Pequeña Rebelde ( Primera Parte)

Me despierta el resplandor entrando por la ventana de la habitación, gruñó de fastidio y me vuelvo a tapar con las sábanas hasta la cabeza.

Pero qué carajos.

---¿Quién es ? --- preguntó al escuchar qué golpean la puerta de habitación.

---Buenos días remolona, ya es hora de irnos.--- dice Yadiel del otro lado de la puerta y sonrió.

---Está bien, ya me levanto, pero tendrás que aguardar a que me de una ducha --- le gritó desde la cama.

---No, vístete y sal, o no podremos disfrutar del hermoso día---- me dice esté, y me levanto de un salto.

Me visto rápido, me pongo una camiseta pegada al cuerpo, y un jeans Azul gastado, con unos tenis cómodos, peinó mi nido de pájaros, y salgo.

Saludo a Yadiel con un beso en la mejilla, y salimos hacia el restaurante del hotel.

Desayunamos un exquisito desayuno francés, mientras conversamos, y luego nos vamos a dar un paseo por las calles francesas.

Me llevó a conocer la Torre Eiffel, y varios lugares más, quedé enamorada de Francia, tanto qué me quedaría a vivir aquí sin dudarlo dos veces.

Recorrimos la calles céntricas y miramos algunas vidrieras, Yadiel sé compró ropa, recuerdos para su madre, y demás familia.

De camino hacia el hotel, pasamos por salón de belleza, y no pude evitar quedarme mirando.

---¿Quieres entrar, todavía hay tiempo? ---- me dice esté y niego con la cabeza, ya qué tengo los bolsillos vacíos.

---Vamos, entra, yo invito --- me retrucó esté, y dude un momento.

---- No ya has echo demasiado por mí, no es bueno abusar.---- le respondo y camino, pero esté me toma de la mano y nos adentra al salón.

Nos atienden una chica y un chico , muy simpáticos y nos preguntan qué deseamos hacernos y Yadiel me observa atentamente, y me da miedo.

---- Color nuevo para el cabello, y belleza completa, para ambos. --- dice esté, los empleados nos llevan hacia las sillas y nos sientan.

La verdad me da miedo un nuevo cambio, y mucho más porqué Yadiel le da indicaciones a estos, sin consultar conmigo, pero qué mierda, voy a confiar en el.

Éstos lavan mi cabello, pará luego darle un nuevo color, me llenan el rostro de crema, tónicos, y no sé qué otra cosa, mientras otras chicas arreglan mis uñas.

Después de 2 horas terminaron, pero no me dejaron verme al espejo, hasta qué me maquillaron.

Al estar frente al espejo no podía reconocerme a mi misma, parecía otra mujer.

Mi cabello quedó en un negro azabache, alisado hasta la cintura, las uñas me quedaron preciosas, con un color rojo fuerte y bien largas, las pestañas también largas y arqueadas, un maquillaje tono marrón suave y mis labios en un rojo, sangre, no lograba asimilar, lo qué un estupido salón podía llegar a cambiarme.

---Luz te ves hermosa, pero no puedes quedarte a vivir frente al espejo.--- me dijo Yadiel, despertandome de la nube en la qué me encontraba, y sonreí cómo una idiota.

Salimos del salón y fuimos hacia el hotel, yo me fui a mi habitación, ya qué debía cambiarme, y Yadiel también, pero obviamente a la suya.

Revisé todo mi equipaje qué aún seguía sin desempacar, aveces puedo ser muy perezosa.

Me puse un vestido negro, reservado en la parte de adelante, pero abierto en la espalda, y unos tacones negros, bastante altos.

Yadiel, pasó a buscarme, y sé sorprendio al verme, esté me sonrió tiernamente y estiro su, me tomé de él y bajamos.

De camino hacia el restaurante me puse algo incómoda por cómo esté me observa y no aguanté más.

---¿Me veo mal,? ¿ porqué me ves de esa manera? ---- le pregunté sin siquiera respirar, no quería verme ridícula y volver a ser el centro de diversión de aquellos dos patanes.

--- No, claro que no, te ves hermosa, aunque siempre lo fuiste.---- me dice esté, y toma de mí cintura acercándome a él, para luego darme un beso por encima de los labios.

William.

Estamos en una maldita reunión de negocios, y la supuesta súper asistente de mi padre, brilla por su ausencia.

Supuestamente mi padre, Luz, es una excelente empleada, pero yo creo todo lo contrario, esa chica deja mucho que desear.

Y para completar el descarriado de mi hermano, también desapareció cómo sí no tuviera asuntos qué atender.

Pido disculpas, y voy a buscar a mi hermano, supongo qué debe estar en su habitación.

Pero no tuve qué buscar mucho, ya qué fuera del restaurante estaba mi hermano, y muy bien acompañado.

---Perdón por la interrupción hermano , pero los socios nos están esperando.--- le digo a esté y cuándo la mujer qué está con él se dio vuelta casi sé me salieron los ojos de lugar, era luz la mujer qué estaba con él, y sé veía hermosa.

Demonios, estoy sintiendo celos, no, no puede ser, esa chica, no es mi tipo, me digo a mí mismo y me despavilo.

---Señorita Domínguez, vino aquí para trabajar, no para andar de romance con mi hermano.--- le digo con molestia.

---Cálmate William, ya estamos aquí.--- dice mi querido hermano, y lo veo ir hacia el restaurante, sosteniendo a luz de la cintura, y me mofo de ellos.

Lo único qué me faltaba, qué esa chica atolondrada se convierta en mi cuñada, pero no, no lo voy a permitir, es una zorra, ella sé mete en la cama de Nick, y ahora también quiere meterse en la cama de mi hermano, no es más qué una arribista, seguro lo único qué busca es dinero.

---Señor William, lo necesitamos en la reunión.--- me dice mi asistente asustándome, la observó 1 segundo y reaccionó, asiento con la cabeza, y vuelvo a la reunión.