Casada Por Error

Dentro del supermercado

—Estas son muchas cosas, así que nos vamos a dividir la lista— Dije

—Si querés yo me encargo de las verduras— Dice Josué viendo la lista

—Me parece bien, después nos vienes a ayudar con las demás cosas— Dije agarrando un carrito

—Dame la parte de la lista en donde están las verduras— Dijo Josué

—¿Querés que rompa la lista?— Pregunté

—Sí, no me voy a poder acordar de todo eso

—Sí, sí puedes— Dije mirándolo. —Na mentira, toma— Dije rompiendo la parte de la lista con el nombre de las verduras —Escoge bien las verduras Josué

—Claro que si, Marita me enseñó a elegir bien las verduras, fueras y demás

—Bien, después nos buscas— Dije

—Entendido, nos vemos— Dice Josué yendo por las verduras

—Bien, primero vamos a ir por el arroz y despues por la harina— Dije viendo la lista y luego a Alex

—Como digas— Dice Alex

En el sector del arroz

—¿Este te parece bien?— dice Alex agarrando una bolsita de arroz

—¿No es muy pequeña la bolsita? te conviene el de 1kg, no el de 500gm

—¿No es lo mismo?— Pregunta Alex

—No, aparte de que esté tiene más cantidad— Dije sujetando la bolsa de arroz de 1kg — Es grano fino y largo, en cambio este no— Dije sujetando con la otra mano el de 500gm

—Pero este también es fino— Dice Alex sujetando el de 500gm

—No voy a discutir contigo por el arroz, vamos a llevar este y punto— Dije agarrando el arroz de 1kg

—Esta bien, está bien, de todos modos solo es arroz— Dice Alex

—Agarra esos— Dije señalando dos paquetes de arroz, mientras tachaba el arroz de la lista

—Listo— Dice Alex dejando el segundo paquete de arroz en el carrito

—Bien, ahora vamos por la harina— Dije con una sonrisa

—Habra que buscar la harina— Dijo Alex

—La harina esta aquí adelante— Dije señalando

—Ya sabía, solo quería saber si tu sabias— Dice Alex con una sonrisa

—Aja, si como no— Dije casi riendo

Y así estuvimos un rato, comprando y comprando.

Nos encontramos a Josué, bueno el carrito lo encontró, ya que choque con él, lo bueno fue que nadie nos había visto.

Después de "encontrar" a Josué, nos ayudó a comprar lo que faltaba de la lista. Creo que pasaron dos horas, desde que nos metimos a comprar al súper.

—Bueno, eso sería lo último de la lista Maria— Dice Josué

—Perfecto, pero todavía faltan cosas acá— Dije con una sonrisa maliciosa

—Ya se que a qué te refieres, y para tu suerte, pase por una góndola llena de cosas que buscas— Dice Josué mirando a Maria

—Pues vamos, que estamos esperando— Dije —Pero vos lleva el carrito, porque está pesado— Dije

—Yo lo llevo, no te preocupes— Dice Alex

Lo que no podía faltar eran las golosinas, los cereales, bebidas, unas bolsitas de papas fritas, todo lo necesario. Hay que tener prioridades, ya que en la casa no hay nada de eso, pero ahora sí lo habrá, y de sobra.

Cuando estábamos frente a la góndola empezamos. Josué agarró unos cereales y los puso en el carrito, algunos con azúcar y otros no, ya que Sarita no consume cereales con azúcares.

Yo agarre algunas bebidas, y otras cositas Alex también, y obvio, alguna botellas de agua, eso no podía faltar.

—Yo creo que eso sería todo, por ahora— Dije

—Te olvidas de estos— Dice Josué con chocolates en sus manos

—Ah, mal, se me estaba olvidando

—Las chicas te iban a matar— Dice Josué con una sonrisa

—Te juro. Si mal no recuerdo, para Sarita serían los de 80% cacao, para Jimena los de 60% cacao, para Livia chocolate blanco de 30% cacao, ¿verdad?— Dije mirando a Josué

—Correcto señorita, acá están— Dice Josué poniendo una caja de cada uno de los chocolates. —Y para vos, este, chocolate blanco, y chocolate con leche, llevo de los dos ya que nunca te decides por uno— Dice Josué mirando a Maria

—Es que es difícil escoger solo uno, no sé que haría sin ti cabrón

—Lo se, soy increíble— Dice Josué pasando su mano por su hombro

—Increíble y todo lo que quieras, pero ya vamos a pagar

—Vamos— Dice Josué

En la caja registradora

—Seria un total de xxxxxx— Dijo la cajera

—¿Acepta tarjeta?— Pregunté

—Si señora, aceptamos tarjeta— Respondió la cajera

—Yo pago— Dice Alex sacando su tarjeta

—No, no te preocupes, yo pago, y no está a discusión

—Le aconsejo no contradecirla señor, ella es terca— Dice Josué poniendo su brazo en el hombro de Alex

—Tome— Dije entregándole mi tarjeta de crédito

La chica pasó mi tarjeta, puse la clave y me cobro.

—Listo señora, ya está, tomé, su tarjeta

—Esta bien, gracias y por cierto, no soy señora

—Lo lamento, yo pensé que...— Dijo la cajera señalando a Maria y a Alex

—No se preocupe— Dije guardando la tarjeta

—Entonces, usted está soltero?— Le pregunto la cajera a Alex

Cuando la cajera señalo a Alex, Josué y yo nos empezamos a reír disimuladamente, yo casi me ahogó.

—No, no estoy soltero, estoy casado— Dice Alex mirando a Maria

—¿Casado?, ¿Con quién?— Pregunto la cajera

—Con esta señorita de aquí— Dice Alex jalando a Maria hacía el para darle un beso en la boca

Después de que Alex me beso, yo me quede paralizada en mí lugar, no podía asimilar lo que estaba pasando.

—Es que ella me dijo...

—Ella dijo que no le dijera señora, nunca le dijo que no estaba casada— Dijo Alex

—Disculpe, tomé, acá está su ticket— Dice la cajera entregándole el ticket de la compra a Alex

—Gracias, nos vemos— Dice Alex —Nos vamos?— Le pregunta a Maria mirándola con una sonrisa

—Emm, si, Josué, vamos

—Como diga señorita

Fuera del supermercado

—Todo ya está en el auto?— Le pregunté a Josué

—Si, todo listo— Respondió Josué

—Bien, pues vámonos— Dije mientras me subía al auto

De camino a la casa ni Alex ni yo cruzamos palabra, al único que escuchamos fue a Josué, ya que estaba escuchando música y cantando.

En la casa

En la cocina

—En estas bolsas, esta todo lo de la lista que me dieron— Le dije a Marita

—Y en estás que hay?— Pregunto Martita

—Algunas cosas extras, me conoces Martita— Dije con una sonrisa

—Debi de suponerlo— Dice Martita —Bueno, la comida ya está lista, vayan al comedor

—Esta bien— Dije con una sonrisa

—Por cierto, hay una sorpresa esperándote en la sala— Doce Martita con una sonrisa

—¿Como que sorpresa?— Pregunté mirando a Josué

—A mí no me mires, yo no sé nada— Dice Josué

En la sala

—No, para, ni un día— Dije riendo

—Nosotras también te extrañamos— Dijo Jimena

—Bienvenidas chicas— Dice Josué

—Ves, no es muy difícil decir eso— Dice Sarita. —Gracias Josué

—Veni para acá— Dice Livia dándole un abrazo a Maria

—Y cómo les fue, cómo está todo por allá?— Pregunté

—A nosotras nos fue bien, y sobre la empresa, segun lo que nos dijo Juan, todo está bien, la empresa está funcionando de manera normal, la fabricación va bien, eso nos dijo— Dice Livia

—¿Y donde está Juan?— Pregunté

—Se quedó en Argentina, dijo que se iba a hacer cargo de la llegada del nuevo armamento, y de la fabricación, que en dos semanas más o menos está por aca— Dice Sarita

—Quizas se quedaba más tiempo, no se sabe, dijo que te iba a llamar cuando esté por venir— Dice Jimena

—Ok, ¿tienen hambre?— Les pregunté a las chicas

—Si, vinimos para acá sin desayunar— Dice Livia

—¿Ya esta hecha la comida?— Pregunta Sarita

—Si, vamos al comedor, después se van a descansar— Dije

—Primero voy a decirle a mí novio que ya llegué— Dice Jimena agarrando su celular

—¿Novio?— Pregunté

—Se consiguió un novio en Argentina, de hecho vino con nosotras en el vuelo— Dice Livia

—Mira vos, ¿que edad tiene?— Le pregunté a Livia susurrando

—Tiene 19, va por los 20— Respondió Livia susurrando

—¿Ya se conocían?

—Sí, desde hace meses— Dice Sarita

—Bueno, vamos a comer, cuando termine de hablar vendrá

En la noche

—Maria, ¿puedo hablar con vos?— Pregunta Jimena

—Sí, claro, ¿que paso?— Dije dejando el celular

—Es que, te quería presentar a mí novio, creo que Sarita y Livia ya te dijeron algo sobre eso

—Sí, me contaron un par de cosas, que ya va por lo 20, que lo conoces desde ya hace meses y que es argentino

—Sí, se llama Esteban, él te quiere conocer, ¿que dices?

—Esta bien, no te voy a preguntar si es el oficial o no, ya que cada vez que te pregunto eso, me decís que si, y luego que no. Si me quiere conocer, está bien, pero por ahora no, no es buen momento para que lo traigas

—Sí, no te preocupes, le voy a decir que accediste a conocerlo, pero más adelante, gracias Mari, eso era todo— Dice Jimena dándole un beso a Maria en la mejilla

—De nada. Jimena, vos sabes que yo apruebo sus relaciones, no les prohíbo casi nada, dejo que vivan su vida, que experimenten, pero necesito que ustedes colaboren, cuídense, sobre todo con sus novios

—Lo se Mari, pero él no me puede lastimar, yo me sé defender

—Sí, eso lo sé, pero yo no me refiero a eso, yo me refiero a lo otro

—Ahh, ya te entendí, pero no te preocupes, siempre usamos protección

—¿Tomas pastillas?— Le pregunté mientras me paraba

—Sí, las tomo, por eso no te preocupes, no voy a salir con mi domingo siete

—Mas te vale chamaca— Dije sonriendo

—Bueno, me voy a morfar algo, que tengo una hambre— Dice Jimena tocándose la panza

—Yo también, sabes de lo que tengo ganas?— Dije

—¿De qué?— Pregunta Jimena intentando subir una de sus cejas

—De un matesito— Dije

—Opa, justo estaba pensando en eso, ¿vamos?— Pregunta Jimena

—Vamos, vamos por ese mate— Dije

—Pero no hay yerba— Dice Jimena

—Te equivocas, si hay, cuando fuimos al súper, con Alex y con Josué, compré unos cuantos paquetes de yerba mate

—¡Esa es mi hermana!— Dice Jimena con una sonrisa. —Entonces que estamos esperando, vamos por ese mate

—Vamos— Dije agarrándola del brazo

A la mañana siguiente

—¿Que está pasando aquí?, ¿que es todo este escándalo?— Pregunte

—¿A donde van?— Le pregunto Juan a las chicas

—Lo que pasa es que, nos invitaron a un cumple, y bueno, queríamos ir, pero Josué no nos deja— Dice Sarita

—¿De quién es el cumple?— Pregunté

—De una amiga, no la conoces— Dice Sarita

—¿A esta hora es el cumple?— Pregunto Juan

—Pasa que, a ella no le gustan las fiestas por la noche, así que decidió hacer su cumple en la mañana, para que dure hasta las 3 o 4 máximo. ¿Verdad que nos dejas ir?— Dice Jimena

Juan y yo nos miramos, ya que nos parecía muy raro todo esto, además de que estaban muy nerviosas, y se trababan al hablar.

—Con mucho respeto, pero eso no es verdad— Dice Josué

—Claro que es verdad, de que hablas— Espesa Jimena un poco nerviosa

—¿Por que lo dices Josué?— Pregunté

—Las señoritas no van a un cumple, van a otro lado— Doce Josué mirando a Maria

—Mentira, si vamos a un cumple—Dice Sarita

—¿Josué por qué tendría que mentir?— Pregunto Juan

—Maria en quien vas a confiar, en tus hermanas o en un chofer?— Pregunto Sarita

—Les estaba creyendo a ustedes, pero como me dijiste eso, ya no me trago ese cuento, ¿a dónde están yendo?— Pregunte sería

—Vamos a un cump...— Dice Sarita sin terminar de hablar

—Quiero la verdad, y se quién me la va a decir, o no, Livia— Dije dirigiendo la mirada hacia Livia

—La verdad, nos vamos a ir a encontrar con Javier Robert— Dice Livia para que después Sarita le tape la boca con su mano

—¡¡¡Que!!!— Dijimos Juan y yo al mismo tiempo

—No es cierto, está jugando— Dice Jimena con una risa nerviosa

—No, no estoy jugando— Dice Livia apartando la mano de Sarita

—¿Ustedes están locas o que?— Pregunte

—Solo queríamos hablar con él, para ver si podíamos hacer que desista de esta guerra— Dice Jimena

—Quizás ustedes quieran hablar con él, pero el no, lo que el quiere es matarnos. Está guerra ya comenzó, y no se va a detener únicamente por qué ustedes hablen con él— Dice Juan

—Quizás no, pero tenemos que intentarlo— Dice Sarita

—¿Quieren intentarlo?— Pregunto Juan

—Sí, queremos internar parar esto, no queremos que esta familia se muera, yo me quiero casar, tener una familia— Dice Jimena

—Yo igual— Dice Sarita

—Yo todavía no me quiero casar, pero estoy de acuerdo con Jimena, no quiero que Javier Robert acabe con esta familia— Dice Livia

—Ustedes se quieren casar, formar su familia, y todo eso, pero, que creen que va a pasar cuando vean a Javier, creen que se van a sentar a tomar café, o mejor aún, que el mismo les va a cocinar la comida para que puedan hablar más cómodamente?— Dije poniendo mis manos en los bolsillos delanteros de mí jean

—Chicas, Maria tiene razón, si ustedes quieren tener esa familia como dicen, es mejor que ni se les ocurra ver a Javier, si lo hacen, les aseguro que todo lo que sueñan, se va a quedar así, como un sueño, porque no va a pasar nunca— Dice Juan acercándose a las chicas

—Nosotras no somos unas niñas, además, sabemos defendernos— Dice Jimena

—Puede que sepan defenderse Jimena, pero entiende, ese hombre está detrás de la familia— Dice Juan poniendo su mano sobre el hombro de Jimena

—No, él no está detrás de nosotras, está detrás de María y de ti, nosotras no tenemos nada que ver en esta guerra— Dice Sarita

—Tienes razón Sarita, él, únicamente está detrás de Juan y de mí, pero él, con tal de fregarnos, es capas de matarlas, el no va a dudar ni un solo minuto, en mandar a la chingada a está familia

—Si tú no te hubieras metido con él, nada de esto estaría pasando, todo esto es culpa de ustedes, por meterse con el maldito gobierno— Dice Sarita enojada

—A ver, Sarita, te me calmas, te recuerdo, que empezamos a trabajar con el gobierno, no solo por la empresa, sino también para que no estuviéramos en la mira de los carteles enemigos, y sabes perfectamente a lo que me refiero, aquí ninguno es santo— Dije un poco alterada

—Quizás tienes razón, pero qué si yo no quería tener esta vida, qué si yo no quería formar parte de todo esto— Dijo Sarita acercándose a Maria

—Pues lo lamento, ya es muy tarde para arrepentirte, lo hubieras pensando antes. Acéptalo Sarita, a todos en algún momento, nos va a llevar la fregada— Dije

—Lo se, se perfectamente, que en algún momento vamos a acabar muertos, pero no quiero que ese momento llegue, al menos no ahora

—Ni ahora, ni mañana. Chicas, quiero que sepan una cosa, cuando yo me las lleve para argentina, no sabía que hacer, lo único que sabía era que las tenía que sacar del lugar en donde nuestras vidas corrían peligro. Tenía miedo, de no saber cómo cuidarlas, yo era una niña, ustedes eran unas niñas, Livia era una bebé, no sabía de dónde sacar para darles de comer, para conseguir un lugar digno dónde vivir, pero a pesar de todo ese miedo, me prometí que les iba a dar una vida digna, que nada les iba a hacer faltar, que las iba a cuidar con mi vida, cueste lo que me cueste.

Sé que está no es la vida que querían, y créanme, yo tampoco quería está vida, pero el destino nunca da lo que uno quiere, yo quería ser otra persona, si no me uniera metido en toda esta mierda, quien quita y hubiera estudiado una carrera, ser otra persona, pero no se dio, me tocó ser esto, está es la hermana que les tocó, y no lo puedo cambiar, ya es muy tarde para que me salga de este negocio.

Tengo promesas que cumplir, pero una en especial, que muy pronto, antes de lo que se imaginan, esa promesa va a estar saldada.—

—Esa promesa no solo es tuya Maria, también es mía, es ¡nuestra! promesa, y la vamos a saldar juntas, porque juntas la hicimos— Dice Livia agarrando la mano a Maria

—Livia tiene razón Sarita, Maria hizo lo que pudo por nosotras, y míranos, seguimos vivas, todo gracias a ella, a Juan y a Josué, ellos nos cuidaron y procuraron— Dice Jimena mirando a Sarita

—Lo se, pero no quiero que muramos, y menos en manos de ese hombre— Dice Sarita

—Y no lo vamos a hacer, todos aquí vamos a morir únicamente cuando estemos viejos, antes no, de eso pueden estar seguras. Jimena, Sarita, Livia, yo les prometo, que voy a acabar con esto lo antes posible, no sé cómo, pero lo voy a hacer— Dije agarrándolas de las manos

—Y nosotras te vamos a ayudar— Dice Livia

—Creo que podemos tener una oportunidad— Dice Juan

—¿Por que lo dices?— Pregunté

—¿Donde se iban a ver con Robert?— Pregunto Juan

—En un área de construcción no terminada, ¿por qué?— Dijo Jimena

—Le podríamos caer de sorpresa? A qué hora es la reunión?— Pregunto Juan

—A las doce del medio día— Dice Sarita

—Perfecto, tenemos una oportunidad— Dije

—Queres que prepare a la gente?— Le pregunta Josué a Maria

—Sí, yo le voy a informar al presidente, para que nos made refuerzos de ser necesario— Dije mirando a las chicas

—Perfecto, chicas, ustedes nos van a acompañar?— Pregunta Juan

—Que es esa pregunta— Dice Jimena —Obvio que los vamos a acompañar, vamos a ma**r a ese hijo de p*ta

—Bien, vayan a alistarse, Josué, deja a un par de gente cuidando la casa, que Alex no salga de aquí— Dije sería

—Entendido— Dice Josué

—Javier Robert hoy se muere, por qué se muere.