Amor de Marisa por Ian. El cual es discapacitado y deberá pasar su vida en una silla de ruedas. Marisa es una joven de 22 años, que proviene de una familia humilde y trabaja como Asistente Personal de Ian Andrew.
Ian es el CEO de una Planta Fundidora, probablemente la mas grande y productiva del país.
Ian está recluido de por vida a una silla de ruedas como consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente automovilístico en el que murieron sus Padres y su Hermana mayor.
Cuando se leyó el Testamento de su Padre, quedó perfectamente estipulado que Leticia Zambrano quedaría como Tutora legal de Ian y que ella debería ir a vivir a la Mansión Andrew y hacerse cargo ella y solo ella de administrar los bienes de Ian hasta que cumpliera los 21 años. Y en ese lapso de tiempo, de los 8 años que tenía Ian al morir su familia , hasta que Ian cumpliera los 21, Leticia Zambrano sería La CEO de la Fundidora, ya que Leticia era una persona integra y honesta. Hasta que aparece Marisa Salvatierra.
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LA LLAMADA
Marisa llegó a su departamento y se dirigió hasta su habitación, buscó su Celular y marcó el número de Ricardo Arias. Después de tres tonadas Ricardo contestó. Hola mi amor, que bueno que llamas.
Hola cariño, contestó Marisa, que bueno que hoy estás de descanso.
Y extrañándote como siempre. A qué debo el honor de tu llamada a esta hora.
Ricardo acabo de hablar con Leticia y me acaba de avisar que la semana próxima voy a acompañar a Ian a un congreso en Nueva York.
Y por supuesto que vas a ir.
No puedo negarme, soy su asistente personal y no hay manera de negarme.
Marisa no me gusta tu trabajo. Casi no nos vemos y no se hacia dónde se dirige lo nuestro. Ricardo por favor, no comiences.
Marisa te siento muy alejada, estás completamente metida en tu trabajo y lo nuestro lo tienes en un lugar secundario.
Ricardo ya lo hemos hablado.
Marisa tu tomas tus decisiones sin siquiera tomarme en cuenta, cuando hablas conmigo lo haces nada más para avisarme lo que vas a hacer, nunca tomas en cuenta mi opinión.
No puedo hacerlo Ricardo, no puedo decirle a Ian que me permita consultar contigo cada cosa que tenga que hacer en mi trabajo.
Con quién vas Marisa?.
Solo vamos Ian y yo.
Y tus padres ya lo saben?.
Aún no.
Y ellos estarán de acuerdo que vayas sola con un hombre?.
Sigues con tus celos. Mis Padres siempre me apoyan, eso lo sabes bien.
Si, lo sé, entonces tendré que seguir dependiendo de tu trabajo para cuando nos veamos.
Si lo quieres ver así.
Hay alguna otra forma de verlo Marisa?.
Esa respuesta solo tú te la puedes descifrar.
Marisa tu no dejas opciones.
Ricardo te he dicho que las busques.
Lo que yo quisiera es que nos casemos para que tu ya renuncies a ese trabajo.
Pensé que te querías casar conmigo por que me amas.
Yo te amo Marisa, en verdad pero te repito, no dejas opciones.
Ricardo sabes que si yo aceptara casarme contigo, la primera condición que pondría es no renunciar a mi trabajo.
Estás enamorada de Ian, Marisa?.
Perdón?. Que clase de palabras estás diciendo?
Solo te pregunto porque pasas mas tiempo con Ian que conmigo. A mi me dejas las sobras de tu tiempo.
Si así lo sientes Ricardo, yo no puedo hacer nada.
Si puedes Marisa, renuncia por favor, quiero pasar mucho más tiempo contigo, salir cada vez que así lo deseemos, hacerte el amor libremente sin que estemos condicionados por tus tiempos.
No lo voy a hacer, quiero seguir trabajando en lo que laboro. Me encanta mi trabajo y cada día descubro cosas nuevas.
No vamos a ningún lado Marisa y eso tu lo sabes bien.
Mi familia depende de mi. Gracias a éste trabajo, mi Papá se atiende en una clínica particular y ha mejorado mucho su estado de salud.
Ricardo estamos hablando cosas que no nos conducen a nada, y si sigues con esa actitud, no me va a quedar otra que irme y darle fin a lo nuestro.
Y te quedarías con Ian, o me equivoco.
La relación con Ian es estrictamente laboral y por lo que veo no confías en mí.
¿Es en serio, Marisa?
Muy en serio.
Te dejo Ricardo, ya me tengo que dormir. Está bien amor.
Mañana te llamo . Besos.
Igualmente para ti Ricardo.