EN LA MIRA DEL DRAGON

(*Fay)

Mi padre me llevo con él a un lugar que parece un sótano donde nos hicieron nuevas identificaciones. Me sorprende como él habla este idioma que no tengo idea de que país es, me indico que haga de cuenta que soy muda, que no emita ninguna sílaba. Lo veo comportarse como nunca, es como si lo hubiera hecho antes, se maneja de una manera tan natural como si nada malo ocurriera, me lleva de aquí para.

Aquí las calles no son pavimentadas, tienen caminos como hechos de piedra, las casas son pequeñas y todas están subiendo una montaña, puedo ver el mar a lo lejos.

El clima es frío, sea lo que sea que mi padre me da me mantiene así, desconfió que es en la comida o en la bebida que me facilita. Pesqué que en su bolso tiene una colección de suplementos que no tiene identificación.

Me empleo en el restaurante de un conocido de él, hago de mesera y él de cocinero, eso me sorprendió sabe cocinar. En casa jamás lo hizo.

Grabo las órdenes que me hacen y de paso voy aprendiendo el idioma de a poco, observando como dicen a cada cosa, estoy como esos bebés que empiezan a gatear para caminar, pero en este caso es el idioma.

Hay otro chico que es mozo, es amable conmigo, me invita siempre una barra de cereal con miel y lo nombra de una manera que me enseña a saber como se llama.

Él tiene una tes clara, pero sus ojos son pequeños que parecen dos pepitas de carbon y su cabello negro lacio corto, es solo un poco más alto que yo, siempre está sonriente.

He dejado de comer lo que me de mi padre, me guardo lo que sobre de aquí al igual que la botella de agua, tomar de la canilla no es opción sabe horrible.

Estoy esperanzada que de este modo recupere mi calor, me siento fatal siendo normal, con mal estares constantes y escalofríos que un abrigo no basta que me cubra para no temblar.

Aquí hay tres tipos de personas, las que son pacientes, las eufóricas y las antipáticas. Cuando me tocaron clientes que parece estar nublado siempre en su mundo no me afecta, no le entiendo el idioma, por lo que solo me limito a tomar su orden y los grabo para pasarle sus quejas a mi padre.

-El de la mesa cinco se queja por los huevos... Ja... Cómo si existiera una manera especial de prepararlos... Y que el café siempre está frío. Comenta mi padre sarcástico y solo le sonrió en respuesta.

Llevo la orden y las reparto. Nuevamente me llama el de la mesa cinco con gestos que se ve está furioso o enojado por algo, al ver que levanta la taza de café puedo darme cuenta a qué se refiere.

Me grita en su idioma, me limito a asentir, pero no me esperaba que me lance el café encima, enseguida se aproxima el otro mozo y le dice cosas en su idioma que no logro entender, me alejo avergonzada y me encierro en el baño.

Está situación me está agobiando, todo es una verdadera caca, pero que puedo hacer no tengo modo de salir o irme, aun no entiendo bien este idioma, y se supone que debemos mantener perfil bajo, no llamar la atención, según mi padre este trabajo nos da la seguridad, para la sociedad no somos nada, vivimos de manera humilde, por lo que no parecemos una amenaza. Van tres meses de esta situación y quiero lanzarme por el acantilado.

Suspiro recurperando la calma me quito el delantal sacudiéndome los restos de café y me enjuagó el rostro. Cuando lo hago siento una emoción que me recorre el cuerpo, después de mucho mis manos están calientes, cualquiera dirá está chica está loca por emocionarse por algo tan simple, pero no tienen idea de lo que eso significa. Por lo que hago la prueba de cargar un vaso de plástico, que hay ahí, de líquido y lo sostengo un rato y compruebo que está tibio después de hacerlo.

Tenía razón mi padre me estaba dando algo, y desde que deje de consumir lo que me daba me estoy sintiendo yo misma nuevamente.

Regreso a mi trabajo me coloco otro delantal.

-¿Estás bien?. Me pregunta mi padre y asiento en señal de que si.

Cuando las cosas se calmaron, me señalan que le lleve café al señor mal educado, no se cansa de consumir ese líquido que aquí parece que no conocen el azúcar.

Al tener mi descanso salgo afuera a contemplar el lugar veo montañas, un cielo azul y el mar de ese color espléndido, a lo lejos árboles cuyas ramas apenas tienen hojas.

El chico sale a pararse a lado mío y saca uno de sus cigarros graciosos que son largos y finos. Me hace gestos por si quiero y niego.

-Chocola. Me dice y lo miro sorprendida por veo que intenta hablar mi idioma.

-Chola... Chocola...Chocolate. Me dice al final y le sonrió aceptando la barra que me pasa.

-Tu... Idioma... Cues... Cuesta. Me explica y suspiro sonriendo.

"El tuyo aún más", pienso.

-Hera. Escucho que me llama mi padre, un nombre tan simple y facil de recordar para mí.

Me despido con un gesto amable del chico y me dirijo hacia donde está él, ya es tiempo de regresar al sitio donde estamos parando que es una habitacion en una casa de huéspedes, la señora quedo viuda y sis hijos se fueron hacer su vida, le quedo una casa enorme y vacia por lo que ahora renta cuartos en ella y asi no se siente tan sola.

-Haz superado este día... Cuando ví que te lanzo el café creí que solitarias alguna palabra pero no lo hiciste. Me dice mi padre.

"Llevo tres meses haciéndome la que no habla, lo tengo asimilado el papel", pienso.

Cuando la noche cae miro el cielo esperanzada de que aparezca Edan y me saque de este suplicio, no dejo de pensar que habrá sido de él.

-Ya hemos gastado nuestro tiempo aquí... Nos mudamos. Me anuncia mi padre.

-Asi que un nuevo destino. Comento suspirando.

(*Edan)

Desde que supe la desaparición de Fay junto a su padre me invadió la tristeza, no podía creer que se la llevará. Según mi padre me informo ella estaba inconsciente cuando se la llevó por lo que teníamos la duda si seguía con vida o no.

Encontraron la camioneta de su padre incendiada, como si sufriera un accidente, pero no hubo restos de ellos por ningún lado.

Mi padre asegura que el señor Aragón es excelente en pasar desapercibido al ser uno de sus labores estar en el sector de inteligencia, que sabe muchos idiomas, es uno de los elementos más apreciados de la fuerza. Aparenta ser una persona tan simple quien imaginaria todo lo que es.

Mi padre también es muy bueno en lo suyo, pero no sé compara al de Fay.

Le asignaron la tarea de localizarlo, por lo que nos mudamos, nos envía en la casa de su hermana, ella tiene dos hijos a Nico que es de la edad de Francis y a Fede que es de mi edad.

Me llevo bien con mis primos, Nico se relaciona más con Francis ellos tiene sus juegos y por mi parte comparto momentos con Fede que es amante del básquet, todo el tiempo está con la pelota en la mano. En el instituto a nosotros nos instruyen en varios deportes entre los que siempre destaque fue en natación y pim pom, dicen que soy bueno pero la verdad casi no les doy importancia.

-Podrias ganar mucho dinero si te lo propones. Me dice Fede que tiene un sueño muy alto de ser alguien muy reconocido en el básquetbol y conocer el mundo. Tiene una personalidad enérgica y alegre, muy contraria a la mía.

-Si tu lo dices. Le respondo comiendo un sandwich que nos preparamos debido a que mi tía trabaja casi todo el día debemos atendernos, solo en la noche ella hace la cena que es el momento que mis primos disfrutan.

-Hola... ¿Qué hay de comer?. Aparece Nico junto a Francis que llegan de la escuela.

-Fijate en el refri. Le responde Fede.

-Puedo hacerme sandwich de mantequilla con maní. Le pregunta.

-Lo que gustes. Le respondió Fede.

-Yes. Grito Nico.

Lo que aprecio que desde que estamos aquí con mis primos Francis ya no se comporta como un bebesito, veo que se prepara junto a Nico su sandwich y no pide que se lo hagan.

-Hola. Aparece mi tía sorprendiendo a todos.

-¿Qué pasó ma?. Le pregunta Fede que le resulta extraño que ella venga a esta hora.

-Me salió un traslado de una capacitación... Así que nos prepararemos para irnos... Ustedes no se preocupen... Ya hablé con su padre ... Se vienen con nosotros. Me anuncia la tía.

Ella es cirujana muy buena en su trabajo y siempre según me dice Fede se capacita, pero es la primera vez que lo hace fuera del país por lo que esta muy animada por ello.

-Es una gran oportunidad... No solo eso... Podré tener la oportunidad de que me tomen y ganar más... Ustedes irán a una mejor escuela. Cuenta animada.

-A mi me gusta mi escuela. Se queja Nico.

-A mi me gusta la idea de conocer otro lugar. Dice Francis.

-¿Qué hay de mis amigos?... ¿De mi chica?. Pregunta Fede y la madre se gira a mirarlo.

-¿Chica?... Si no le hablas... Te la pasas mirándola de lejos... ¿Amigos?... No recuerdo conocer a ninguno porque te la pasas jugando videos juegos... Estoy feliz que tus primos viven con nosotros o de lo contrario no te despegarias de esa consola. Le dice su madre y me aguanto una risa por lo bajo.

-Pero algún día le hablaré... Y tengo amigos... Juego con ellos en línea. Le dice exaltado.

-Donde vamos también tendrán internet y podrás seguir conectado. Le aclara la tía.

-Grandioso. Dice molesto y mi tía queda pensando un segundo y le mira diciendo.

-Tu padre ya no volverá... Debemos seguir adelante. Le dice palmeandole el hombro y se dirige a preparar su bolso.

Se que mi tío formó otra familia y los abandonó siendo ellos pequeños y mi primo siempre lo espera.

Armamos los bolsos a las dos hora estábamos volando dirigiendonos a nuestro destino.

-Haremos un transbordo... Para completar el viaje. Nos avisa mi tía estando en el avión.

-Creo que me cayó mal lo que comí. Comenta mi primo Fede.

-No debiste comer eso... Te advertí. Le digo al recordar que se trago como dos tacos con salsa picante antes de subir al avión en el aeropuerto.

-Tenia ganas de probar. Comenta retorciéndose en su asiento.

-¿Nunca has volado?... Jamás hay que comer nada pesado antes de volar. Le digo.

-Para la próxima. Responde con una expresión seria.

-Vas a poder aguantar. Le consulto.

-Si... Solo es una molestia. Responde.

Después un largo viaje y que mi primo se quejo de su panza pero al final volvió a comer en grande en el avión como si no le doliera nada, llegamos al aeropuerto y la azafata informa que nos quedemos quietos con el cinturón puesto para el descenso.

Veo a mi primo Fede que está pálido, serio.

-¿Estás bien?. Le pregunto tocando su hombro.

-No me hables... Me desconcentras. Me dice serio.

-No te vayas a cagar. Le digo.

-No... Solo debo concentrarme. Me dice juntando sus piernas y aferrándose a su posa brazos.

Escucho que su estómago gruñe peor que dragón.

-No... No. Exclamó. En eso el avión hace su aterrizaje y tres piques hasta apoyarse bien para deslizarse por la pista.

Sentí un olor nauseabundo que invadió el ambiente, me dió arcada. Comencé a toser.

-"Cof" Aaahhh... Que asco. Exclamó tapándome la nariz y veo a mi primo con una cara relajada.

Un tipo que estaba atrás de su asiento se paro vomitando en el pasillo. Todos empezaron a salir apurados queriendo escapar del olor amontonando se en la entrada, hasta la azafata abrió la compuerta y se lanzo primera. Las personas se largaban una tras otra sin esperar su turno, el olor era insoportable. Hasta yo me largue pudiendo respirar por fin.

Cuando miro hacia atrás veo a Fede que tiene una sonrisa aliviado y bajo tranquilo los escalones, pero nadie quería estar cerca de él, todos se tapaban la nariz alejándose con arcadas.

-FEDE... ESTAS EMPAVONADO... AAAHHH... QUE ASCO. Esclamo mi tía junto a mi primo más chico y mi hermano que sostenía de la mano.

-No hermano está vez la hiciste. Se le burla Nico.

-Esto lo grabó. Dijo Francis sacando su celular.

Miro a Fede y su yin está todo empavonado en la parte de atrás que le recorre las piernas y veo que gotea por su zapatilla algo marrón.

-QUE ASCO... YA NO VIAJO JUNTO A TI... NI DUERMO EN LA MISMA HABITACION. Exclamo con arcadas.

-VE AL BAÑO Y ENJUAGATE... QUITATE TODO... ESO HAY QUE QUEMAR... NO LO TRAIGAS DE NUEVO. Le exige mi tía tapándose la nariz.

-Hacen tormenta en un vaso de agua. Nos responde Fede que se dirige al baño y vemos como las personas se tapan la cara y se alejan de él en el camino.

Nosotros caminamos como si no lo conociéramos, sentimos vergüenza ajena, en cambio Fede se ve tranquilo, se relajo y no le importa lo que digan.

-Maldicion no tengo un cambio de ropa en este bolso de mano. Se queja Fede antes de entrar al baño.

-Sufriste un accidente. Escucho la voz de una chica. Se gira y los colores le suben al rostro.

-Si. Respondió con la voz cortada.

-Ten... Es un conjunto de buzo... Creo que te va. Le dice entregándole una mochila.

Él la mira dudando.

-No uso colores llamativos. Le dice señalando su ropa negra y el asiente.

Toma la mochila e ingresa al baño, después de un rato sale.

-Habia una ducha por suerte. Le dice regresandole la mochila.

-Debo irme. Le dijo.

-Espera... No sé tú nombre. Le dice.

-Hera Nikola. Le dijo despidiéndose con la mano.

-Yo soy Federico Mesa. Le dijo gritando.

-Fue un gusto. Le dijo y vio Fede que tenía un ticket de tren con destino Tokio.

Regreso junto a sus primos y Edan se gira sintiendo un perfume conocido.

-¿De dónde sacaste esa ropa?. Le pregunto.

-Ha... Una chica me la dió. Le respondió como si nada.

-¿Una chica?. Le pregunto agarrándolo del hombro.

-Aunque lucía como un chico... Porque tenía puesta una capucha y lentes... Pero se que era una chica... Esas curvas no se pueden ocultar. Comento sonriendo.

-¿Dónde?... Hacia donde fue. Le exigió que le diga.

-Ya tengo los ticket a Tokio. Le anuncia la tía.

-Vamos al mismo destino. Le respondió Fede.