacerdote maorí tatuó simbólicamente las cualidades de Ismaël.
De ahora en adelante, todo hombre que mire a Hoku, sabrán que ella es una mujer con dueño, es una intocable. Luego de que a Hoku se le haya hecho el tatuaje, del cual Ismaël no estaba de acuerdo, los padres de Hoku hicieron fiesta por la noticia de que serán abuelos, hicieron un ritual para invocar los espíritus para que cuiden del bebé por nacer.
Ismaël no duerme con la noticia de que será papá, esa noche fue terrible para él. Las semanas pasan, Hoku pasa sus días con sus terribles síntomas del embarazo, Pounamu la visita cada vez que puede, aunque muy pronto cumplirá ocho meses, su vientre está bastante bajo, en cualquier momento la descendencia de los Van der Vaart va a llegar. El acta de matrimonio de los Malraux llega en manos de unos de los cuñados de Ismaël, pues trabaja en una de las oficinas de registros civiles, en el área de los ciudadanos residentes en el extranjero. Toda la familia hizo escándalo, no aceptan por cuñada una extranjera y menos de color, pero los documentos ya están hechos, nos les queda otra que aceptar estar está dura realidad.
Pounamu recibe la visita de Hoku, la señora Van der Vaart está con las extremidades hinchadas, está adolorida y quejosa cada vez que se mueve el bebé.
- ¡Pounamu! ¿Qué te pasó? – Hoku está asustada.
- Ha venido la partera y me dijo que el bebé puede nacer hoy o mañana. Gerrit está muy nervioso.
- Me gustaría estar a tu lado y hacerte compañía.
- Ya quiero que salga de mi barriga, estoy cansada.
- Ahora ya sé lo que me va a tocar. El sentir asco se me está pasando.
- Yo tenía mucho sueño al inicio, después ya no.
- Por lo que veo, no todas pasamos por lo mismo.
- Mi mamá me cuenta que cuando me esperaba ella siempre tenía hambre.
- Pasamos cosas raras ¿Verdad?
Pounamu empezó a sentir dolor, el bebé empezó a moverse y patea con fuerza.
- El bebé patea mucho, me hace doler. - Pounamu no soporta el dolor.
- ¿Qué hay que hacer?
- Acaricio a mi bebé, pero como que se mueve más.
- La partera ¿cuándo va a venir?
- Va a hacer una visita está noche.
- ¿Tu esposo sabe que ella va a venir?
- Sí, lo sabe. – se levanta para ver a través de la ventana – Debe estar en camino a casa, es su horario. - camina despacio y con ayuda de Hoku.
Ellas siguen conversando, Gerrit no va a casa, ha ido a ver a su amigo Ismaël.
- Ismaël ¡Que bueno verte!
- ¿Qué tal, Gerrit?
- Mal – se le cae la cara – Pounamu tiene los brazos y piernas hinchadas.
- ¿Y eso por qué? ¿Desde cuándo está así? – muestra preocupación, pero en el fondo es curiosidad.
- La partera dice que eso es señal de que el bebé viene en cuestión de horas, ha pasado un día y nada. Eso me preocupa.
- ¿Será verdad? Hoku también está esperando, espero que a ella no le pase eso.
- La partera tiene muchos años de experiencia y comentó que es normal que las mujeres se hinchen, es más, dijo que es el señuelo del más próximo a qué ocurra el parto.
- ¿Me das a entender que el bebé puede venir hoy?
- Hay esa probabilidad, mientras más lo pienso más tenso me pongo.
- ¿Quieres que vaya contigo a casa?
- Sería bueno que pudieras, al menos tendría a alguien que me ayude a calmar los nervios.
Ismaël le dice a su ayudante que se encargue del negocio hasta las cinco, que lo cierre y vaya a casa. Los futuros padres van juntos a casa del nacimiento, en el camino se encuentran con la partera.
- Señor Van der Vaart. Estoy en camino a su casa, voy a visitar a su esposa. – le habla en maorí.
- Señora, buenas tardes ¡Qué bueno que nos visite! – en maorí mal hablado.
La partera sonríe, sabe bien que al hombre blanco le cuesta pronunciar muchas palabras, pero se esfuerza por hacerse entender.
Cuando las tres personas entran en casa, Pounamu estaba de rodillas, aferrándose a Hoku, las contracciones son constantes y muy dolorosas. Hoku no sabe qué hacer, solo le acaricia la cabeza y le dice frases animadoras.
- El bebé viene pronto. – comentó la partera al ver a Pounamu, ahora se dirige a Hoku - ¿Tú quién eres?
- Soy Hoku Malraux, la amiga de Pounamu.
- Me serás de mucha ayuda. Así que tú primera tarea es poner a hervir agua.
-Sí, señora.
Luego Gerrit ayuda a Hoku a llenar una olla grande con el agua, mientras Ismaël pone el fuego. La partera revisa a la futura madre y ordena a Gerrit que cargue a su esposa y la lleve a la habitación para que ella pueda tener al niño en privado.
- Escúchame bien, Pounamu. Tu bebé está pronto a nacer y acabas de romper la fuente, vas a pujar cuando yo te avise. Que el padre se vaya.
- Esta bien. - parecía agonizar, tanto le duele y se lo dice gerrit y el no hace más que obedecer.
- Abre tus piernas, eso es. – luego avisa a Hoku – Muchacha, trae trapos limpios para envolver al bebé y otros para limpiar. Limpia con mucho cuidado un cuchillo, dos pedazos de hilo. Que los hombres se vayan de casa, solo saben estorbar, ellos se quedarán allí hasta que sean llamados y no te olvides del agua.
Hoku obedece, pero al futuro padre y a Ismaël no les gustó mucho la idea de tener que esperar fuera de casa. La partera los botó de la casa, esa mala actitud a Gerrit no le gustó para nada.
- Esa vieja que se creerá, ¿con qué derecho se atreve a botarme de mi casa?
-Tendrá sus motivos, vamos al bar, tengo hambre.
- No quedará de otra. Vamos.
Los dos amigos van a buscar comida en el bar, a ellos se les sirvió carne de poaka (embutido similar al tocino curado) asada con kumara. Era una delicia, Gerrit se chupaba los huesos, Ismaël de igual manera, el hambre obliga a violar las reglas de etiqueta.
En casa, Pounamu está pujando, está sudando, sufre, parir le provoca un dolor intenso, tanto que maldice a su esposo, hace un juramento que lo va a matar, lo va a abandonar, lo va a odiar, le quitará el habla, en fin, la lista continua. Hoku, por su parte, ella está aprendiendo, y a la vez que se asusta un poco, ella tendrá su bebé en siete meses, no le gustaría decir cosas tan feas a Ismaël, según Hoku, Pounamu está exagerando.
Pounamu se está agotando y el bebé aún no sale, la partera mete dedos para estirar la piel con la finalidad ayudar tanto a la madre con las pujadas como al bebé para que salga bien. Hasta que la señora Van der Vaart reúne todas las fuerzas que le quedan y puja con todo lo que puede, ese gesto le causa tanto dolor que valió la pena, el bebé salió, es un niño sano, llora fuerte y la partera culmina su trabajo con el bebé mientras Hoku hace la limpieza.
Pounamu sonríe, escuchar llorar a su bebé, eso la llena de satisfacción, la partera le entrega el niño limpio.
- Hoku, mira a mi bebé, ¿no es lindo? Se parece mucho a su papá.
- Se ve arrugado.
- Se ve así porque acaba de abandonar el vientre – explica la partera – pero conforme lo alimenta, y lo cuida como se debe se verá mejor. Ahora te voy a enseñar cómo alimentar a tu bebé, como limpiarlo de la manera correcta y de cómo debes cuidarte tú cómo mujer. El niño es flaco, pero sano, tiene buenos pulmones, su llanto es fuerte.
Hoku presta atención a cada detalle a los dichos de la partera, toda esta información es valiosa, pronto lo va a necesitar cuando nazca el suyo.
Cuando Gerrit entró en casa, no había nadie en la sala, así que fue directo a la habitación y encuentra a Pounamu dormida y el bebé a su lado, se tapa la boca con las manos, su hijo vino al mundo y se parece mucho a él, guarda silencio y con sumo cuidado besa a frente de su bebé para no despertarlo.
- Bienvenido a casa Ruud Van der Vaart, soy tu papá. – dando otro beso en la frente.
Fue a ver a su esposa y le besa la frente y le susurra al oído.
- Gracias por este hermoso regalo, me haces el hombre más feliz del mundo.
Le roba un beso y para no despertar a su familia, fue a dormir en la sala, para ser más específica, sobre el sofá.