Isabela ha encontrado empleo en una multinacional mientras huye de su exnovio y de los problemas que este le ha generado, lo que no sabe es cada a su alrededor se generan una serie intrigas y hechos que la hacen ver como una persona egoista y malintencionada.
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Capitulo 18
Narra Antón
-Quiero que confíes en mi, así como yo estoy confiando en ti, cualquier cosa que necesites házmela saber y si ese hombre busca acercarse a ti quiero que me lo digas inmediatamente – prefiero hacer que confíe en mi en vez de enamorarla
No me imagino con esa mujer detrás de mi después de que todo esto pase, además me gusta demasiado como para intentar algo más, no quiero verme comprometido con una persona que pueda ser tan fácilmente manipulable.
Terminamos de desayunar y la invito a pasear por Múnich, he estado tantos días en mi hermosa ciudad y sólo he ido a la empresa, así que le digo a Isabel que se vista para que me acompañe a recorrer la ciudad, me dice que ya paseó por la ciudad, pero le insisto que aun no la ha recorrido conmigo.
Narra Isabel
Luego de nuestro extraño desayuno me pidió que fuéramos a recorrer la ciudad, ya había ido pero según él como habitante de la ciudad me podrá mostrar algunas cosas que no ofrecen los tours guiados, así que después de pensarlo un poco acepté.
Nos dirigimos al casco histórico de Múnich, a pesar de que ya había ido puedo decir que me mostró algunas cosas desde otro punto de vista, su conocimiento de la arquitectura y de las historias que se desarrollaron allí lo hicieron más interesante.
Fuimos a un edificio que le llaman La Residencia, a pesar de que había entrado no pude verla completa, es lo bueno de estar acompañada de alguien que tiene ciertos privilegios, no dejaron pasar a ciertas áreas exclusivas donde el ambiente hace que te sientas en la época de monarcas y duques bávaros.
Me sentía como una niña pequeña, veía a todos lados y podía detallar la inmensidad de los lujos de que disfrutaron aquellas personas que hicieron vida allí, me sentía como viviendo un sueño, un suelo en el que yo era una princesa y habitaba ese lugar, de verdad puedo decir que es hermoso.
Visitamos algunos edificios más, pero ninguno me dejó tan encantada como La Residencia, volvimos al auto y escuché que le dijo al chofer que necesitaba botar un poco el estrés que su padre le había dejado, este asintió y nos dirigió hasta el Jardín Inglés, un lugar hermoso y en donde pensé que el hombre iba a meditar o algo así y me equivoqué totalmente.
Recorrimos el lugar y es realmente hermoso, hubiera deseado traer comida para realizar aquí un picnic, pero en otro momento será.
Comenzamos a atravesar una serie de arboles y puedo escuchar que estamos cerca de un río, el sonido del agua en movimiento es inconfundible, a la vez que escucho el ruido de la gente que supongo se encuentra en el mismo lugar, al irnos acercando voy entendiendo menos lo que está sucediendo y puedo notar una pequeña sonrisa en el rostro de Antón.
Cuando salimos de los arboles puedo notar un rio artificial que separa el bosque en dos y personas de todas las edades concentradas en ese lugar, lo que más me llama la atención es ver tablas de surf en ese lugar.
Noto que hay chicos y adultos surfeando en el río, eso es asombroso, nunca me hubiera imaginado algo así, por lo que Antón me toma de la mano y me acerca donde ya se encuentra el chófer con una tabla.
-¿Tu sabes surfear? – pregunto con los ojos muy abiertos
-Hasta la duda ofende – me dice con una sonrisa, se ve despreocupado y relajado
-No me imaginaba que esto existiera aquí – comienzo a notar que se va quitando la ropa
-Digamos que es algo reciente que hayan dejado que se utilice para surfear y es algo que me relaja, además mi padre lo detesta por lo que no es algo que le cuente a todo el mundo – tenia una sonrisa picara
Quien hubiera imaginado al empresario Antón Ficher le gustara el surf y que pudiera practicarlo en su ciudad natal, me dejó sus cosas y se colocó un traje de neopreno que se ajustaba bastante bien a su cuerpo, el cual me explicó que lo ayudaba a conservar la temperatura normal del cuerpo, ya que ni que me pagaran me hubiera metido allí, el frio estaba bastante fuerte.
Lo vi adentrarse en el rio, el cual no es muy grande y comenzar a remontar una pequeña ola que se forma de manera natural allí, al parecer conocer a algunos chicos que se encuentran allí porque lo vi hablar con ellos relajadamente.
Axel, el chofer, me dio café bien caliente y yo se lo agradecí en el alma ya que el frio estaba comenzando a aumentar y al estar sentada sin moverme creo que estaba empezando a sentirlo más.
Creo que estuvimos en el lugar alrededor de una hora y fue bastante agradable ver como mi jefe, el hombre al que todos le tiemblan cuando llega a cualquier sitio, se divierte como un adolescente sobre una tabla de surf remontando olas en un rio.
Cuando volvió a donde lo esperábamos, ya estaba comenzando a caer la noche, por lo que se vistió rápidamente, aunque no lo suficientemente rápido como para que no viera su cuerpo totalmente tonificado, este hombre es un pecado andante y es mi jefe, debo seguir repitiéndomelo, no puedo, ni debo verlo de otra manera.
De allí fuimos a la cervecería Hofbräuhaus am Platzl, la cual puedo decir que es hermosa y pensé que iba a ser un sitio oscuro y húmedo, pero fue todo lo contrario era un lugar bastante animado y con mucho ambiente bávaro, habían personas con trajes típicos para que los turistas se tomaran fotos con ellos, pero nosotros no nos quedamos allí, fuimos al segundo piso de la cervecería donde hay un restaurant no tan turístico y en donde al parecer conocían a Antón por lo que con solo vernos nos dieron una mesa y nos sirvieron una comida deliciosa.
Puede que tuviera razón, la visita sin él fue totalmente distinta, me dio un punto de vista bastante diferente de la ciudad y me encantó.