UN CORAZÓN DE LUZ, EN UN MUNDO OSCURO

Sharon Ruiz, una mujer de 24, buen cuerpo, se vestía cómo quería, blusas cortas, ropa escotada, ajustada mostrando su hermosa figura.

Sus padres tenían una vecina que se pasaba de criticona, no se la llevaba bien con ellos porque según ella los padres de Sharon se creían de alta sociedad, pero era porque a ellos les gustaba colaborar y ayudar a quien necesitaba si estaba a su alcance.

A la vecina todo eso le molestaba, era demasiado chismosa, el chisme lo ejercía como deporte, pero Sharon la veia mas como una persona resentida, criticaba sin saber, que con el dedo índice señalan la vida ajena y no se daba cuenta de su vida.

En lugar de invertir sus energías en hacer de su vida algo valioso y beneficioso, espiaba la vida ajena buscando el alimento que le diera sustento para lanzar la crítica, la burla, el ataque o el comentario malicioso, Sharon iba pasando cuando escuchó decir a la mujer.

● Un día de esto va a contraer una enfermedad por venderse, quien la ve.

Sharon continuó su camino, sabía que esa mujer y sus hijas nunca perdían oportunidades para lanzar indirectas cuando los padres de Sharon pasaban, lo peor era que vivían diagonal, la madre de Sharon se dió cuenta, cuando Sharon entró a la casa la madre le dijo.

YELI: Hija, por eso es que no me gusta que te vistas así, pero igual ellas se pegan de lo que sea para criticar, porque detrás de esa familia criticona, más la madre, que es el eje de esa familia, ella es la que está dañando a sus hijas, porque es una mujer resentida y poco feliz con su vida, rechaza la felicidad ajena, menosprecia los logros ajenos porque le carcome la envidia por dentro.

La mujer siempre les decía que les iba bien por suerte, porque encontraban padrinos quien los ayudara, pero el trabajo de su esposo como maestro de obra era conseguido por sí solo, por su propio sudor y lágrimas. La mujer usaba la astucia y la inteligencia para dañar, sus críticas reflejaban en la mayoría de las ocasiones el anhelo por experimentar lo que la vida les había negado, o ellos no habían podido lograr. No se preocupaban por mejorar, consideraban que la mejor vía para destacar o sentirse mejor era apagando el brillo que transmitían los demás, se sentían atacados con demasiada facilidad y que veían en ellos un contrincante a quien atacar.

De lo que sí estuvo siempre segura Sharon, y se lo hizo saber a su madre.

SHARON: Nosotros somos más inteligentes, no vamos a caer en sus provocaciones, nunca le hemos contestado y no lo vamos a hacer.

La familia de Sharon eran personas lúcidas, utilizaban la compasión para tomar distancia de la agresión, sabían comprender que detrás de alguien que invertía su tiempo y energía en juzgar, criticar o comentar, había un ser humano tremendamente vulnerable, que se sentía desdichado y que no sabía qué hacer con su vida ni que decisiones tomar para sentirse en paz y lograr mayor satisfacción.

SHARON: Mami, yo siempre tengo presente una enseñanza muy valiosa que leí de Sócrates, quien decía "que antes de abrir la boca y emitir palabra alguna, uno debe preguntarse si aquello que está a punto de pronunciar" ¿es verdadero? ¿Es útil? ¿Es benévolo?

YELI: Estoy de acuerdo hija, las palabras que salen de nuestras bocas no pueden ser recogidas después.

SHARON: ¡Mami! y si le proponemos a papá vender la casa para cambiar de barrio, de ambiente.

YELI: Buena idea hija, por la salud mental de esa familia, y más por nosotros mi amor.

La madre de Sharon le contó a su esposo la idea de su hija y el aceptó, a la semana la casa estaba en venta, la vecina y su familia estaba feliz porque los hicieron vender, pero no sabían que era por condolerse de ellos.

Finalmente, la familia de Sharon se fueron a vivir a otro barrio, estaban tranquilos en su nuevo hogar, Sharon era profesional en trabajo social, tenía días de estar hablando con una compañera de universidad que se había ido a vivir a Cartagena, la estaba ayudando a conseguir trabajo. La mujer le consiguió el trabajo después de un mes, Sharon emocionada le dijo a sus padres la decisión que había tomado.

LIVER: Hija... si ya tomaste la decisión no podemos hacer más que desearte lo mejor.

YELI: Si mi amor, ¡pero por favor! sé muy responsable en todo, mira como te vas a vestir.

SHARON: ¡¡Mami!! yo se como vestirme, no te preocupes.

Los padres de Sharon la dejaron marchar a Cartagena porque sabían que no la iban a hacer cambiar de opinión, y respetaron su decisión, se dieron cuenta que ella con su forma de vestir y su personalidad no le hacía daño a nadie, al contrario, era una mujer de buen corazón.

Ella era una mujer autónoma, le gustaba su libertad para poder actuar de acuerdo con su elección y no con la de otros. No estaba dispuesta a complacer a los demás y cumplir sus expectativas dejando a un lado las cosas que realmente quería hacer, ella no buscaba aprobación de aquellos que la rodeaban.

A Sharon lo único que le importaba eran sus padres y por eso había decidido cambiar de ciudad y vivir su vida lejos de quien la conocía para no hacer sentir mal o culpable de algo a sus padres; ellos la habían criado con buenos valores, pero Sharon siendo mayor de edad decidió cambiar y ya no era culpa de sus padres, ellos habían cumplido como buenos padres, las decisiones tomadas ya eran responsabilidad de Sharon.