Tu Maltrato Mato El Amor

Cuando alguien te gusta, se está alegre y con ganas de vivir la vida, un sentimiento de querer estar en todo momento con esa persona, se sienten cosquilleos, nervios, se sienten mariposas en el estómago y estás como en una nube.

Era lo que sentía Henry cada vez que Jimena llegaba, su vos, su sonrisa, sus ojos, era algo que él no podía evitar, le costaba tanto dejarla ir a su casa, las excusas para qué se quedará, se le agotaban.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre, era tan insistente, que el mismo fue abrir, mientras Jimena seguía preparando su desayuno.

_Papa._

Nastya se lanzó sobre su padre, cargada hasta el sofá, Henry besaba su cabeza, feliz de verla, no la esperaba tan temprano y mucho menos con su madre, pero solo verla le alegraba más el día.

_Hola Henry, ¿no piensas decirme nada.?_

Hablo Julieta esperando un saludo cordial o cariñoso de él.

_¿Cómo estás Julieta y esas maletas.?_

Hablo seco, viendo que no solo era la maleta de su hija.

_Nos quedaremos aquí contigo, necesito hacer unas cosas._

Henry levantó una ceja, pero antes de decir algo, interrumpió Jimena.

_Señor._

Sus palabras se detuvieron al ver a los invitados, pero más a Nastya.

_¿Nastya?_

_¿Jimena?_

La chica se acercó y la abrazo, Jimena estaba muy sorprendida y contenta de volver a verla, aunque algo confusa.

_Nastya, siéntate._

Hablo Julieta molesta de verlas abrazadas.

_¿Se conocen princesa?_

Hablo Henry sorprendido de lo que estaba viendo.

_Si papi, ayude a Jimena, a que no la despidieras y ahora menos me arrepiento de eso, ya veo que el libro era para mí._

_¿El señor Henry es tu padre?_

Pregunto Jimena para salir de dudas.

_Y tu jefe también, ¿no es sorprendente y divertido?_

Hablo Nastya, abrazaba a su padre y ambos sonreían, mientras que Julieta tenía otra cara, una de molestia y fastidio al verlos tan contentos.

_Sorprendida, divertida y muy feliz, estoy de saber eso, me alegra volver a verte._

Jimena sentía tanta alegría.

_¿Desayunaron? ¿Prepare el desayuno para tu padre, quieren?_

Jimena recordó que su jefe aún no desayunaba.

_Por supuesto que no._

Respondió Julieta con desagrado.

_Sí quiero._

Interrumpió Nastya ignorando a su madre y Henry le dedicó una mirada de molestia a Julieta, caminando al comedor, Jimena se portaba muy atenta con nastya, aun sin saber que era hija de su jefe, le parecía una niña encantadora.

_Por qué le cocinas a Henry si eres solo una asistente._

Pregunto Julieta jugando con el plato.

_El señor Styles tiene un poco de úlcera por la mala alimentación y me ofrecí en hacer su comida._

Respondió Jimena, mientras colocaba el plato a Nastya.

_Eso lo puede hacer un chef._

_Están en eso, buscando a alguien que no le quiera hacer daño._

Hablo Jimena muy segura y con una sonrisa que hacía molestar a Julieta.

_Huele rico._

Hablo Nastya.

_Es una tortilla española, muy rica._

Julieta solo observaba como Henry, la miraba con ojos de enamorado y comía con tantas ganas.

_¿Estás mejor, Henry?_

Julieta habló en tono suave y poniendo su mano sobre la de Henry, provocando incomodidad en todos.

_Yo los dejo, iré a la cocina._

Jimena salió de ese lugar y llegó a la cocina con el corazón acelerado, no sabía qué pasaba, si eran celos o tal vez un poco de envidia por tener una familia y ella no.

_¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?_

_No te hagas ilusiones, si te deje quedar aquí, es por Nastya, no me fastidies._

Julieta apretó los dientes, al ver como henry se levantaba de la mesa con su plato, subiendo a la habitación.

Nastya hizo lo mismo, pero se fue a la cocina, dejando a Julieta sola y muy molesta.

_Jimena, ¿puedes llevarme un vaso de jugo a la habitación de mi papá?_

_¿A la habitación del señor? No creo poder, él no permite que pase._

_Te lo digo yo, así que has caso._

Nastya se fue sonriendo, dejando a Jimena en un aprieto, sirvió el jugo y se acercó a la habitación, tocó muy sueva, haciendo reír a Henry y Nastya, al no recibir respuesta, volvió a tocar un poco más duro, esta vez dejándola pasar.

_Disculpe, señor, traje el jugo de la señorita y otro para usted, vi que no tomo el suyo._

Henry asintió muy serio, Jimena salió casi corriendo de la habitación, pensando que se había molestado.

_Papá, ¿te gusta Jimena?_

_Ja, ja, ja, qué cosas dices mi amor, es mi empleada._

Henry no dejo muy convencida a su hija, su mirada lo delataba.

_Te voy a dejar algo claro._

Interrumpió Julieta lo que Jimena estaba haciendo.

_Henry no está a tu altura, divorciada, con hijo y sin nada._

_No sé por qué lo dice, pero yo no deseo nada con su exesposo, señora._

Respondió Jimena recalcando la palabra exesposo y dejándola molesta, las cosas con Henry se podrían muy difícil, con Jimena.

Mientras, en otro lugar, las fotos de Jimena de ahora, con una sonrisa, bien arreglada, eran vistas por alguien arrepentido.

_Hola._

Hablo Claudia llegando a la oficina de Germán, interrumpiendo, al llegar de sorpresa, alcanzo a ver qué veía fotos de Jimena, haciéndola molestar, aunque no lo demostró.

_¿Por qué no me avisaste que venías?_

Hablo Germán algo serio.

_Quería darte una sorpresa._

Respondió ella con un puchero, sentándose en sus piernas, acariciando su cabello.

_¿Estás molesto?_

_No, pero no lo vuelvas hacer, no me gustan las sorpresas._

Hablo con en tono molesto, Claudia asintió con una sonrisa, aunque por dentro estaba muy molesta, Germán se portaba cariñoso con ella solo cuando estaba ebrio, mientras tanto, solo pensaba en Jimena y no dejaba de ver sus fotos, lo hermosa que se ponía cada vez más, su crecimiento como mujer, digna de admirar, eso lo llenaba de arrepentimiento cada día, pero seguía cometiendo errores que no permitían ver su arrepentimiento.