Jimena una joven de un pueblo de España vieja a los Estados Unidos en busca de un sueño y una vida próspera, allí luego de estudiar comienza a trabajar para Gabriel, un hombre con un oscuro pasado que logra captar su atención, acompañemos a Jimena para ver qué le depara el destino en esta ocasión
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Capítulo 17
Llegó la hora pactada con el señor Sun, él vendría a recogernos para ir al desfile, ya estoy lista así que voy directamente hacia el lobby, me da pena tocar la puerta de mi jefe para ver si ya está listo, al llegar al lobby me encuentro con el señor Sun que ya nos espera, me dice que le avisó a Gabriel y éste se unirá en breve con nosotros.
Me indica que lo acompañe al auto y así lo hago, tomo asiento y lo espero, luego de diez minutos llega él, tan guapo como siempre, me mira toda, parece que le gusta como luzco ya que sonríe, esto hace que me sonroje, nos da las buenas noches y toma asiento a mi lado, se sienta más próximo de lo normal, siento el calor de su cuerpo, estamos casi unidos el uno al otro y eso me gusta.
Llegamos al desfile, el auto se detiene justo en la entrada del bar y Gabriel se baja y va hacia mi puerta, la abre y me extiende el brazo para qué lo tomé. Así lo hago y vamos juntos hacia nuestros asientos en primera fila. El desfile fue todo un éxito, las personas quedaron maravilladas con cada pieza, Gabriel pidió una copia de la grabación del evento para el sitio web, luego el jefe nos invitó a la zona privada para festejar nuestra estancia allí y brindar por un futuro próspero en el negocio y por nuevos proyectos.
Resulta que en Corea era de muy mala educación negarse a beber cuando un jefe invitaba, cuando esto ocurría se debía aceptar, incluso si uno se embriagaba no era mal visto para nada, había hasta lugares donde se podía descansar en caso de que esto ocurriera, fue así que Gabriel aceptó y yo con él. La música amenizada el lugar, ellos hablaban de negocios y mientras yo me dediqué a beber los excelentes cócteles que me brindaban, Gabriel seguía a mi lado así que yo estaba feliz , luego de algunas copas ya podía sentir el efecto del alcohol en mi sangre, pero seguí viviendo no quería ser menos, fue así que llegó un momento que no logré controlar más los cócteles, comencé a sentir náuseas y salí como pude hacia el baño rápidamente, allí terminé vomitando todo.
Gabriel fue tras de mí preocupado, estuvo en cada escena mía, incluso en el baño no se apartó ni un instante de mi lado, luego al ver que no me sostenía muy bien en pie me llevo en brazos hacia el auto para regresar al hotel y que yo pudiera descansar, antes de marchar pidió disculpas a todos, el señor Sun nos llevó al hotel,al llegar Gabriel me tomó nuevamente en brazos y fuimos a mi habitación. El me llevo al baño, me coloco en la bañera así mismo como estaba vestida, solo me quito los zapatos y sentí cómo el agua recorría todo mi cuerpo, estaba helada, sentía como mi cuerpo temblaba pero aun así estaba tan afectada que no la sentía fría.
Estaba vestida bajo la ducha, luego de media hora allí fue que vine a recuperarme algo, Gabriel me colocó de espaldas hacia él y me quitó la ropa, yo ni me resistí, esto era sub real, tenía a mi amor platónico en mi baño, desnuda, pero no por los motivos que yo quería.
Luego tomó una toalla seca y comenzó a quitar mi ropa y secar mi cuerpo , me colocó el albornoz y seco mi pelo con la secadora, yo sólo dejaba que hiciera lo que deseara, estaba aún muy fuera de mi, yo aun estaba un poco mareada, al salir del baño tenía café, refresco y barras de chocolate servido.
Me ordenó comerlo todo, temía que me diera un coma etílico, la verdad que no estaba para discutir ni resistirme a nada, comí y bebí todo sin chistar, aunque de vez en cuando sentía algunas náuseas, me contuve, él se mantuvo a mi lado en todo momento, ya luego de un tiempo comencé a tomar control de mi cuerpo y mente.
Gabriel al notar que mi estado mejoraba, se dispuso a marchar, le agradecí por todo, antes de marchar me dejó correctamente acostada, fue cuando me colocó la colcha para abrigarme que nuestras caras estaban tan cercas que un impulso me obligó a alcanzar su boca con un beso. Sin resistencia nuestros labios hiciera contacto y me correspondió en un cálido, necesitado beso.
Un poco tiempo después me aparto y lo miré a los ojos, el me mira con una mezcla de tristeza, me toma por la nuca y busca mis labios nuevamente, suave y placentero beso, luego besa mi frente y me pide que descanse, dejándome acostada jadeando de deseo por él, mi cuerpo necesitaba más.