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LA HISTORIA DE UNA ESCLAVA

LA HISTORIA DE UNA ESCLAVA

Status: En proceso
Genre:Novia sustituta / Matrimonio arreglado / Romance entre patrón y sirvienta / Esclava / Sirvienta / Amor-odio / Venganza de la protagonista
Popularitas:7.1k
Nilai: 5
nombre de autor: KLRESPLANDOR

Nica es el fruto de un rico hacendado, dueño de muchas tierras productoras de caña y algodón, y de un amorío con una de sus esclavas.

Y aunque su padre prometió protegerla, no vivió mucho para cumplir su promesa.

Apenas su padre murió, su tío y sus primos se encargaron de hacerle la vida un infierno. Le recalcaba a cada momento que ella solo era una sucia esclava con sangre impura corriendo por sus venas.

Y qué por lo tanto, su vida no valía nada.

NovelToon tiene autorización de KLRESPLANDOR para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Uadaura Remu.

Nica se alejó sin saber qué tema discutirían ambos, y las veces que se detenía a verlos Antonio no lucía contento. Ella solo esperaba que el joven Hurtado no estuviera de malas mucho tiempo.

—¡Nica, Nica!

La castaña se percató del llamado de Urima, la amiga de Marú. Urima era india de una tribu de la zona. Ya entrada en edad para "producir" esclavos, aunque Urima era joven tenía un carácter definido, razón por la que no era considerada por cualquier hombre.

A Nica se le hacía irónica la relación de Marú y Urima, el como los dos eran tan distintos en personalidad.

—¿Qué sucede, Urima? —Preguntó Nica al verla preocupada.

—¿No has visto a Marú? Salió corriendo hacia el monte y no ha vuelto. —Dijo la india, asustada.

—No lo he visto, pero puedo ayudar a buscarlo si quieres.

Nica estuvo a punto de girar a buscarlo cuando de manera repentina Urima la sujetó del brazo, dudando de si dejarla ir. No obstante, antes de que la castaña preguntara, la india cedió.

—Está bien, solo... —Urima sacó de su vestido un bollo cubierto en hoja de plátano. —Si lo ves, dale esta hallaquita por favor.

Nica recibió el bocado sin problema y nuevamente giró en dirección a la interperie, no sin antes dedicarle una sonrisa a Urima para transmitirle calma.

—¡Y dile que aquí lo espero! —Gritó la india cuando estuvo lejos.

—¿Mandaste a Nica a buscarlo? —Una esclava de mayor edad salió de la barraca a reclamarle. —¿Estás loca, Urima? Marú acaba de estar con ese enfermo...

—No puedo con esta carga sola, mama Guaica. —Interrumpió Urima, desanimada. —Lo que le pasa a Marú no me deja dormí, y si me ve no olvidará ese infierno.

Afuera de los límites de la hacienda, Nica se sintió extraña al moverse en aquel montarrascal; sola, descalza y sin una luz qué la orientara, pero nunca sintió miedo. Según ella, había peores cosas a las que temer.

Entre árboles secos, arbustos y cactus, no fue hasta que escuchó un sollozo cuando Nica pudo guiarse con seguridad, encontrando a Marú recostado al pie de un árbol de lianas colgantes, llorando desconsoladamente.

—¡Marú! ¿Estás bien? —Nica lo revisó pensando que tenía alguna herida.

—N-No... —Marú la apartó. —¡Vete, por favor!

—¿Po-Por qué?

La castaña no entendía el motivo de su tristeza, por un momento pensó que fue humillado por los amos, o que lo habían golpeado. Tampoco quería pensar en lo otro, pero no se le hizo imposible recordar los rumores que se decían de él y el amo Julián.

Lo poco que sabía, era que Julián lo maltrataba, lo denigraba como si fuera una mascota y forzaba a hacer cosas horribles.

—Te traje una hallaquita. —Nica se la extendió, con tal de calmarlo.

Cosa que no logró, aunque no era de extrañarse. Marú había dejado de llorar, más lucía realmente herido, perdido en su sufrimiento, y preguntar la razón sin que tuviesen la confianza no le parecía adecuado a Nica.

—Marú... —Murmuró la castaña. —¿Qué significa?

La pregunta le sacó una pequeña sonrisa al indio, y alegró a Nica por unos segundos.

—No lo sé. —Dijo él en un tono suave. —¿Es mi nombre mal pronunciado?

—¿En serio? ¿Y cuál es tu nombre real? —Preguntó Nica, curiosa. —De hecho, nunca me dijiste de dónde vienes.

—Yo... vengo de muy lejos. —Marú observó el cielo, con la luna menguante sobre él. —Llegar allí te lleva una semana...

Es un lugar distinto a este. Las plantas son más verdes, no hay cactus ni maleza espinosa, tampoco hace mucho calor como en la costa. Es una selva fresca, hogar de animales coloridos y graciosos.

Las montañas son más altas, en mi tribu se esparció la leyenda de que estas montañas en realidad fueron árboles gigantes de los que solo quedó su tronco. De las montañas, emergen cascadas tal y como si cayeran del cielo.

También hay ríos profundos, en uno de ellos nací. Su nombre era Churún Merú, razón por la que recibí en nombre Merú. Vivía en la selva con mis padres y hermanos. Cazábamos, pescábamos, cultivábamos y viajábamos a las órdenes del cacique.

Hasta que cumplí ocho años, y llegaron rumores de la existencia de unos hombres blancos que navegaban por el río en grandes cajas de madera, hablaban un lenguaje extraño, comían comida rara y hacían construcciones nunca antes vistas en nuestra tierra sin permiso.

Un día, una tribu de la costa le advirtió a nuestro cacique que vendrían a por nosotros, a esclavizarnos para poder llevarse el tan renombrado oro. El no se quedó de brazos cruzados, y nos llamó a pelear para defender el territorio de esos hombres.

Yo quería demostrarle a mi familia que no era un niño, que podría defenderlos de cualquier hombre a pesar de que solo había matado a bichos y culebras. Pero mis padres no pudieron negarse, el cacique quería que todo hombre peleara.

Mientras más al norte viajabamos, mas de esos hombres nos encontrabamos. Defendimos unas tierras, pero perdimos otras. Lamentablemente, nuestra lucha fue una advertencia para los españoles, quienes se prepararon para la lucha y demostraron más ventaja.

Vi a varios de mi tribu morir, a tan corta edad vi a mis amigos, a mi padre, a mis hermanos ser masacrados sin piedad, al igual que a nuestro cacique. Yo traté de escapar hacia mi madre, pero los blancos me golpearon junto a los demás sobrevivientes de mi tribu.

Golpeado y débil, apenas logré levantarme para defender a mi mamá y a mis hermanas que estaban a punto de ser abusadas por esos malnacidos. Me arrodillé ante el coronel al mando y me miró sorprendido.

Entre lágrimas, le supliqué que no lastimara a mis hermanas. Aunque claro, el coronel no me y eso casi me mata, cuando de repente llegó un soldado.

—El niño suplica clemencia. —Habló el soldado, que al parecer hablaba el idioma pemón. —Le está otorgando su servicio y lealtad, todo, a cambio de que no ultrajemos a las mujeres.

El coronel alzó una ceja sorprendido, y me miró pensativo.

—Parece que... este indiecillo es capaz de abandonar a sus dioses y a su pueblo por nosotros. —Dijo el coronel, mirando al soldado.

El soldado dijo lo mismo pero está vez en idioma pemón para que Merú entendiera.

—¡Si! ¡Hago lo que ustedes quieran! ¡Pero no se las lastimen, yo me voy en su lugar...! —Rogó. —Por favor, déjenlas en libertad...

Entre llanto, dije que haría lo que sea por el bienestar de mi familia y el soldado lo tradujo. El coronel, que era alto cristiano, y porque no había suficientes carretas para llevar a todos los aborigenes sobrevivientes, decidió aceptarme como esclavo y dejarlas huir a nuestro hogar.

Poco después de ser esclavizado, me empezaron a llamar Marú, y con la ayuda de otros esclavos de mayor edad aprendí idioma de los blancos. Tuve que vestirme con ropas calurosas porque me castigaban si no las usaba, y todas las noches me leían un libro sobre un señor todopoderoso, parecido a Makunaima, pero más ambicioso y cruel.

Este Dios me da miedo, dicen que está ahí para castigarnos por nuestros errores. Y yo no sé como obedecerle cuando él me dice que debo obedecer a mis amos si no quiero que me azoten, mientras que mis amos me... llevan a hacer cosas horribles e imperdonables para este Dios.

—Marú.

—¡No quiero seguir viviendo así, Nica! —Sus lágrimas volviero a caer, en pánico. —Me quiero morir, quiero acabar con esto, no quiero extrañar mi casa una noche más...

—No, no digas eso Marú. Eres muy joven, debes seguir ansiando una vida... —Dijo Nica, acariciando su hombro en busca de consolarlo. —Todavía eres joven, podrás volver a casa y verás a tu familia.

—No puedo... —Negó el indio, mirándola a los ojos. —¿Dios no me castigará por ser egoísta?

Nica siempre había escuchado esa palabra: egoísmo. Era un pecado, pero dependía de quien lo ejercía. Ellos no, porque no eran nada, solo esclavos que debían obedecer...

No obstante, sus amos olvidaban que ellos también eran juzgados por Dios.

—A conveniencia de nuestros amos, la biblia solo sirve para torturarnos. —Pronunció la castaña mientras limpiaba las lágrimas de su amigo con la yema de los dedos. —Dios es amor, Marú, no un ser cruel que está al tanto de tus errores. Vive tranquilo, porque una buena persona como tu merece vivir en libertad y si se lo pides a Dios de todo corazón, él te lo cumplirá.

Marú reaccionó de buen humor al apoyo de su amiga, sus palabras ciertamente fueron un alivio en su desesperación.

—Tú... ¿crees que sea posible?

Nica hizo el esfuerzo de no llorar. Su lado inocente, aquel que creía en Dios, quería decirle que todos en la vida recibían lo que merecían. Sin embargo, su otra parte, la rota y lastimada, sabía que el mundo estaba lleno de injusticias que Dios permitía.

—Vas a ser libre algún día, Marú. —Afirmó Nica, dándole un abrazo para que así el indio no la viera llorar. —Te lo prometo...

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Laura Bermea Barrera
se acabó igual que todos que pasó.
rosa elena lopez gil
Que es esto, así no es falta de respeto.
rosa elena lopez gil
Muy buena novela
Maria Pineda
hermosa novela, espero más capitulos porfavor 🥺 felicidades autora 😍
Matilde Muñoz
lo mismo digo son idiotas y no cumplen con lo prometido
Isabel Olivera
mo jodan porq la cortan .
nunca más te leo. q falta de respeto son indeseable, engañan al lector.
Lourdess Aguilar Padron
Excelente... Me quede intrigada a caso Nica lo amara.
Sagaby
Y porque siendo Nica su esclava o doncella no está ni va a todas partes con ella .
Sagaby: Oh, ya entiendo
KLResplandor: Es que la escuela donde Lili da clases es un convento estrictamente católico, y Nica al no estar bautizada como otros esclavos no se la considera digna de entrar a esos lugares.
total 2 replies
Sagaby
Me da tristeza 😢 eh indignación que la supuesta prima que dice que la “ quiere” ni siquiera la allá dejado dormir en su habitación, aunque sea a escondidas.
KLResplandor: Lilianne estaba dormida. De ser así, la dejaba pasar sin dudarlo
total 1 replies
Daniela Rodríguez
será que Antonio gusta de Nika?
el señor Angeli de Liliana 🙈
Maria Escobedo
Bueno
Daniela Rodríguez
autora no tardes en actualizar 🙈
KLResplandor: Mañana publico un capitulo corazón, sin falta 😉
total 1 replies
Sagaby
Creo que ellos están comenzando una linda amistad .
Daniela Rodríguez
me encanta autora 🥰
KLResplandor
Gracias a ti por leer, espero que te esté gustando! 🥺
Daniela Rodríguez
gracias por actualizar autora ,recomendaré tu novela ❤️
Laura Bermea Barrera: Bravo por ti Escritora te pongo un 100 ahí la llevas felicidades buenos capítulos
total 1 replies
Daniela Rodríguez
gracias autora🥰
Daniela Rodríguez
gracias por actualizar 🥰
Daniela Rodríguez: gracias a ti autora 🥰
KLResplandor: Y a ti gracias por leer 🥺
total 2 replies
Daniela Rodríguez
muy buena novela creo merece una oportunidad de leerla
Daniela Rodríguez
cuando el próximo capítulo por favor 🙏🏻
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