Tu, Mi Verdadero Amor.

Claudia poco a poco fue sacando todo de la cesta y fue organizando el lugar, el cual después de mucho esfuerzo quedo irreconocible. Y muy romántico.

- espero y le gusté.- dijo Claudia hablando sola.

La pequeña choza fue adornada con velos y una manta en las que se podían recostar, había muchas almohadas y cojines que le daban un toco único. Afuera acomodo otra manta y encima de esta comida y bebidas.

...

Claudia.

Había estado planeando esta velada, deseaba que todo quedara perfecto, hoy sería el día en el que le pediría a Alejandro formalizar nuestra relación. No estaba dispuesta a dejar pasar más tiempo, mis sentimientos ya los tenía claro y estaba completamente segura de que quería todo con él. Cuando estuvo todo listo le pedí a unos de los empleados que vigilara que todos estuviera bien y que nadie se acercara a ese lugar. Mientras volví a la casa en donde ya mi familia desayunaba al verme entrar, se sorprendieron.

- de donde vienes.- pregunto Daniel.

- buenos días\, Daniel\, como amaneciste.- le dije con un poco de sarcasmo.

- te estoy preguntando de donde vienes.- volvió a preguntar y estaba vez note molestia en su voz.

- vengo de trotar\, satisfecho.- le contesté mientras tomaba asiento a su lado.

- ya deja a tu hermana tranquila\, Daniel.- dijo mi madre.

-si hijo, déjala.- termino por decir mi padre.

Él solo asintió y continuo con su desayuno, no entendía su actitud de todos mis hermanos, él era él menos celos, pero hoy pude ver que había algo que le estaba molestando. Cuando terminamos, cada quien se fue directo a hacer sus cosas, por mi lado como era sábado no tenía nada que hacer, más que esperar que fueran las 5 de la tarde para ir a mi cita con Alejandro.

Estaba por entrar a mi habitación, cuando fui detenía por Daniel.

-Claudia espera un momento.

_ Dime.

- necesito que hablemos.

-claro entra.

Una vez que estuvimos dentro de mi habitación. El camino hasta el balcón. Observo las ventanas y verifico que cerraran bien. No entendía por qué lo hacía.

- se puede saber qué haces.- le pregunte acercándome a él.

- sé lo que has estado haciendo Claudia.-\, me dijo casi gritándome.

- primero que todo te calmas y no me hables así\, sé claro.- estaba molestar por la forma en la que estaba hablándome.

- he visto como Alejandro se mete a tu habitación\, que puedes decir a tu defensa.

Maldición, no sabía qué decirle, sabía que si mis padres y mis otros hermanos se enteraban tendría un gran problema, pero no permitirá que eso dañara mis planes.

- has estado espiándome\, Daniel.- no sabía como defenderme.

-no me vengas con eso, Claudia, te puedes imaginar lo que hará mi padre si se enteran.

- no tiene por qué enterarse\, a menos que sea tus el que se los digas\, Daniel ya no soy una niña y quizás este mal lo que estoy haciendo\, pero soy feliz con Alejandro\, así que te pido que no digas nada y me permitas hacer las cosas a mi manera.

-o sea que si está saliendo con él.

-si, aún no hemos formalizado nuestra relación, así que por ahora nadie debe enterarse de lo nuestro.

-lo dices como si no fuera obvio, bien por el momento me mantendré al margen del asunto, solo espero que lo traigas pronto ante mis padres.

Yo solo asentía, y él salió de la habitación, después de eso me dejé caer sobre la cama, era la primera vez que discutía de esa forma con Daniel.

 El resto del día estuve terminando algunos trabajos de la universidad, hasta que el reloj, marco las 3 de la tarde, era momento de alistarme.

Mi a la ducha y tome un largo baño, necesitaba relajarme y dejar los nervios, al salir, busque una hermosa lencería y un hermoso vestido de flores. Siendo las 4 y 40 bajé. En la sala de estar se encontraba dos de mis hermanos y mis padres.

- vas a salir hija.- me pregunto mi madre.

-si mama, voy a estar con camila.- le mentí.

Daniel que sonrió, y movió sus labios para que leyera lo que tenía que decirme y pude hacerlo, él me llamaba mentirosa y le sonreí y le saque la lengua.

Después de despedirme salí rumbo al lugar en donde se llevaría mi encuentro con Alejandro, llegar el empleado aún seguía ahí recostado al pie del árbol.

- gracias benjamín.- le sonreí amablemente.

- no fue nada señorita\, gracias a su pedido pude descansar todo el día.- respondió el hombre.

- me alegro.-de mi pequeño bolso saque\, un pequeño fajo de dinero y se lo entregue.

- no es necesaria señorita lo hice con todo el gusto.- entregándome de regreso el dinero.

- lo de benjamín y estoy sumamente agradecida\, pero no voy a estar tranquila\, si no lo recibe\, lo que usted hizo hoy por mí no tiene nada que ver con su trabajo\, además necesito que evite que alguien llegue hasta aquí.

Lo vi dudar por un momento, pero luego lo tomo, yo sonreí con alegría.

- como desee señorita\, nadie la molestará\, yo de eso me encargo yo.-

- gracias benjamín te debo una.

Después que benjamín se marchó. Me dediqué a prender algunas velas dentro de la choza improvisada. 10 minutos después lo vi, se veía tan apuesto como siempre, llevaba puesto un pantalón negro un poco ajustado con una camiseta blanca y una chamarra de cuero. Su cabello se veía húmeda señal de que se acaba de bañar. No pude evitar sonreír al verlo, no quise esperar más y corrí a sus brazos.

- hola\, pequeña.- me dijo mientras me abrazaba.

-hola.- le contesté. Luego lo tome de la mano y lo lleve, hasta donde tenía todo organizado, él sonreía encantado.

- te gusta.- le pregunté.

- me encanta.- respondió al tiempo que me daba un tierno beso.

Los nervios me tenían las mano sudadas, pero no era hora de acobardarme, así que le pedí que se sentara, luego serví dos copas de vino.

- que celebramos hoy.- pregunto.

- nuestra relación\, Alejandro\, quiero que a partir de hoy formalicemos nuestra relación\, ya no quiero seguir escondiéndome\, quiero y deseo que todos sepan que estamos junto.- solté sin pensarlo tanto.

Mientras yo hablo, él solo sonreía, como si le estuvieran diciendo que se había ganado la lotería.