Rhett trabajó mucho para convertirse en un cazador de criaturas de la noche, hasta que un día se entera que su compañero más leal es uno de ellos.
¿Qué hará ahora que tiene un vampiro a lado? Y aún peor, ¿por qué se ha enamorado de él?
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Familia para temer
Estando frente al padre de Daemon el ambiente se siente demasiado pesado, casi como si el lugar estuviera infestado de una neblina muy, muy densa.
No sabe qué hacer con su cuerpo, ¿debería cruzarse de brazos? ¿Lucir un poco más intimidante?, ¿por qué le interesa cómo luce frente a este viejo vampiro? Ah, su vida dependía de qué tan buena impresión dejaría en su presentación.
Mientras tanto, Daemon estaba relajado en su lugar, lo vio cabecear unas cuantas veces por el sueño y luego hacer como si no estuviera por caer dormido en el mármol del suelo.
El viejo vampiro estaba sentado en un gran trono de metal oscuro, lucía exquisito, pero muy incómodo. No pasó por alto que el mago, Azael, se colocara en el lado derecho de su regente.
"Entonces por fin has vuelto", soltó con un bufido Ran, el padre de Daemon. Antes de ir ante su presencia, Daemon le explicó que tenía una edad de más de mil quinientos años y no podía mencionar a los otros vampiros originarios por nada del mundo porque todavía era un tema sensible para el anciano el recordar a sus viejos compañeros.
"Creí que tardarías menos, aposté a qué sería solo un año", Ran dijo con decepción.
Daemon no se inmutó ni un poco, caminó acercándose a su padre y le dio una ligera reverencia. "Bueno, ya estoy aquí, puedes parar de apostar", al escucharlos interactuar de esa forma tan extraña, Rhett se preguntó si la relación entre padre e hijo era así. Fría y medio tibia dependiendo de la situación.
Con una señal de su mano, Ran enfocó a Rhett "¿Es un amigo cazador? ¿Sabe dónde se ha metido?", preguntó como si Rhett no estuviera en el mismo espacio escuchando la conversación.
Antes de que Daemon contestara, Rhett hablo primero "Sé perfectamente donde me encuentro, señor", hizo un esfuerzo por sonar respetuoso, aunque se podía malinterpretar como un acto de rebeldía.
Las arrugas del anciano crecieron en número, si es que eso era posible, cuando escuchó la respuesta de Rhett. "¿Entonces por qué has venido?", exigió saber.
El asunto va a ser así, no tendría un buen recibimiento después de todo. Ya lo sabía, no sería para nada fácil ajustarse a un espacio donde solo habitaban criaturas de la noche como si no fuera la gran cosa.
Se repetía un lema de vida, muchos dirán que es su impulso para tomar malas decisiones: Entre más cueste conseguir algo, más alto es su valor.
"Tenía que conocer al padre de mi futuro lazo de vida", sonrió Rhett. Su uniforme de cazador seguía allí, Ran ya lo habrá notado, el hecho de que es un cazador de tercera categoría y no suponía ni un poco de peligro para cualquiera que se encontrara dentro del castillo.
Ambos, Ran y Azael parpadearon al mismo tiempo, ese humano dijo algo muy interesante, de una mala forma.
En realidad solo estaba jugando un poco, Rhett no tomaría un lazo con Daemon de inmediato. Las reacciones de estos hombres frente a ellos al escuchar la noticia fue más que satisfactoria.
Después de escucharlos, Daemon decidió que debía intervenir. "Tranquilo, padre, todavía no está hecho", con eso Ran se tranquilizó un poco, lástima que Daemon tuvo que volver a abrir la boca con "Pero tampoco planeamos tardar demasiado".
El viejo vampiro golpeó con su puño su propio trono, "Te vas por un pequeño tiempo y ya haces lo que se te da la gana. Mocoso", de verdad lucía enfadado. Su rostro, que se acercaba al azul por el gran nivel de palidez que tenía, subió a rojo en segundos.
"¿Qué te hace pensar que lo permitiré?", exigió saber Ran. El mago que estaba justo a su lado dio un paso al frente y también habló "Esto es una total falta de respeto".
Ninguno de los dos jóvenes dijo nada, Rhett porque no sabía cuál era la mejor opción para responder y Daemon porque ya estaba acostumbrado, su prioridad ahora era ir a descansar a la habitación con Rhett.
"No importa si tengo tu bendición o no, lo haré de todas formas", respondió Daemon. Acomodó su cabello rojizo hacia atrás, como era su costumbre, y tomó a Rhett de la mano, "¿Eso es todo?", dijo.
"Te arrepentirás", dijo Ran con la furia ardiendo en viva llama dentro de su ser.
Rhett no podía creer que estos dos fueran tal para cual, pasaron dos años sin verse y en su primer encuentro terminaron peleados y retando el uno al otro.
Apretó con poca fuerza la mano de Rhett, que estaba perfectamente entrelazada a la suya queriendo decir: Vámonos, nos matará si nos quedamos más tiempo. Tú eres un vampiro, yo soy casi un humano, no sobreviviría a un ataque de él.
Daemon terminó cediendo luego de darle una mirada retadora a su padre, caminaron fuera de aquella gran sala y el aire por fin pasó a sus pulmones.
"¿Tenías que ser tan grosero con tu propio padre?", preguntó Rhett. En el fondo, muy en el fondo, envidiaba ese aspecto de Daemon, que tenía un padre que le preocupaba lo que hacía su hijo y en qué líos se enredaba.
"Ese anciano es siempre así, se le pasará en unos años", explicó Daemon. Pero Rhett no tenía tantos años disponibles para esperar, quiso contestarle.
Cuando llegaron a la habitación la cama estaba tibia, quiso preguntar al respecto, pero solo recibió una encogida de hombros por parte de Daemon, quien se cobijó tan rápido como pudo bajo las sábanas.
"Ven aquí", le llamó el vampiro. La propuesta le pareció tentadora y se dejó influir por ella.
¿En qué momento pasó? Rhett no tenía esa clase de sentimientos por Daemon, pero allí estaban y ahora debía aceptarlos porque entre más se resistía, más intensos se volvían.
Entre sus brazos, Rhett sintió el rostro de Daemon inhalar sobre su cabello.
"Daemon", llamó.
"Mmmmh", recibió como respuesta.
"¿Qué edad tienes?".
El vampiro suspiró, pero no se movió de su posición, "Antes de responder tienes que comprender que las edades funcionan diferentes para los vampiros".
Rhett encontró ese dato fascinante, le gustaría indagar un poco más al respecto y estaba dispuesto a hacerlo, si no fuera porque el ambiente se arruinaría. Entonces contestó con un "Lo entiendo, puedes decírmelo".
"Doscientos años y un poco más", a Daemon no le gustaba mucho decir su edad. Aparentaba el cuerpo de un joven, pero incluso entre criaturas lo consideraban un poco viejo, él no se sentía así, más bien encontraba su edad como simples números que subían conforme él vivía su vida.
Sintió a Rhett tensar su cuerpo, sí, esa era la reacción de cualquiera.
"Eso es increíble", soltó Rhett, siendo honesto esperaba un número más bajo.
"Olvida mi edad, es solo un número".
"Y yo recientemente cumplí los veinte, soy un bebé comparado contigo".
"No digas eso", dijo Daemon, "Es raro si lo piensas así".
Cuando no recibió respuesta, Daemon bajo la vista para encontrar que Rhett se quedó dormido como un tronco sobre su cuerpo. No tuvo la voluntad para moverlo, entonces lo dejó así y apagó las velas. Estar con Rhett cada vez le era más fascinante, no sabría qué hacer si algún día se separan, no lo soportaría.
(a que tienen malos sentimientos hacia él o hablan a espaldas de él)