Entre El Amor Y El Odio

Renata estaba acostada en su cama con las cortinas cerradas toda la habitación estaba a oscuras, Renata se había marchado de la casa de Marcus y por fin había dado rienda suelta a su dolor, ella no quería vivir, su mundo se había venido a bajo, con la muerte de su pequeño, quería morir para poder estar junto a Luciano, había dejado de comer, no salía de la cama y solo se levantaba para hacer sus necesidades y bañarse, habría acabado con su vida ella misma pero tenía miedo de que Dios no la perdonará y no la dejara estar junto a su ángel. Renata todas las noches lloraba tenía pesadillas pues revivia constantemente el momento de la muerte de Luciano. Ella había dejado que el dolor la consumiera, la vida ya no tenía luz, los colores se habían ido y ahora solo era un lugar cruel, triste y gris.

Lara había intentado visitar a Renata en muchas ocasiones pero ella siempre se negaba, había una señora que la ayudaba con la casa Fredda. Ella siempre le decía que la señora no quería recibir a nadie, Lara cansada de la situación la apartó y casi a la fuerza entro a la casa, corrió hacia la habitación de Renata y al entrar estaba todo el lugar a oscuras asi que fue hacia las ventanas y corrió las cortinas y casi se desmaya por el susto de lo que veía. En esa cama no había un ser vivo, ahí estaba un cadáver, pues Renata estaba pálida, había perdido demasiado peso y tenía unas ojeras muy marcadas, sus labios estaban resecos y su rostro ya no tenía el brillo de antes.

- Como dejaste que esto pasara?

Lara recriminaba a Fredda por la condición en la que estaba Renata

- Déjala, no es culpa de ella

Pues cuando la contrató, ella intervino muchas veces para que ella comiera, y saliera pero fueron tantas las negativas y los no entré aquí, de Renata que al final Fredda se rindió

- Prepara un caldo de verduras rápidamente

Lara se acercó a la cama

- Pero que te has hecho? Sabes que el suicidio no tiene perdón, yo no sé porque hiciste todo esto, no está bien

Lara lloraba, pues nunca pensó que Renata fuera a estar en tan mal estado, pues siempre que la veía con Marcus la veía fuerte, entera, sabía que estaba triste pero no a tal punto

- Te imaginas si yo hubiese llegado un día tarde, tal vez no te alcanzo con vida, Reno no puedes hacer esto, el dolor de perder a Luci debió ser inconsolable para ti, pero dejarte morir, hacerte esto no lo traerá de vuelta

- No, pero me llevará con el, yo no puedo vivir, no quiero vivir, no así sin mi niño, sin escuchar su voz si sus sonrisas, no puedo

Renata lloró y Lara la abrazo y lloraron juntas, después de eso, la levantó de la cama casi a rastras y la metió a bañar, mientras Fredda preparaba la comida que ella había ordenado. Renata no quería comer tenía el estómago cerrado, pero Lara insistió tanto que no tuvo más alternativa que comer, no logró comer mucho pero Lara se conformo con que comiera algo, después la convenció para ir al orfanato pues no había ido desde la perdida de Luciano y le dijo que estar con los niños le ayudaría, Renata aceptó pero le dijo que otro día pues no tenía ganas

- Yo me vendré a quedar unos días contigo ni pienses que te voy a dejar sola después de cómo te encontré

- No es necesario

- Claro que es necesario, Reno tu eres muy valiosa para mí y para la familia lo sabes, ya perdimos a Luci, no quiero perderte a ti también

Ellas se abrazaron y Renata aceptó que se quedara unos días con ella. Los días hiban pasado y Renata ya estaba un poco más repuesta, además Hiba al orfanato tres veces por semana pues verse rodeada de niños mitigaba un poco el dolor, además estaba enfocada en las obras de caridad para recaudar más fondos, pues quería que cada niño tuviera todo y no les faltará nada.

Lara había hablado con su familia sobre la situación en la que había encontrado a Renata y Luciano y Luca daban gracias de que la hubiera encontrado a tiempo, en realidad todos daban gracias pues era muy querida por todos. Marcus después de la marcha de Renata se fue a Estados Unidos pues no podía estar en la casa, llena de recuerdos y tristeza. poco a poco todo Hiba mejorando para Renata y aunque ya habían pasado algunos meses y ya se le veía más repuesta ella seguía vistiendo de blanco además de que cada semana Hiba al cementerio a llevarle flores frescas a su bebé y a contarle todo lo que había hecho en la semana, decía que así se sentía más cerca de Luciano. Bruno por su parte había estado visitando a Renata seguido y la invitaba a salir para distraerse, Renata solo aceptaba cuando se trataba por cosas de beneficencia, pero Bruno no quitaba el dedo del renglón pues se había dado cuenta de que era maravillosa y cada vez su admiración hacia ella crecía más, quería que le diera una oportunidad, pero Renata había sido muy clara con el

- Yo agradezco tus sentimientos y tú sinceridad pero yo no creo que tenga espacio para un romance, además sigo siendo una mujer casada y para mí mala suerte sigo muy enamorada de mi esposo

Aún así Bruno estaba determinado a que ella se enamorara de el, Marcus era un imbécil por no valorar el gran amor de Renata