¿Que es lo que lleva a un hombre a cometer el pecado de la infidelidad?.
Darío Álvarez narrará su historia y con sus propias palabras nos explicará que lo llevo a tomar la decisión que cambiaría su vida para siempre.
Esta novela será narrada desde el país de Argentina. Mendoza, donde yo vivo. Así que todas las fotos son de mi querida provincia. Los invito a disfrutar de la hermosura que regala mi tierra.
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Sólo por un momento(+18)
Tanto Nayeli como yo éramos personas rotas, con cicatrices profundas de relaciones fallidas.
Solo éramos dos personas que deseaban desesperadamente sentir calor, sentir afecto, sentirse amadas.
Aunque fuese solo por un momento.
La cargué entre mis brazos y la llevé dentro del coche, ella se trepó encima de mí y comenzamos a quitarnos la ropa dejando frente a mí su maravilloso cuerpo desnudo.
Era perfecta.
Comienzo a tocarla torpemente, como si fuera mi primera vez.
Mis manos temblaban, pero no me detuve. La besé por todas partes, quería fundirme dentro de ella y quedarme allí para siempre.
La veo retorcerse de placer y aferrarse a mi espalda enterrando sus uñas.
La penetro con desesperación, con locura y ella me recibe gustosa.
Después de terminar nos quedamos acurrucado, envueltos en una manta.
Esa fue la primera vez que le fui infiel a mi esposa.
Pero después de lo que leyeron.
¿Todavía creen que soy un bastardo infiel sin remedio?
¿Todavía creen que todos los infieles lo hacen por levantar su ego o porque les causa superioridad infligir dolor a su pareja?
¿Creen que ella se merezca el título de ramera, amante o algo mucho peor solo porque nuestros corazones encajaron a la perfección?
¿Mi esposa se merece el título de víctima solo porque otra mujer me dio el cariño que ella por tantos años me negó?
Como es costumbre entre nosotros la llevo a su hogar.
Ninguno de los dos dijo ninguna palabra en el camino, al llegar intento disculparme, pero ella no me deja.
Dice que necesita acomodar sus pensamientos y que luego se comunicará conmigo.
Yo me dispongo a revisar todo antes de marcharme. Cuando escucho mi celular sonar "casa" marca la pantalla.
Contesto apresurado temiendo lo peor, pero solo es el ama de llaves que me pide por orden de mi esposa volver de inmediato.
Cecilia tiene un viaje programado y quiere marcharse cuanto antes.
Escucho la dulce voz de mi angelito pidiendo hablar conmigo, su voz me llena el alma mientras me carcome la culpa.
Preparo mis cosas para partir rumbo a mi caótico hogar.
Quiero hablar lo antes posible con Cecilia de lo ocurrido, pero de seguro ella ya no estará para cuando yo vuelva. Siempre fue así.
En el aeropuerto mientras espero poder abordar mi avión veo un mensaje de Nayeli.
* Darío perdóname por lo de anoche, no sé qué me pasó. No quiero culpar al alcohol pero sí tuvo mucho que ver. De todas formas lo siento tanto. Espero no ser la responsable de que tomes una mala decisión. Eres un buen hombre deseo que seas feliz y perdóname.
Siento que sus palabras son como de despedida.
No solo ella tuvo la culpa, yo era el que debía de parar porque yo soy el que tiene que respetar a mi pareja y, sin embargo, era ella la que se sentía culpable con Cecilia.
Era Nayeli la que se sentía horrible por meterse en una relación ajena aún sabiendo que yo le di la entrada al besarla primero.
¡Qué basura más grande soy!
Comienzo a llorar en aquel lugar concurrido.