Fernanda y Francisco.
Una historia de amor que va mas alla de todo los prejuicios.
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Cap 18
A la mañana siguiente me levante temprano, para ir al trabajo, Salí de la habitación luego de estar toda lista ya.
Cuando baje vi en la sala que alguien estaba acostado en el sofá, me acerque para ver de quien se trataba y encontré a Camilo.
Cuando estuve cerca él se puso bien como para mirarme.
_ Buenos días _ le dije con una sonrisa
_ Que hay de bueno cuando amaneces en un sofá _ me respondió.
_ Que mal, aparte de hacerte trabajar como chofer te hace dormir en u sofá _ me burle de él y rodó los ojos, se levantó y estiro su cuerpo.
_ Si hoy también se te va a ocurrir una loca idea, como escuchar música a todo volumen para espantar a tu marido, me avisas más temprano así le pido a las chicas que me preparen una habitación extra _ me dijo él para luego pasar por mi lado.
_ Buenos días _ me grito luego desde la distancia.
Luego de eso me fui al trabajo y no vi a mi marido, y lo bueno de todo es que a la rubia todavía no me la encontré.
Estaba hablando con Don Martin en su oficina, le estaba contando todo lo sucedido.
_ Entonces ya no vas a trabajar conmigo _ me pregunto a modo de confirmación.
_ No Don Martin, pero quiero pedirle algo.
_ Claro dime Fernanda.
_ Mi hermano cuando salga de prisión va a necesitar un empleo y yo quiero pedirle si usted no puede darle trabajo, no le pido que le de el que era mi puesto, pero si algo _ le dije y él me miro con una sonrisa.
_ Claro que si Fernanda, yo sé que tu hermano es un gran profesional, y si le voy a dar él era tu puesto, pero si te voy a pedir que cuanto el empiece a trabajar tú vengas con él por lo menos por una semana, para que él pueda manejar las cosas acá _ me dijo, y me levante para abrazarlo.
_ Muchas gracias Don Martin.
Cuando llego la hora del almuerzo pensaba irme a almorzar en el lugar de siempre, pero me lleve la gran sorpresa de que mi esposito querido viene a buscarme.
_ Tu que haces aquí _ le pregunte de mala manera, cuando Salí fuera de la ferretería y lo encontré.
_ Vine a buscarte, para ir a almorzar en nuestra casa, es lo que un buen esposo haría no _ me respondió con una estúpida sonrisa, lo detesto ojala le caiga un rayo y se muera.
_ Es increíble tu descaro, tu de bueno no tienes nada _ le dije.
_ O mejor si, lo único bueno es todo tu dinero, después nada mas _ volví a decirle y me fui para entrar en coche, y me encontré con que el chofer era Camilo.
Durante todo el camino nadie hablo, cuando llegamos a la casa, los tres nos dirigimos hacia el comedor.
En la mesa ya estaba sentada Teresa y la rubia que se sorprendió bastante al verme, también se sentó Camilo y Francisco.
Es hora del espectáculo Fernanda me dije a mi misma y no me senté yo.
_ Que pasa Fernanda porque no te sientas _ me pregunto Francisco y negué con la cabeza.
_ En esta casa, siempre las empleadas comen en la mesa _ dije y todos se sorprendieron con lo que dije, en realidad esas cosas a mi no me importan, pero no soporto a la rubia con lo poco que l conozco se que no es una buena persona.
_ No lo estoy diciendo por ti madrina, tu no eres una empleada, ni por ti Camilo tu me caes bien _ volví a decir y fije mi mirada en la rubia.
_ Pero, ciertas personas no merecen estar sentada en esta mesa _ volví a decir y mi mirada seguía fija en la rubia, le sonreí y me di la vuelta como para irme, con solo do pasos escuche como alguien golpeo fuertemente la mesa el sonido de los cubiertos rebotar se escucho y también el asombro de todos, por lo que me quede quieta.
_ No te atrevas a dar un paso mas Fernanda _ escuche la voy de mi esposito querido.
Me di la vuelta y el ya estaba levantado de su silla, y la rubia me miraba súper mal.
_ Que demonios te pasa, pareces una niña caprichosa armando escandalo en donde sea, que tiene de malo que Sahari coma con nosotros _ me dijo tratando de no gritarme.
_ Por su puesto que esta mal que tu amante _;le dije apuntándolo con mi dedo _ coma en la misma mesa que yo, ni que digo amante, tu prometida _ le dije, volviendo a fijar mi mirada en la chica.
_ O no es así rubia _ le dije ala chica y no sabia que hacer.
_ No voy a comer en la misma mesa que esa mujer, me dijiste, que estoy aquí como tu esposa, entonces respétame como tal, o comes con migo o comes con ella tu decides querido esposo _ le dije volviendo a apuntarle con el dedo.
Encima del hombro de Francisco mire a Camilo quien me mostro su dedo pulgar con una sonrisa y recibió un codazo de Teresa, se nota que a el tampoco la rubia le cae bien.
Como no recibí respuestas por parte de Francisco, decidí irme y el detrás de mi.
_ A donde vas Fernanda _ me dijo siguiéndome, mientras yo me dirigía hacia fuera del comedor, justo en la puerta del comedor me detuve para hablarle.
_ Ya cállate si, ella o yo simple _ le dije.
_ Las cosas no funcionan así Fernanda _ me dijo el.
_ Te dije que te calles, solamente quiero escuchar a cual eliges ella o yo simple _ volví a decirle.
_ Ya no me digas que me calle por que no me voy a callar no voy a permitir que.. _ me dijo pero no lo deje terminar.
_ Cállate o te callo yo _ volví a desafiarle.
_ No me voy a callar no me va a decir lo que tengo que hacer una niña… _ pero antes de que termine, estampe mis labios con los de el.
Se sorprendió bastante que al principio no me correspondió, pero luego lo hizo, justo cuando su mano lo iba a posar en mi cintura me aleje de el y con una enorme sonrisa.
_ Te dije que te callaras _ le dije y pase por su lado para irme a la cocina, la rubia iba a explotar de los celo y también de la rabia, y Camilo y los demás me miraban sorprendidos, llegue a la cocina y detrás de mi llegaron Persi y Tatiana.
_ Dame eso 5 niña, así se hace _ me dijo Persi, levantando su mano, y choque mis manos con el de el, al parecer nadie quiere a la rubia.