Valentina Román es alegre, entusiasta, divertida, alguien llena de luz, enamorada por muchos años de Rafael Alcázar uno de sus mejores amigos, el problema el es un Playboy consagrado, por lo que su amor por el es solo un sueño, imposible de cumplirse ¿o no?
¿Que pasa cuando lo imposible sucede?, pero de pronto todo se desploma convirtiendo el sueño en pesadilla.
Acompáñame a averiguarlo.
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Café
(Hola, hola
Paso por aquí para comentarles que en el capítulo anterior subí por equivocacion el de otra historia 🤦, así que para quienes lo leyeron y dijeron, la autora está loca, tienen razón jajajajaja, pero ya lo corregí las invito a leerlo de nuevo...
Aclarado eso, continuamos que esto se va a poner color de hormiga)
- Bella, ¿qué tal tu viaje?, ¿ya viste a mi hermano? – Pregunto Lidia emocionada, con la idea de que su mejor amiga y su hermano por fin se casen, para ella, ellos hacen la pareja perfecta, una que fue separada por culpa de una intrigante mujer, claro eso fue lo que le dijo Sonia cuando Rafael termino el compromiso.
Según ella, una de las antiguas conquistas de Rafael lo había engatusado para que rompiera con ella, aun cuando ambos ya tenían sentimientos y su habían hablado del futuro.
Lidia ingenuamente le creyó, es por eso que aun después de tanto tiempo hace cualquier cosa por ayudarla para que se acerque a su hermano, siempre la invita a los eventos familiares y le informa el paradero de Rafael, haciendo que en más de una oportunidad se hallan encontrado “por coincidencia”, pero como este ha estado muy ocupado con la administración de los hoteles, realmente muy pocas veces ha compartió siquiera unos minutos con Sonia, además aunque nunca encontró pruebas aun sospecha si fue ella quien revelo la noticia a los medios lo que hizo que el poco cariño que tenía por ella se evaporara.
Pero aquí está de nueva, solo que esta vez ya tiene un elaborado plan en marcha.
- Hola querida. – Saludo Lidia con dulzura a su más fiel cómplice. – Ya nos vimos. – Comento con un tinte de emoción en su voz.
- ¿Qué te dijo? – Pregunto Lidia compartiendo su emoción. – Imagino que estaba feliz de verte después de tanto tiempo. – Sugirió feliz.
- Claro que sí. – Aseguró ella, alimentando aún más la mentira de su relación. – De hecho, estuvimos hablando por un largo rato, el mismo organizo mi estancia en el hotel y me acompaño para registrarme. – Conto.
- Que maravillosa noticia. – Chillo Lidia, pues ella está segura de que, si su hermano no había vuelto a salir con ninguna otra chica, aun cuando era bien sabido por todo el mundo de sus mañas, era todo por Sonia. – Esta es tu oportunidad, no puedes permitir que aparezca otra arribista como hace tres años. – Aconsejo recordando con molestia aquello.
- No te preocupes querida. – Comento Sonia con un brillo de seguridad en sus ojos. – Esta vez no lo permitiré. – Aseguro con una sonrisa llena de maldad, mientras enviaba un mensaje
- “Publícalo” – Fue todo lo que escribió y con ello el inicio de su plan maestro.
En tanto Rafael y Valentina inocentes de los crueles planes de esa mujer no supieron en qué momento se quedaron dormidos.
Solo hasta que Valentina despertó intentando abrir sus ojos con dificultad por la molestia que le generaba el sol en su rostro, pero eso no era lo extraño, sino lo fue el peso que tenía sobre su cuerpo, el cual no le permitía moverse con libertad y que al terminar de despertar se dio cuenta de que no era otra cosa sino el brazo de Rafael alrededor de su cintura.
- Pero, ¿Qué rayos? – Murmuro para sí misma.
Pensamiento que no logro terminar de formular, pues rápidamente fue distraída por el fuerte dolor de cabeza que la invadió, lo cual era normal después de todo lo que habían bebido la noche anterior.
- Ay. – Se quejo llevando sus manos a su cabeza. – No puede ser. – Murmuró, intentando zafarse sin mucho éxito.
Ya que Rafael al sentir el movimiento gruñó aun medio dormido.
- Cinco minutos más. – Dijo sosteniendo más fuerte a Valentina para acercarla más a su lado
- ¿Estás loco?, ¿Cuáles cinco minutos?, Levántate. – Protesto, aunque por alguna razón su voz sonó mucho más baja de lo que pretendería.
- Solo un momento. – Murmuro.
- ¡Cinco minutos más y te saco a patadas, te lo juro! – Declaro Valentina acomodándose nuevamente a su lado, si era sincera la verdad es que se estaba muy cómoda allí, era como si después de mucho tiempo por fin estuviera en su lugar en el mundo.
Rafael por su parte sonrió aun somnoliento, sin abrir los ojos, pero feliz de que ella hubiera cedido un poco, aunque era un pequeño paso, para él era suficiente.
Sin darse cuenta se volvieron a quedar dormidos.
Valentina estaba tan cómoda que no fue hasta que una parte de su conciencia recordó con quien estaba que no se despertó por completo nuevamente.
- Si sigues durmiendo así, voy a creer que te gusta dormir y despertar conmigo. – Bromeo Rafael observándola de cerca.
Él se había despertado un rato antes, pero estaba completamente absorto por la imagen que tenía a su lado, era la mujer que amaba durmiendo en sus brazos, en ese momento deseo que esa escena durara para siempre y que cada día pudiera despertar así, pero sabía que aún era muy pronto para ello y que aún le quedaba un largo camino por recorrer para conseguir el perdón de su amada.
La mirada de Valentina también se perdió por un momento en la de Rafael, pues sus ojos decían tanto, pero ella no quería creer del todo, así que para mantener al menos un poco de su conciencia rápidamente lo aparto, aunque no muy fuerte
- Sigue soñando. – Dijo, pero sus mejillas estaban completamente teñidas de rojo por lo intenso de la mirada de Rafael y la situación en general.
Por lo que camino rápidamente al baño, donde una vez cerró la puerta se llevó la mano al pecho, le parecía increíble como era que ese hombre siempre lograba acelerar su corazón de esa forma.
- Eres una tonta. – Se dijo negando con la cabeza, en ese momento no se entendía ni ella misma, por lo que opto por tomar una ducha y dejar sus pensamientos para más tarde, de todas formas, su cabeza aun dolía un poco como para razonar correctamente o quizás eso era lo que quería creer.
Una vez salió del baño no vio a Rafael en la sala, por lo que una expresión triste se apodero de su rostro al pensar que se había marchado.
Pero pronto negó con la cabeza, no podía dejarse afectar por esas cosas se dijo y ya con nueva decisión se dirigió a su habitación para vestirse, pues solo estaba envuelta en una toalla, lo que no esperaba es que al salir del cuarto un delicioso aroma salió de la cocina, haciendo que ella guiada por ese maravilloso olor se dirigiera allí, encontrándose con una increíble escena.
Allí estaba Rafael con su delantal de flores puesto, preparando el desayuno.
Él en cuanto sintió su presencia levanto la cabeza regalándole una hermosa sonrisa
- ¿Café? – Pregunto feliz.
espero que cuando Rafael llame a Valentina otra vez esta responda y le cuente que Sonia fue a verla