El vampiro más tenebroso de todos los tiempos busca regresar.
Su única oportunidad es un corazón puro que posee una chica, la misma de la que su hijo se enamoró...
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Capitulo 15. GRAN ENCUENTRO
Historia desarrollada en la capilla del manto.
El sol era prometedor aquel día. Iluminaba con gran pasión todos los pisos y edificios del pueblo. Gracias a esto hacia resaltar aún más sus colores vivos y su arquitectura colonial. Era un gran espectáculo difícil de ignorar si se paseaba por las calles
En especial, iluminaba la iglesia del manto. Había sido construida en un punto donde el solo la iluminaba desde que salía hasta que se metía, un punto estratégico pedido por el sacerdote que ahí vivía y que desde el momento de su construcción la había proclamando como la más valiosa del lugar.
Ahí estaba él, haciendo sus cosas cotidianas hasta que fue interrumpido por un visitante extraño.
—Buenos días padre.—Lo saludó Walter mientras lo veía decorar su altar.—Me permite un momento.
—Ahora no estoy dando confesiones hijo.—Le respondió Rolando quien le daba la espalda.
—Prometo no quitarle mucho tiempo.—Insistió Walter mientras caminaba hacia él.—Es un asunto importante.
El sacerdote Rolando analizó su tono de voz así como las palabras que había dicho, entendió que era foráneo y que debía escucharlo.
Se giró para darle una atención más adecuada y así entablar la conversación.
—Dime, ¿En qué puedo ayudarte?
Ambos se miraron de arriba a abajo. Se estaban analizando mutuamente para saber si podían confiar el uno en el otro o saber hacía donde dirigir aquella conversación.
Los dos se dieron confianza uno al otro, habían empezado bien aquella reunión.
—Mi nombre es Walter. Estoy aquí como detectar para resolver el caso de las chicas desaparecidas.
Rolando sonrió mientras sus ojos brillaban, al fin había llegado un hombre que le podría ayudar así como poner fin a sus tragedias.
Se acercó a él para darle la mano y ser más cordial.
—Pase por favor. Lo había estado esperando.
Walter se sorprendió por la actitud tan amable con la que lo recibió el sacerdote.
Fue invitado a un cuarto que estaba al fondo de aquel lugar. En el, solía comer el sacerdote, era como un lugar de reunión donde sus visitas eran recibidas.
El detective analizó todo a cada paso que daba. Se dió cuenta que era un lugar pequeño y sencillo pero con todo lo necesario para sobrevivir. Incluso pudo ver aparatos de buenas marcas, así como algunos lujos que él tenía.
Al sacerdote no le importó que lo observaran así. De hecho se sintió halagado en mostrar lo bien que cuidaba de esa iglesia.
—¿Por qué me había estado esperando?—Preguntó Walter una vez que se sentó.
—Porque yo soy de los más interesados en que se resuelva esto.—Le dijo mientras le servía un poco de agua.—Soy el defensor de este pueblo, no puedo estar tranquilo mientras cosas como estás ocurran.
—Entiendo padre.—Walter le recibió el vaso coma agua y de inmediato le dió un trago.—Pero no se preocupe. Yo haré todo lo posible por ayudarlo.
El sacerdote Rolando se sentó quedando justo enfrente de él. Parecía muy interesado en tener aquella conversación.
—¿Ha logrado investigar algo?—Preguntó al detective quien seguía muy analítico.
—Nada en concreto, padre.—Le dijo entre suspiros.—El tema de las chicas me llevó a algo muy interesante, tiene que ver con los orígenes del pueblo y un evento hace 17 años.
El sacerdote comenzó a aplaudir mientras sonreía. Las palabras de Walter le habían alegrado.
—No esperaba menos de usted.—Le dijo aún festejando.—¿Cree usted en lo sobrenatural?
—He visto algunas cosas pero al final todo tiene explicación.
Walter trató de ser lo más respetuoso que pudo con el padre, aunque era claro que él era un hombre de razón y no de espiritualidad.
—Le voy a contar todo en cuanto a este pueblo y su pasado.—Lo miró muy penetrantemente.—Despues usted tratará de darme la explicación y podrá continuar con su investigación...
Historia desarrollada en el colegio de los santos
—¿Así eres de serio u hoy estás de mal humor?
La joven Eliz se acercó por fin a Airet. Lo hizo en un momento de descanso en el que los profesores aún no regresaban al salón después del intermedio.
Darinka la había dejado sola mientras se iba a conversar con sus compañeros. Era algo que no podía resistir.
Airet y Eliz se habían estado observando. El semivampiro lo había hecho no con la intención de conquistarla cómo a las demás, sentía en ella algo diferente, una sensación que le intrigaba...además que le atraía físicamente.
Con su compañera sucedía exactamente lo mismo. Se sentía intrigada por la personalidad de aquel chico. Estaba alejado y solo, se sintió identificada con él y atraída por su físico.
—¿No hablas?
Le preguntó nuevamente tras no recibir respuesta de su compañero. Al menos no una verbal, pues le prestó atención desde que la vió.
—Si...
Le respondió con un tono tan suave pero que dada la distancia fue suficiente para escucharle.
—Wow, ¡Si hablas!—Exclamó con una gran sonrisa para mostrar su carisma.
—¿Cómo te llamas?—Preguntó el vampiro para no terminar la conversación.
—Me llamo Eliz, encantada de conocerte.
Le extendió la mano esperando recibir la suya y así cerrar la presentación.
Airet dudó un poco pero al final le dió la mano creando una conexión.
Pudo sentir una energía muy grata emanando de ella, algo que no había sentido antes, fue tan cálida y placentera que la continúo agarrando más tiempo del que el saludo promete.
—¿Te gustó mi mano?—Le dijo sonriendo.—La tuya es agradable también.
Airet reaccionó y la soltó de inmediato. Se sentía muy apenado con ella.
Al girar su vista pido reconocer que había creado algo con alguien desconocido, un vínculo y eso no le había desagradado...
Historia desarrollada en la iglesia del Manto.
—¿Me está diciendo que este pueblo es gobernado por un ser siniestro que no es humano?
Walter estaba incrédulo ante la historia que le había contando el sacerdote, era de esperarse aunque en cierto punto había conexiones que le ayudaban en la investigación.
—Gobernó, aunque estoy seguro que aún tiene influencia sobre los habitantes.
El padre estaba muy tranquilo después de haber contado aquello. Era como si se hubiera liberado tras hacerlo. Era la primera vez que se lo contaba a alguien.
—Padre, con todo respeto.—Walter se levantó para hablar.—Es una linda historia para entretener pero yo vengo a resolver un caso real.
—Supongo que es más sabio tomarme por un loco mentiroso que abrir su mente a la posibilidad.—Le respondió aún tranquilo y bebiendo un café.
—Mi mente siempre está abierta a la posibilidad pero con situaciones reales, no con leyendas urbanas.
—Muy bien.—Por fin se levantó el sacerdote.—Es todo lo que le puedo ofrecer de información con un testimonio.—Comenzó a caminar hacia la salida.—Si usted es buen detective, llegará a la misma conclusión y me vendrá a buscar. De lo contrario solo se irá del pueblo.
Las palabras habían llegado al orgullo de Walter. Era una realidad que había investigado y no encontró nada sólido respecto al caso. Las jóvenes estaban desapareciendo y el no encontraba una pista clara del cómo y por qué.
La versión que ofrecía el padre le ayudaba a entender lo que sucedió en el pueblo y porque no había registros, pero lo demás sonaba a locura.
—Suponiendo que sea verdad y que haya un loco que se alimenta de sangre viviendo en la casa del antiguo gobernador.—Queria seguir reclutando información de aquella teoría.—Supongo que no tiene pruebas ni algo más que ofrecer.
—Supone mal detective.—Le respondió mirándolo a los ojos.—¿Le parece poco que el gobierno actual no haya ocupado aquella casa? o ¿qué a pesar de todo no tomen decisiones por si solos? Tengo aquí algunas cartas y mensajes de años pasados donde Lor, el antiguo gobernador, firma y autoriza que se realicen cosas en el pueblo.
Walter se mostró intrigado por aquello.
—Eso no lo hace un asesino.—Le dijo desaprobando la situación.—Lo hace un controlador político, no es la primera vez que veo a uno.
—Claro que no tengo pruebas suficientes, al menos no de las que usted busca.—Le respondió decepcionado.—Pero le estoy diciendo dónde y en quien puede basar su investigación. Es mucho avance.
Walter había decidido escuchar al padre. Siendo un caso sobrenatural o no, estaba claro que había algo raro y que la política estaba relacionada.
Concluyó en que sería buena idea continuar a su lado en los días que restaban por investigar. Además de escuchar y seguir lo que aconsejaba.
El padre estaba a punto de convertirse en un buen guía para él, el mejor aliado en aquel pueblo.