Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
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Capítulo 15
Quizás mucho antes de que Meredith había despertado, horas, horas eternas la envolvían en profundo sueño, que quemaba su piel y estremecía sus ojos, y lo más profundo de su corazón empezaba a latir con un miedo indecoroso que creció en sí misma a partir de ese día.
Antes de ser Meredith Hockey.
Antes de ser una princesa,
Antes de ser un alma en limbo.
Meredith era otra persona.
Meredith tenía otro nombre.
Meredith tenía otra vida.
Y Abril era el nombre de esa pequeña en desgracia que aún vivía enterrada en lo profundo de ese recipiente en el que ahora habitaba.
Quién sabe cuántos años pasaron antes de que habitó su alma ese cuerpo, o que había pasado con el alma original de ese cuerpo, era incierto, igual que muchas cosas en ese libro.
Abril, su antigua yo leyó ese libro todas las noches dormida en el pecho de su madre, escuchando su voz en susurro que la envolvía en su tierna melodía.
Pero todo lo que comienza debe acabar. Y un día desafortunado su madre murióo frente a sus ojos y por su culpa.
No recordaba correctamente, pero si el rostro lamentoso de su madre.
Un día soleado y con un clima ideal para salir a dar un paseo, Abril salió de su casa tomada de la mano de su madre, impaciente por saber que les esperaría de un día tan hermoso como ese. Habían comprado dulces, unas que otras prendas y un hermoso libro que parecía ser la historia que su madre le contaba todas las noches.
Era muy feliz, y aquel día parecía ser igual de brillante que todos los demás. Y estaba muy emocionada de llegar a su hogar y abrazar a sus hermanos mayores y darles los regalos que les había comprado.
Llegando a su hogar, un poco más lejos, pero no demasiado, solo una pequeña calle que necesitaba cruzar para estar lejos por solo unos pasos, podía observar desde tal lejanía un hermoso jardín lleno de tulipanes rosas que brillaban con el rocío del sol.
Inevitablelemente quiso agarrarlo.
El rocío del sol parecía atraerla a las radiantes flores que brillaban impecablemente ante sus ojos, la atraían, y le gustaba la hermosa vista que se forma ante sus ojos.
Así que, su inociencia quiso atrapar algo que solo podía ver, más no tocar.
Fue tonto, fue estupido, y fue el mayor error que pudo cometer.
Una vez que quiso correr pudo escuchar los gritos indeseables a su alrededor, que la pusieron nerviosa y tuvo que detenerse a mitad de la calle, y lo entendía, un gran camión iba a su dirección, y parecía no detenerse.
Se asustó, si, pero no hizo nada, su cuerpo se quedó estático y sus pies no se movían, incluso en esa situación no podía correr, porque los carros pasaban rápidamente frente a sus ojos.
Pero, incluso si parecía un acto increíble, una mano la empujó lejos, fuertemente, y otra más la arrastró fuera de la calle, causando dolor en sus brazos debido al impacto, seguido de un estallido y una cantidad de gritos.
Después de aquello el sueño se volvió borroso y a la arrastró a una eterna oscuridad que parecía resonar en su cabeza, pero solo eso.
Incluso, podía verse a sí misma, ella en esa profunda oscuridad observaba el pequeño cuerpo de Meredith con una bata blanca, quien la observaba profundamente y no apartaba su mirada de ella.
Fue en ese momento, en ese pequeño instante, que notó que ella no era Meredith en ese instante, ella había vuelto a ser Abril y se enfrentaba a la verdadera Meredith que la observaba profundamente.
— Me alegra que estés aquí.
— ¿..?
— Fue mucho tiempo, Meredith, cambia algo. Haz algo.
— ¡Ack!
Cuando intento decir una palabra su garganta dolió y solo se escapó un pequeño quejido de dolor de entre sus labios. ¿Meredith realmente vivía en su propio cuerpo? ¿Por qué no podía hablar?
— Sobrevive. ¡No! Vive, Meredith.
— ¿Q-qué?
— Arregla aquello que destrozamos.
Y como si fuera una especie de maldición, toda la oscuridad a su alrededor se empezó a desvanecer igual que la vaga imagen de la mujer a sus ojos.
— Tu eres, el verdadero héroe, recuérdalo.
¡No!
¡Espera!
¿Que quería decir con héroe?
Ella no era el héroe. Solo era una extra en esa historia.
Por favor, que aquella mujer volviera y le explicara.
¿Por qué ella estaba allí?
Meredith, vuelve.
Por favor…
......................
Despertó, en ese pequeño instante, Meredith recordó perfectamente el extraño sueño que había tenido y las lágrimas que mojaban sus mejillas. Era tan extraño todo aquello que había pasado.
— ¡Oh Dios!, ¡Princesa! ¡Está despierta!
Una voz la sacó de sus pensamientos y observó el rostro ojeroso y oscuro de Odela, se veía extremadamente cansada, y no lucía bien físicamente.
— ¿Odela?
— ¿Si, princesa? Estaba muy preocupada por usted.
Sollozo suavemente y observó fijamente su rostro, tomando un pañuelo y limpiando sus lágrimas, no había cuestionado el porqué su rostro estaba mojado.
— Estoy bien, ¡Mira, mira!, no te preocupes, ¡Oh! ¿Cuánto eh dormido Odela?
— Dos días completos princesa, realmente estaba muy preocupada.
El rostro de Meredith se pretrifico y su boca se abrió ligeramente, ¿Había dormido dos días completos?
— Los jóvenes caballeros vinieron a ver su estado, incluso el Joven Duque vini a visitarla.
Otra vez, su rostro estaba más conmocionado, ¿Se refería tal vez a Aryed? ¿Cómo había sucedido aquello?
— Fue muy amable, fue él quien me dijo que la princesa se encontraba bien.
— Si… ¿Por qué vino él aquí Odela?
— Acompañó a los jóvenes caballeros princesa, él también es un aprendiz. Fue usted quien lo salvó, ¿No es cierto?
— ¿Oh?
Quizás parecía estar completamente sorprendida, pero a ser cierto aquel desconocido que había conocido en el bosque había admitido que fue ella quien los había sacado de tal situación.
Ósea que, ¿Odela debería saber de su Mana?
— Princesa, ¿Hace cuanto su mana se manifestó?
Contrario a aquello que pensó de la reacción de Odela, parecía extremadamente distinta. Su rostro se veía melancólico e incluso el amor desbordaba de sus ojos.
— No lo sé, solo sentí ganas de vomitar y sucedió eso.
— ¿Eh?
— ¡No! Esa cosa rosada empezó a salir de mis manos, y sentía como si fuera a vomitar pero solo salió y llegamos aquí, y, eso sucedió. No había sucedido antes Odela.
Meredith sintió culpa, tal vez Odela creería que ella no confiaba realmente en su persona. Pero no era así, solo había sucedido y no había podido contarle. Pero ella solo se rio ante las acciones graciosas de la princesa.
— Esta bien, eso fue lo que sucedió, es bueno ver que la princesa posee Mana.
— ¿Lo es?
— Si princesa, aquello solo significa que la princesa es hija de la Duquesa, y nadie podrá negar ese hecho.
Y finalmente, el sol salió por completo y el terror del sueño desapareció, incluso parecía haber quedado en el olvido.
......................
En la oscuridad de la noche, una sombra se manifestó mientras la pequeña princesa se seguía en su sueño profundo.
Tan escurridiza como un insecto y tan silencioso como la madrugada, el cabello castaño y los ojosos verdes esmeralda observaban fijamente el rostro regordete de la princesa durmiente.
Se veía increíblemente pacífica y su Mana seguía descontrolado, aunque se veía más calmado que el día anterior.
Aryed Bailey observó fijamente la figura descansante en la cama. Tenía una sensación extraña en el pecho cada vez que la observaba.
Pero incluso si el hecho le parecía desconocido, incluso extraño al ser la primera vez en toda su vida que veía a una princesa y aún más siendo tan joven.
¿Por qué se sentía tan familiar?
Groseramente, tomó su palma que sobresalía de las cobijas, una muñeca a delgada y helada, era una niña, lo sabía, pero incluso así se veía demasiado diminuta y delgada, pero por una extraña razón el toque se sintió normal.
Era suave, era cálido, incluso si estaba helada, y deseaba en sus adentros poder sostener aquella mano por el tiempo que fuera necesario.
Era extraño, otra vez, nunca antes había sentido aquel sentimiento que se profundizaba en su pecho, y aquel latido impaciente de su corazón al estar tan cerca de ella.
¿Quizás ya se conocían?
Era imposible, era la primera vez que observaba a la joven princesa. Ni siquiera la había conocido en el cumpleaños de la princesa más Joven.
Pero, por algún motivo desconocido.
Sentía la necesidad de protegerla.
— Espero estés bien en tu sueño, Meredith.
La protegería.
— Descansa ahora, princesa.
Porque no era una idea vacía y sin fundamentos. Sentía la necesidad creciente en su pecho y sobresaliente en su cabeza.
Era raro, pero la aceptaba, le gustaba. ¿Era una oportunidad ? Si, porque nunca antes había sentido la necesidad que sentía ahora.
Incluso, estaba decidido a aquello que resultaba extraño para el.
Estaba seguro.
Que algo no estaba bien.
Y el lo sabia.
Lo descubriría.
El demonio de los Bailey protegería a la desgracia de los Hockey. Descubriría que había sucedido en realidad. La cuidaría. Y le brindaría todo aquello que llegara a necesitar.
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Editado.
**Atte: **Amelie Ross.