Amor En La Mentira

Al terminar la reunión con Fabricio Camila fue la primera en salir, por primera vez en mucho tiempo sentía que su corazón quería salir de su pecho, sus manos sudaban y sentía la boca terriblemente seca.

Se dirigió a un baño que estaba cerca y se encerró en uno de los cubículos, intentó calmar su respiración y todos esos sentimientos que pensaba que habían sido olvidados, por lo que si antes tenia un torbellino de emociones y de dudas, ahora sentía que era peor.

Era como si su mundo se hubiera puesto boca arriba, no entendía como Fabricio había llegado hasta allí, se suponía que cuando él se había ido era para estudiar finanzas, ahora era abogado familiar y al parecer uno muy bueno según le había dicho su hermano.

Hacía unos días había vuelto a pensar en él y lo recordaba como ese chico que había dejado de ver hace algunos años, ahora era todo un hombre y había cambiado mucho, al parecer ya no usaba sus lentes enormes y ya su madre no le compraba la ropa.

Se sonrío al pensar en esas cosas, ahora debía pensar en Fabricio como el abogado que llevaría su divorcio y no como el hombre con el que casi tuvo algo hace algunos años, debía calmar su corazón y tomar una decisión.

Estaba de parte de ella seguir con él como abogado o desecharlo como opción, por una parte, debía aceptar que las ideas que había tenido eran muy buenas y contrastaba con lo que habían hecho hasta ahora, por otra parte, sería un duro golpe al ego de Daniel que fuera precisamente Fabricio quien la ayudara a divorciarse de él.

Lo cual le hizo sentir un poco de morbo al tener a los dos hombres enfrentándose en un juzgado, por lo que sentía que debía hablar con Fabricio y dejar claro lo que había sucedido en el pasado.

Aunque en realidad no había sucedido nada y muchas veces él le había dicho que la veía como amiga, había sido ella quien se había ilusionado y se había creado una relación amorosa ficticia, a pesar de todo ella creía firmemente que debía ser sincera con él, sería su abogado y quería que supiera exactamente dónde está pisando.

No le diría que al verlo de nuevo su corazón se había sobresaltado, pero si le comentaría que Daniel podía pensar en que ellos tuvieron algo en el pasado.

Un repique de su teléfono sobresaltó a Camila y se di cuenta de que llevaba media hora encerrada en ese baño, por lo que de inmediato le contestó.

- Ana\, no te vas a creer con quién me encontré hoy... – fue lo primero que dijo\, necesitaba contarle a alguien

-¿Qué pasó? ¿es alguien que debería conocer? – por la voz de su amiga lo que le contaría era importante

-¿Estas ocupada?, necesito verte – no era algo que quisiera hablar por teléfono

-Un poco, pero venme a buscar al trabajo y nos tomamos algo, ¿te parece? – quedaron de acuerdo y Camila colgó la llamada

La tarde se le hizo eterna, así que unos minutos antes se fue casi que corriendo a buscar a su amiga, por lo que llegó antes y tuvo que esperar a su amiga en un restaurant cercano a su trabajo.

Ana llegó un poco apurada y se extrañó al ver a su amiga bebiendo un wiski, cuando ella prácticamente no tomaba.

-Lo que me vas a contar debe ser demasiado fuerte – comentó mientras se sentaba y pedía una copa de vino

-Es Fabricio, ¿te acuerdas de él?, el chico de la universidad – Ana estaba pensativa

-¿¡Fabri!?, sí, claro que me acuerdo, ¡él fue tu primer amor! Y siempre pensé que te casarías con él, creía que te escaparías de tu casa y te irías detrás de él, espera, ¿cómo lo viste? ¿Fue una casualidad? ¿te llamó?, ahora cuéntame – Ana estaba asombrada de oír aquello y de ver a su amiga tan nerviosa

-Resulta que Germán encontró un nuevo abogado para mi divorcio y... es él, Ana, ¡Fabricio es mi abogado ahora! – se tomó el trago de una sola vez

-¡Qué pequeño es el mundo! ¿Y cómo te sientes al respecto?

-Aun no me lo creo, fue tan extraño verlo ahí parado y por un momento fue como si volviera a tener dieciocho años, es algo extraño, pensé que lo había olvidado, pero mi corazón latió como nunca, ni siquiera Daniel me hacía sentir asì – Camila hablaba bajo

-¡Dios mío, Cami! Pero él ha sido siempre tan... ¿Cómo está? ¿Igual de nerd? – la cara de Ana era como de asco

-¡No!, si lo ves no lo reconoces, está guapísimo y con esa madurez que te dan los años, ya sabes. Se ve... se ve bien, Ana y tan profesional, me trató como a una verdadera cliente, no una antigua novia y eso me desconcertó muchísimo, no sé qué pensar – se notaba un poco de tristeza en sus palabras

-Eso debe ser bueno, ¿verdad?, digo, para el proceso de tu divorcio y esa cosa toda, creo que has encontrado a un abogado incorruptible y por fin saldrás de todo esto – Ana estaba esperanzada

-Sí, creo que sí y la verdad, me alivia sabes que puedo contar con alguien competente y, aunque sea raro, conocido, pero Daniel sabe de mis sentimientos por él y no se si vaya a usar eso en contra

- Creo que debes hablar con Fabricio al respecto\, y… ¿cómo se lo tomó él cuando te vio? ¿Qué te dijo? – Ana quería saber exactamente como se sentía su amiga al respecto

-Al principio, hubo una pausa, creo que los dos no asombramos de vernos después de tanto tiempo y luego solo hablamos del caso, me dijo algo como que "Será un honor representarte y asesorarte en este proceso" con esa voz que siempre tenía para hacer que te sientas en calma – Camila intentó imitar la voz de Fabricio durante las comillas

-¡Estoy sorprendida!, pero te conozco y sé que no es fácil para ti, por lo que tengo que preguntarte, ¿crees que puedas manejar esto sin que viejos sentimientos salgan a flote? – Camila hizo una pausa antes de contestar

-No lo sé, Ana, hay tanto en juego y me siento... – Camila hizo otro silencio

-No sé cómo me siento y sé que tengo que ser fuerte, ya que estoy cerrando un capítulo de mi vida y abriendo otro y ahora Fabricio está aquí para ayudarme legalmente y eso debe ser todo, debo poner un limite y debe ser ese – Ana conocía a su amiga y sabia que estaba sufriendo, aunque intentara ser fuerte

-Estoy aquí para ti, ¿lo sabes?

-Sí y te lo agradezco, es solo que, asociar a Fabricio con mi divorcio es lo último que hubiera imaginado

-Pero mira el lado bueno, puede que este reencuentro tenga su propósito y quién sabe, quizás te ayude a sanar de alguna manera – Camila se veía pensativa

-Fabricio está en tu vida por ahora, y sé que tú sabrás cómo manejarlo, si conservas la mente clara y un buen corazón, nada puede salir mal.

-Vamos a ver cómo se desenvuelve todo este asunto… - el torbellino de emociones de Camila estaba en ascenso