Keres Jabbar Elrryan tiene su primer banquete de cumpleaños como hijo menor del Emperador del Imperio Kardext. En el banquete, su padre y hermano mayor le dan dos obsequios que todo el mundo sabe, no es mas que para dejar en claro que Keres es su leal mascota.
Keres es consciente de ello y a pesar de eso acepta los dos obsequios: el título de "Conde" junto a sus deterioradas tierras y un sangriento matrimonio con la Princesa que rechazó a su hermano mayor hace algunos años, ordenando a Keres destruir todo el Reino de Elentia y capturar a la familia Real.
Claramente sabe que el matrimonio es una clase de castigo para ambos y estaba preparado para recibir el desprecio de su esposa.
Pero, ella repetir hasta el cansancio que "lo ama", está intrigado del por qué su esposa se comporta de esa manera cuando se supone debe odiarlo. Y queda más intrigado cuando todo el mundo le dice: "Tú esposa es un demonio, una villana".
«¿...? ¿...?» [Pero si mí esposa es increíblemente adorable]
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EL ANALISIS DEL PRÍNCIPE
Doris, estaba en la entrada de la mansión del Ducado Hormadia, conversaba con algunos sirvientes cuando notó al carruaje imperial acercarse, escoltado por los sorprendentes caballeros imperiales.
No hubo tiempo de reacción, sólo cuando el carruaje se detuvo y Davor bajó del carruaje fue que Doris agarró el hombro de una sirvienta para ordenar:
«Avisa al Duque que su majestad ha llegado de imprevist-»
«Capturenla»
La orden dada por Davor fue en un tono suave y al mismo tiempo frío. Sin vacilación, cómo si supiera exactamente que hacer.
Doris sólo pudo percatarse de la desastrosa situación cuando los caballeros imperiales la capturaron, atando sus manos y pies. Cubriendo su boca con un pañuelo a penas intentó quejarse.
Los caballeros imperiales y Doris siguieron a Davor, que entró a la mansión del Duque Hormadia sin ninguna educación.
Caminó por el lugar cómo si ya conociera el lugar, a pesar que Doris sabía muy bien que el príncipe heredero nunca había visitado el ducado hasta ahora.
Trató de forcejear un poco, pero al final, su cuerpo no podía hacer nada contra los fornidos caballeros imperiales vestidos con armadura.
En tan sólo segundos, mientras Davor ya había subido las escaleras al segundo piso y caminaba por el pasillo, Erevan apareció a su encuentro con un semblante calmado para la sorpresa de Davor.
Aunque la realidad era que las manos de Erevan, que parecían estar despreocupadas dentro de su bolsillo del pantalón estaban apretando el puño con fuerza, en un intento desesperado por no entrar en pánico al ver a su asistente Doris capturada por los caballeros imperiales.
Lo normal sería sonreír y saludar con elegancia a su majestad, pero eso resultó imposible de hacer para Erevan, que luchando con su autocontrol dio una peculiar bienvenida a su alteza:
«Que inesperado honor, es una sorpresa inusual ver a su majestad dignarse a cruzar el umbral de mi hogar. Aunque, debo admitir, el modo en que ha decidido presentarse es... cuanto menos desconcertante. ¿Será esta la etiqueta con la que el futuro Emperador de Kardext pretende honrar su inminente coronación?»
Esa lengua tan afilada por parte de Erevan hizo fruncir el ceño a Davor con enojo que ocultó con una suave sonrisa. Pues, él también desarrolló una lengua afilada.
«Veo que el Duque se siente agraviado por mis acciones. Un sentimiento comprensible, sin duda, pues, como su futuro Emperador también me encuentro profundamente ofendido, después de todo, instruí, con absoluta claridad, que el boticario me fuera entregado. ¿Cómo, entonces, debería tomar el informe de que pereció mientras intentaba huir de la prisión de Agenón? Una institución, cuya reputación, hasta ahora, se basaba en su absoluta ausencia de incidentes gracias a su jurisdicción, Duque Hormadia»
«Aprecio las expectativas que su majestad tiene a mi persona. Pero, hay ocasiones en las que no puedes controlar ciertas acciones, y siempre, hay una primera vez para algo, ya sea bueno, o malo»
Davor apretó los dientes dentro de su boca. En cuánto Erevan agregó con un semblante desinteresado...
«Ya que, al parecer, sospecha de mí, ¿Por qué haría algo que enfadaría a su majestad? Usted y yo, nunca nos habíamos visto de esta manera. Mencione una sola cosa por la que yo actuaría en contra de su majestad»
Davor lo miró fijamente, en dónde la imagen de un hombre tuerto del ojo derecho con cabello largo en un día lluvioso se superpuso a la de él actual y pulcro Duque Erevan.
[Tiene razón, en esta vida, ésta es la primera vez que nos vemos, faltan unos 5 años antes de que decidiera intentar una rebelión contra mí. Erevan Lichen Hormadia, él se convirtió en la mano derecha de Keres en la rebelión que armó cuando intentó desesperadamente recuperar a Oona]
No pudo evitar hablar entre risas, cómo si hubiera recordado algo divertido.
«Es verdad, esta es la primera vez que nos vemos en ésta vida Duque Erevan. No hay nada con lo que acusar al Duque» [En esta vida, no tienes nada en mi contra, por ahora. Pero debo deshacerme de tí pronto, ya que no importaba cómo tratara de arruinarte la vida, de alguna manera siempre terminabas convirtiéndote, en la mano derecha de mi estúpido medio hermano]
«Ya que ese es el caso, su alteza, ¿Desea ver el cadáver para que usted mismo lo compruebe?»
«Por supuesto»
Erevan estuvo en silencio en el camino, al menos hasta que Davor preguntó:
«¿Y cómo por qué intentó escapar? ¿No le dijiste que vendría a trabajar bajo mi mano?»
«Le dije lo que usted me ordenó en la carta que me envió. De la nada empezó a gritar que "prefería morir a tener que "volver" a trabajar para el principe heredero de Kardext"»
«¡¡!!» [¿Volver?]
Erevan observó la leve expresión sorprendida de Davor. Aquella expresión que desapareció rápidamente y el silencio volvió a gobernar en los alrededores mientras Erevan recordaba como es que había ido a analizar el cadáver de "Lucas".
...Dado, que fue consiente que sería muy difícil engañar al príncipe heredero, fue a observar todo el lugar para encontrar la mejor mentira posible....
...Pero fue una sorpresa cuando entró a la celda en dónde estaba el boticario y había escrito en el espaldar de su cama: "Prefiero morir, no quiero volver a trabajar para un hombre tan despiadado"....
...Erevan estaba tomando muy en serio aquel mensaje que no había visto antes, pero al encontrar la carta de Oona pegado con un cuchillo diciendo: "De nada", le hizo caer en cuenta que ésto era obra de esa mujer tan extraña....
Volviendo a sus sentidos y pensándolo mejor...
[¡¿A qué hora hizo eso?! ¡¿Y cómo es que se coló dentro de la prisión de Agenón?! Sin mencionar que el boticario tampoco parecía saber nada de lo que hubiera tras su propia cama]
Mientras Erevan seguía tratando de averiguar cómo es que Oona llegó a dejar ese mensaje tan sin sentido según su perspectiva, había llegado ante el cadáver enpinado que mostró a Davor.
Davor lo inspeccionó con mucho cuidado y en persona, Erevan lo vio medir el ángulo de caída y el tiempo de muerte. Todo concordaba hasta el momento.
«Muestrame su habitación»
Ordenó Davor, y Erevan lo guio hasta aquella celda en dónde Davor descubrió lo escrito tras la cama demasiado rápido. Verlo oscurecer la mirada de la manera en lo que lo hizo, dio una sensación extraña al Duque, que preguntó:
«¿Todo bien, su alteza?»
«... Por el estado de la madera de la cama, es seguro que escribió ésto en el anoche, un día antes de que me lo enviaran»
«Oh, no sabía que su alteza era tan buen detective» [Éste hombre es realmente peligroso, ¿Cómo es que puede saber en qué momento fue escrito eso-¿Huh?, si fue escrito anoche, ¿No es cuando cenaba a solas con Keres?]
Pero sus pensamientos acertados fueron interrumpidos por Davor, que levantó la voz dirigiéndose a la salida.
«Así que Lucas murió, es una pena, tenía buen potencial. Sueltenla»
A su orden, los caballeros imperiales, que estuvieron todo el rato siguiéndolos, soltaron a Doris en el suelo mientras Davor se despedía con indiferencia.
«Supongo, que eres inocente. Crema todo. Adiós, Duque Erevan»
La celda se quedó en un largo silencio, cuando Erevan vio desde la ventana de la prisión cómo el príncipe se subía a su carruaje y se iba con sus caballeros imperiales, pudo exalar y no perdió tiempo a correr hacía Doris.
Se arrodilló frente a ella y lo primero que le quitó fue el paño en su boca.
«Doris, ¿Estás bien?»
Doris puso sus ojos vidriosos y, aún atada, no pudo aguantar el recostarse en el pecho de Erevan para empezar a llorar.
«Sniff, se-señor Erevan, me dio mucho miedo-Sniff-hic»
Erevan tenía una expresión de culpa y dolor mientras abrazaba a Doris con una mano, mientras que con la otra la desataba con mucho cuidado.
«Lo siento, fue mi culpa que pasaras por eso. Te prometo que esto no volverá a pasar, no dejaré que te vuelva a poner un dedo encima»
Desatada, abrazó a su señor preguntando:
«¿De verdad?, ¿Lo promete? Sniff»
Erevan tomó su mano y le dio un beso a su muñeca, justo en el lugar dónde la soga le había dejado marcas.
«Lo prometo. Mí querida Doris»
y morí de ternura con Keres eligiendo un arma xa su frágil mujer 🤗🤭🤭