La Tormenta Perfecta

Un mes después...

Londres, Inglaterra

Al principio todo fue un caos, no tenía hogar, no tenía a mi esposo, no tenía trabajo, solamente me tenía a mi misma y a mi pequeño bebé, cumplí los seis meses, el bebé cada día está más grande, día a día me fui adaptando a mi nueva vida sin Dylan, recordar esa noche es horrible, escuchar como tenía relaciones con otra mujer era sumamente asqueroso, todo se había terminado, mi matrimonio se había ido al caño, me fui de casa esa misma noche, tomé un vuelo de París a Londres, y aunque fue algo difícil debido a mi embarazo tampoco fue imposible, por suerte tenía mis registros médicos al día, todo estuvo bien, llegue sana y salva, mi teléfono sonaba una y otra vez, pero ya era muy tarde, no había cambio de hoja, Dylan me pidió que me alejara y yo le obedecí, como podría volver con un tipo así, ni muerta lo haría.

Cuando llegue a Londres lo primero que hice que buscar un hogar, rente un departamento en la mejor parte de Londres, tenía suficiente dinero ahorrado de mis ventas, al llegar plasme en papel mis ideas y todas las fui subiendo en línea, ahora ya no podría darme el lujo de abrir mi tienda física, todo lo haría en línea y por medio de un seudónimo, no podía creer que ese idiota me había hecho cambiar las cosas por completo, me había fallado como esposo y como padre, pero a mi hijo no le faltaría amor, más tarde le mandaría la hoja de divorcio lo que más deseaba era estar lejos de él.

Mis creaciones se vendían como pan caliente, no había ningún modelo que no se vendiera, así fue como poco a poco me hice mi reputación, tenía ofertas de trabajo en miles de sitios, me reunía con diseñadores prestigiosos, me había hecho amiga de una diseñadora famosa, junto con ella había preparado un desfile que salió de maravilla, la vida era maravillosa, con o sin Dylan daría lo mejor de mí, me esforzaría para darle a mi hijo lo mejor.

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Hospital de alta especialidad

París, Francia

—un mes, maldita sea Dylan, un mes desde que esa mujer se fue, sabes no puedo creer que no pudiera aguantar el que haya estado con alguien más.—sabes si alguien se tiene la culpa es nada más ni menos que tú esposa, hermanito la verdad es que no sé cómo la soportas te, yo di todo de mi créeme.

Demian hablaba con Dylan, seguía visitándolo al hospital, al día siguiente que el regreso al departamento, se dio cuenta de que isabelle no estaba, había una nota de la mesita de noche que el agarró y leyó.

Querido, esposo.

¡Vete al diablo!, me voy Dylan, pero no porque me lo pidas, me voy porque no te soporto más, tus actitudes, tus desprecios, tus desplantes, ya no soporto más, cada día que pasaba esta relación se iba a pique, trate de salvarla, pero no se pudo, espero que te diviertas con la zorra con la que te hayas revolcado, te haré llegar los papeles del divorcio, no quiero nada tuyo, así que espero firmes y te pudras, querido mío.

Con amor: tu dulce esposa Isabelle

Ps. No me busques, no me llames, porque el día que te aparezcas en mi vida será el último que tengas.

después de haber terminado de leer la carta, Demian se desplomó y lloro, por más que había dicho que no lo haría, no pudo evitarlo Isabelle le había cambiado la vida, tenían planes, y todo lo había mandado al caño por estar bajo los efectos del alcohol, el cual se volvió su consolador, todos los días bebía y se perdía en los vicios, si no trabaja se la pasaba en los bares, cuando iba a visitar a su hermano, era solamente para reclamarle la mala esposa a la que había conseguido; sin embargo, al llegar a casa y recordar los pocos momentos buenos que tuvo con ella lloraba, lloraba como un niño, y es que aunque eran miles de peleas, siempre había reconciliaciones inolvidables, las cenas románticas, los bailes en pareja fueron pocos tal vez como dos o tres, pero todo eso fue porque quería alejarse de ella, la culpa, el estrés del trabajo, y sobre todo las mentiras.

Dylan había tomado esa nota y se la había leído una y otra vez a su hermano, le había dicho que su mujer no valía la pena, que a la primera falla había salido huyendo, sin embargo en secreto la había tratado de localizar pero había fracasado.

—un mes hermanito, y de tu mujer no se ni pío, tal vez murió no lo sé, pero te juro que cuando la encuentre la haré pedirme perdón por haber huido. —espero que tú te levantes pronto, ya no soporto este lugar lleno de enfermos, sabes hay días en los que pienso que desconectarte, pero no quiero, algo en mi me dice que debí mantenerte así, mis padres piensas que tú estás de maravilla, aunque la verdad no sea esa, me he ocupado de todos tus asuntos hermanito.

Dylan mientras estaba frente a su hermano se hacía pasar por un hombre duro y cruel, pero era solo para no mostrar sus verdaderos sentimientos, en secreto el se había enamorado perdidamente de su cuñada, la amaba y es por eso que había provocado todo, aunque dylan estaba en coma el había aprovechado todas las oportunidades para acercarse a Isabelle sin embargo había fallado en todo. Isabelle había escapado, sin embargo el se encargaría de encontrarla.