El Ceo Misterioso

Mientras todos cenan, Selena se levanta para decir algo.

Selena Salvatore

-Maya y Gael, ¿se van a casar de verdad?

Hablo molesto, porque quería casarme antes que ella.

Gabriela Salvatore

-Selena siéntate y termina tu cena por favor.

Digo esto porque ella estaba siendo grosera.

Gael Bennet

-No hay problema, señora Gabriela, no tengo nada que ocultar. Selena, voy a casarme con Maya, y tengo la intención de proponerle matrimonio lo antes posible.

Selena Salvatore

-Maya no te vas a casar con él, ¿verdad?

Maya Salvatore

-No entiendo tu pregunta Selena.

Selena Salvatore

-No puedes casarte con él.

Maya Salvatore

-¿Por qué no?

Selena Salvatore

-¿No recuerdas lo que te hizo ayer?

Maya Salvatore

-Selena, gracias por tu preocupación, pero ya soy adulta y decido lo que quiero para mi vida.

Gaius Scott

Observo a Selena que parece querer confundirse y me levanto hablando.

- Gael, te agradezco la cena, pero tengo que ir con Selena.

Sale por delante y yo la sigo, saliendo de la mansión, hacia el piso de Maya.

Fabio Salvatore

-Me disculpo, Sr. Bennet, por el comportamiento de mi hija Selena.

Gael Bennet

-No se preocupe, Sr. Fabio, y de todos modos puede llamarme Gael.

Todos terminan de cenar y me despido de los padres de Maya y le pido a mi chófer que los lleve.

Maya Salvatore

Me despido de mis padres adoptivos y les digo que me quedaré un poco más y luego me iré al piso.

Gael Bennet

-Maya, ¿puedes acompañarme a la oficina con Diana?

Maya Salvatore

-No hasta que acuesto a Sara, me excuso y acompaño a Sara a su habitación.

La ayudo con su higiene personal, le pongo el pijama y la tapo en la cama.

Sara Bennet

-¡Mamá, cuéntanos una historia!

Maya Salvatore

-Lo haré, mi amor.

Le conté un cuento y acabé quedándome dormido en el sillón junto a su cama.

Gael Bennet

-Ha pasado media hora desde que Maya subió con Sara, así que voy a darle un beso de buenas noches a mi hija y veo a Maya durmiendo en el sillón de la mano de Sara.

- ¡Maya, despierta!

Suelto la mano de Sara y Maya que estaban juntas y toco la cara de Maya y paso mis dedos por su boca y se despierta.

Maya Salvatore

Siento un toque en la cara y los labios y me despierto.

Gael Bennet

- Ven conmigo, Maya, le digo, saliendo de la habitación con ella.

Maya Salvatore

-Gael, ¿puedes llevarme a casa?

Gael Bennet

-Necesitamos hablar y también me gustaría pedirte que duermas conmigo esta noche.

Maya Salvatore

-¡No puedo Gael!

Gael Bennet

-Sólo quiero pasar la noche a tu lado, no voy a hacer nada, sólo quiero estar a tu lado y hablar.

Maya Salvatore

-Está bien, pero no he traído ropa, así que tendré que ir al piso.

Gael Bennet

-No es necesario, hice que mi guardia de seguridad comprara algunas prendas para ti y están en mi armario.

Maya Salvatore

-Cómo puedes estar seguro de que voy a dormir aquí, o más bien darte la oportunidad de relacionarte conmigo, hasta el punto de comprarme ropa.

Gael Bennet

-No lo sabía Maya, pero soy de los que cuando quiere conquistar y dar amor, hago de todo, necesitaba confiar en que me darías una oportunidad, por eso tengo que estar siempre preparado para cada oportunidad a tu lado, te deseo Maya, mi cuerpo parece no responder a mi mente, es difícil luchar conmigo mismo, cuando estoy cerca de ti, tu olor parece invadir el aire que respiro, me extasío, has invadido todos mis pensamientos, incluso cuando duermo, me ha estado volviendo loco, por lo que tengo que luchar con todas las armas que pueda para que me quieras, pues ya no puedo decir que estoy enamorado de ti, te quiero Maya, y para mí hablar todo lo que siento contigo en este momento ha sido como arrancar de mi cuerpo mi corazón, no es fácil para mí mostrar afecto o incluso hablar lo que siento por las circunstancias que he pasado, pero pareces tener un efecto en mí, no como una droga que entra y es adictiva, pues, no eres mi adicción, te deseo, pero sólo puedo compararte con el antídoto, donde he estado años necesitando para sanar mi corazón.

Maya Salvatore

Escucharlo hablar de todo lo que siente y de que me ama, causó un efecto abrumador en mí, mi corazón parecía explotar, mi respiración era acelerada, así que toqué su nuca con mis dos manos y mirándolo a los ojos le dije:

-Gael, te amo, desde el día en que me demostraste que podías tenerme, pero no me usaste como objeto, entre tanta gente, fuiste el único capaz hace años, de hacerme sonreír en mi cumpleaños, con todas las sorpresas y tu cariño y desde ese día te amé, pero hoy sé que ese amor no fue por gratitud a lo que me hiciste, sino, porque tampoco pude olvidarte y te deseo tanto como tú a mí.

Gael Bennet

Tomo a Maya por la cintura, la beso y la llevo a mi habitación.

Continua...