Karina es una chica alegre que le apasiona la literatura y esta a a punto de graduarse la universidad, ademas de casarse con quien creía que era el amor de su vida.
Leonarod es un exitoso empresario quien esta comprometido con Sara Amelia desde joven por sus padres.
Dos personas totalmente desconocidas, con vidas distintas y planes diferentes que parecian no tener nada en comun, pero al parecer destino tenia otros planes para ellos.
-¿Quien es esa mujer con un vestido de novia mojada por la lluvia en medio de la nada?- Se pregunta Leonardo cautivado por su belleza
Dejandose llevar por el deseo, se entregan el uno al otro, pero ella confundida y con muchas dudas huye sin saber que los planes para su vida cambiaron... y 6 años después debe regresar a su hogar y sin esperarlo él pasado la puerta de su corazón volvio a tocar.
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CAPITULO 22
–Cada palabra suya causo una corriente eléctrica, un hormigueo, mi corazón latía tan fuerte que podía sentirlo en mis orejas, no pude gesticular palabra alguna, lo vi a los ojos, él me miraba fervientemente como si tratara de ver dentro de mí para descifrar que pienso…
—Karina, no sabes cuánto he deseado este momento— Terminó diciendo y con ambas manos tomo mi rostro para depositar un suave beso que causó una corriente eléctrica por mi columna vertebral con miles de
sensaciones en mi interior, después se alejó pero no soltó mi rostro
—Karina, déjame ser parte de ti y de mi hijo por favor, déjame ganar sus corazones porque ya no imagino una vida sin ustedes
—¿Qué? Ah yo señor Leonardo esto es... Guau — Dije soltando todo el aire de mi interior sosteniendo su abrigo porque sentía que en cualquier momento me iba a desmayar
—Señor Leonardo ¿Usted es aquel hombre que me salvó aquella noche? ¿Y también el padre de mi pequeño Alex?—Lo soy, y quiero seguir siéndolo, sé que puede parecer que lo nuestro fue un accidente, pero yo creo que fue el destino, que ya estábamos destinados para ser uno
—Esto es mucho para procesar. Pero ¿espere como está tan seguro de que Alex es su hijo? Yo, es decir, si nos acostamos, pero después de todo fue solo una vez, y desaparece, ¿no cree que existe la posibilidad de que haya habido otra persona en mi vida?
—Se que hice esto son tu consentimiento… Pero desde que vi a Alex sentí algo fuerte que me atraía a a él, ademas no puedes negarlo, nos parecemos, tambien porque te reconocí desde la primera vez que te vi— Dijo entregándome una hoja de laboratorio donde decia que Alex y el compartían el mismo ADN casi en un 100%.
—Comprendo… Esto es muy extraño para mi, y no se como lo tome Alex, yo… No se que hacer, si le soy sincera apenas y lo conozco, sé que no es un mal hombre pero tampoco debemos precipitarnos a los hechos
—No te preocupes, lo comprendo y se que me precipité te pido perdón por eso… En cuanto a Alex quiero ganarme su confianza y amor por mi mismo no por imposición, tambien quiero ganarme el tuyo en su momento por eso te tengo una propuesta
—¿Qué propuesta?
—Tengamos 7 citas, conozcamonos el uno al otro, déjame conquistarte. Si después de esas 7 citas descubres que no sientes nada por mí lo entenderé, pero sin importar que no abandonaré a Alex y le daré mi apoyo y amor ¿Estás de acuerdo?
—¿Es decir que si después de esas 7 citas no llegamos a estar juntos aun así aceptaras a Alex como tu hijo?
—Lo acepté como mi hijo hace mucho, ahora solo falta que me acepte como padre, como su verdadero padre… ¿Aceptas, mi novia Fugitiva? –Me dijo sonriendo
—¿Novia fugitiva? –Pregunté
—No sabía tu nombre, pero no podía olvidarte, el único que sabe de ti es mi hermano y no sabía como más explicar tu llegada fugas y efímera a mi vida
—¿Entonces decidiste llamarme novia fugitiva?
—Si— Afirmó avergonzado y ambos reimos
—Acepto el trato Señor Leonardo
—Gracias, primero dejemos en claro esto nada de señor de ahora en adelante, eso me hace sentir distanciado ¿esta bien?
—Pero… estamos en la empresa
—¿Y eso que tiene? Eres la madre de mi hijo, la mujer que amo, mi futura esposa y madre de próximos hijos—Dijo con total
naturaleza, tanta que sentí como mis mejillas y orejas se calentaron a una velocidad inaudita.
—¿No te estas adelantando a los hechos?
—No, porque estoy seguro de que seré un buen hombre para ti y un buen padre para Alex. No podrás rechazarme Karina—Dijo arqueando una ceja
—Cuanta seguridad—Ironice
—Tal vez, es gracias al hecho de que no me diste una bofetada cuando te bese y en cambio te sonrojaste
—E-e-e eso fue porque, porque me tomaste
desprevenida— Me excuse y él sonrió
—Ya lo veremos. ¿Hoy traerás a Alex?
—No lo sé, mi madre quiere pasar tiempo con él
—Yo también, y en mi defensa me perdí sus primeros pasos, palabras y momentos. ¿Vamos por él?
—¿Ambos?
—Por supuesto ¿no es normal que los padres vallan por sus hijos a la escuela?
—Sí, pero— ¿Entonces que esperamos?—Me interrumpió y tomo mi mano para ir al ascensor.
Llegamos a la escuela y Alex estaba esperando, sonrió ampliamente al vernos, me agache para cargarlo pero el muy traicionero se lanzo a los brazos de Leonardo que tambien estaba abriendo sus brazos.
Queria enojarme pero es que ambos se veían muy tiernos
—¿Oye jovencito, soy tu madre o lo olvidaste?
—Mami, tambien viniste. Y con papá Leo… Es perfecto
—Si campeón, papá y mamá vinieron
—Que suerte porque quiero un papá y necesito uno
—¿A que te refieres hijo? —Le pregunté
—Mañana es el día del padre y en mi escuela invitaron a todos los papás a una sorpresa que les tenemos…Pero... yo no quería venir porque no tengo papá—Dijo mi pequeño con su rostro agachado y entristecido
—Si tienes papá Alex… Ahora sí y si quieres puedo venir contigo—Dijo Leonardo agachándose
—¿Enserio? ¿Cómo mi verdadero papá y no uno falso?
—Si, como tu verdadero papá… Vendré mañana y todos los años que vienen ¿aceptas campeón?
—Si si si Hurra. Mami, el papá Leo quiere ser mi papá, mi papá real
—Si pequeño, me alegra verte feliz
—Bien, ahora vamos— Dijo Leonardo
—¿A dónde papá?—Preguntó Alex y Leonardo se quedo mirándolo unos segundos con una mirada que pude percibir llena de amor, incluso parecía que fuera a llorar, creo que por primera vez sintió que la palabra papá era tan real en el
—Iremos a la empresa hijo, hice lo que te prometí, ya te traje los libros de matemáticas que tanto querías
—¿Enserio? ¡Que bien, gracias papá!
—Lo que sea por mi hijo— Dijo Leonardo y cargó a Alex para llevarlo al auto
