Julieta se ve enfrentado la pobreza luego de vivir toda su vida siendo una consentida niña de papá. Con su esposo muerto y una demanda por embargo de la noche a la mañana queda en la calle sola y confundida. Que cosas misteriosas le tendrá el destino preparado a una mujer dispuesta a salir adelante cueste lo que cueste.
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Era una realidad.
Su mirada me analizaba todo el tiempo poniéndome extremadamente nerviosa, pero aun así no le deje ver que lo estaba.
- Admiro su confianza señorita Solano, pero tendrá seis meses para probar de que está hecha. Le daré el financiamiento para tener su local y pondré a su disposición a algunos modelos de alta categoría para la publicidad. Si en seis meses me demuestra que vale la pena tomar su palabra le daré un contrato extendido y una afiliación directa con mi empresa. ¿Le parece bien?
- Me parece increíble señor y prometo no defraudado, es más lo dejaré con la boca abierta se lo juro por mi honor.
- Me gusta esa actitud, mi secretaria redactará el contrato mostrando los números que espero ver en este transcurso de tiempo, puede ir con ella.
- Muchas gracias por esta oportunidad y aquí tiene una muestra de gratitud.
- Muchas gracias.
Salgo junto a la secretaria rumbo a otro cuarto, en todo el camino la mujer no deja de decir cuanto le gustaron mis diseños.
- Este sin duda es mi favorito.
- ¿Los quieres?
- No, como podría costear algo tan valioso y único con mi sueldo.
- Si te gustan te los puedo regalar.
- Estás jugando conmigo, acabas de decir que llevas meses trabajado en ellos.
- Bueno son un regalo, pero a cambio cada vez que alguien te pregunté donde los conseguiste tienes que decir que de mi tienda. Tú siempre estás con el jefe así que muchas personas importantes te ven.
- Me usarás para promocionar tu producto, eres muy buena, lástima que como soy una persona común nadie me creerá que son costosos y originales.
- Vamos amiga aunque no funcione tú ya tienes un par que nadie más tiene. Sé feliz con eso así como yo lo soy.
- Sin duda alguna los luciré y te daré todo el crédito. Mi nombre es Mercedes.
- Julieta.
La veo redactar todo y me deja leerlo tranquila tomando una taza de té. - Mercedes como es el señor Raynols.
- Es un buen jefe, si trabajas duro verás que es justo y cooperativo.
- Bien ya firme los papeles y estoy feliz de poder trabajar contigo Mercedes.
- Yo igual Julieta, estoy aquí para todo lo que necesites.
Mientras hablamos escucho la puerta abrirse y es el jefe.
- Veo que ya te llevas bien con mi secretaria.
- Ella es muy simpática. Muchas gracias por esta oportunidad.
- Tengo un buen presentimiento así que espero que trabajemos bien en este periodo.
- Delo por hecho señor.
Estrecho su mano y salgo con mis documentos emocionada, contenta, increíblemente feliz. Son tantas emociones que no sé cómo describirlas a todas juntas.
- Ella es muy buena.
- Sin duda alguna lo es Mercedes, veremos como nos sorprende en estos meses. Oh también te regalo un par a ti.
- Desde ahora son mí par favorito. Espero que en el futuro me compres algunos más cariño.
- Todo lo que me pidas amor.
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Abajo Romeo me esperaba con un ramo de flores. - ¿Cómo te fue?
- Míralo por ti mismo.
- Ya lo sabía. Felicidades, Julieta.
- Gracias aunque tengo que trabajar muy duro por seis meses eso no me desaliento en lo más mínimo al contrario estoy más motivada que nunca.
- Esa es la actitud. ¿Faltan dos pares?
- Ah si le di un par al jefe y otro a su secretaria.
- ¿Por qué a la secretaria?
- Fue muy linda y buena conmigo.
- Julieta trabajaré muchísimo para lograr esos trabajos, no puedes simplemente regalarlos.
- Está bien, puedo darme ese pequeño lujo, además es promocionar mi trabajo sin pagarle a la modelo.
- No funciona así.
- Vamos hombre hoy es un día para estar felices ya deja de pensar en esto y celebremos.
- Lo siento tengo que volver al trabajo, te llevo y salgo de inmediato.
- Oh entiendo, te espero está noche entonces.
- Suena grandioso, vamos señorita la llevaré a su hogar ahora.
- Gracias, caballero. Me encantaron las flores.
- Me alegra, ahora vas a poder adornar tu nuevo lugar de trabajo con ellas y pensar en mí mientras tanto.
- ¿Estás coqueteando conmigo?
- Ja Ja ja Tú que crees Julieta.
- No me gusta esto Romeo si tienes algo que decir solo dilo de una vez, no me gusta jugar a las adivinanzas.
- Bueno pensé que era lo lógico luego de lo que pasó anoche.
¿Lo que pasó anoche? ¿Acaso no fue un sueño y en realidad él y yo?
- Dijiste muchas cosas hermosas, pero ahora actúas como que nada pasó y eso me desconcierta, mucho más cuando dices que yo soy el que juega cuando claramente eres tú Julieta la que está jugando con mis emociones.
¡Oh no! Entonces la charla que tuvimos mientras me llevaba a mi cama si fue real. ¿Qué más lo fue y desde cuando comencé a soñar?
