es una historia conmovedora y apasionada que explora temas como el amor, la identidad y la aceptación. La novela sigue la vida de Orange y Geovanni, dos amigos de la infancia que se reencuentran años después y reavivan una conexión profunda que evoluciona hacia un romance intenso.
La trama gira en torno al descubrimiento de la sexualidad y la lucha por la aceptación en una sociedad conservadora. Orange, un joven introvertido, se siente atraído por Geovanni, un hombre seguro de sí mismo y físicamente atractivo.
NovelToon tiene autorización de HUGO VELAZQUEZ ORTIZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un Paso Ala Vez
La emoción de la boda llenaba el aire de El Zompantle. Orange y Geovanni se sumergieron en la frenética planificación, cada decisión una pequeña victoria en su camino hacia el altar. Sin embargo, bajo la superficie de la felicidad, latía un subyacente nerviosismo.
"No puedo creer que esto esté sucediendo", susurró Orange, mientras revisaba los bocetos de la decoración floral.
Geovanni, a su lado, sonrió. "Y pensar que todo empezó con un encuentro casual en ese café."
Los días se convirtieron en una vorágine de pruebas de comida, elección de flores y discusiones interminables sobre los centros de mesa. Cada decisión parecía insignificante comparada con la magnitud del compromiso que estaban a punto de hacer, pero al mismo tiempo, cada detalle era crucial para crear el día perfecto.
Una de las tareas más emocionantes fue la elección de los trajes. Ambos habían decidido buscar algo clásico y elegante, que reflejara su personalidad y el estilo de la boda.
"Creo que me gusta este," dijo Orange, señalando un traje de color gris perla con un corte impecable.
Geovanni lo miró de arriba abajo. "Te ves muy bien, pero creo que este otro te sienta mejor." Señaló un traje azul marino con solapas satinadas.
Después de probarse varios modelos, Orange finalmente se decidió por un traje gris oscuro con un chaleco a juego. Geovanni, por su parte, optó por un traje negro clásico con una camisa blanca y una corbata de seda gris.
"Estamos listos," dijo Geovanni, mirándose al espejo.
Orange asintió con la cabeza, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción.
"No puedo creer que nos vayamos a casar," dijo.
"Yo tampoco," respondió Geovanni, acercándose a él y besándolo.
A pesar de la emoción, la planificación de la boda no estuvo exenta de contratiempos. Las cancelaciones comenzaron a llegar una tras otra. Proveedores que no cumplían con lo acordado, invitados que no podían asistir por motivos imprevistos. La tensión aumentaba con cada llamada.
"¡No entiendo por qué todo tiene que ser tan complicado!", exclamó Orange, frustrado.
Geovanni lo tomó de la mano. "Respira profundo. Recuerda por qué estamos haciendo esto."
Un día, mientras paseaban por las calles de El Zompantle, buscando un poco de paz, recibieron una llamada inesperada. Era Pedro.
"Orange, necesito hablar contigo," dijo su padre, su voz fría y distante. "Tengo algo importante que decirte."
Orange sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que esta llamada no presagiaba nada bueno.
"Padre, ¿qué pasa?" preguntó, tratando de mantener la calma.
"No puedo seguir mintiéndote más," respondió Pedro. "He estado investigando sobre tu... situación, y he llegado a una conclusión."
Orange sintió cómo el mundo se le venía encima. ¿Qué podía decir su padre que no supiera ya?
"Y esa conclusión es..."
Pedro hizo una pausa dramática. "Que estás cometiendo un gran error."
Orange colgó el teléfono, furioso. Geovanni lo abrazó con fuerza, tratando de calmarlo.
"No le hagas caso," susurró. "Nuestra felicidad no depende de su aprobación."
A pesar de los obstáculos y las tensiones, Orange y Geovanni lograron superar cada desafío. El día de la boda llegó finalmente. El sol brillaba intensamente sobre El Zompantle, pintando el cielo de un azul intenso. Los pájaros cantaban alegremente, como celebrando la unión de la pareja.
Orange se vistió en la casa de su infancia, rodeado de sus seres queridos. Al salir al jardín, respiró profundamente el aire fresco y sintió una sensación de paz. El Zompantle, el lugar donde había crecido y donde había encontrado el amor, era el escenario perfecto para este nuevo capítulo de su vida.
Cuando llegó a la iglesia, vio a Geovanni esperándolo en el altar. Sus ojos se encontraron y una sonrisa iluminó sus rostros. En ese momento, todas las preocupaciones y los miedos desaparecieron. Solo quedaban ellos dos y el amor que los unía.
La ceremonia fue sencilla pero emotiva. Las palabras del sacerdote resonaron en la iglesia, llenando el corazón de los presentes de esperanza y alegría. Al intercambiar sus anillos, Orange y Geovanni se prometieron amor eterno.
Al salir de la iglesia, fueron recibidos por una lluvia de pétalos de rosa. Los invitados los felicitaron y celebraron su unión. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la noche, llena de risas, música y baile.
Orange y Geovanni se miraron a los ojos, sabiendo que habían encontrado su felicidad. A pesar de los obstáculos, habían logrado construir una vida juntos llena de amor y complicidad.
"Estás radiante," le susurró Geovanni a Orange.
"Y tú, simplemente perfecto," respondió Orange, devolviéndole la sonrisa.
Al entrar al salón, los aplausos y los gritos de alegría los envolvieron. Los invitados, vestidos con sus mejores galas, los miraban con admiración. La banda en vivo comenzó a tocar una melodía suave y romántica mientras los novios se dirigían hacia el altar improvisado.
La ceremonia fue breve pero emotiva. Las palabras del oficiante resonaron en el corazón de todos los presentes. Al intercambiar sus anillos, Orange y Geovanni se prometieron amor eterno.
Después de la ceremonia, los invitados se dirigieron al salón para celebrar. La pista de baile se llenó rápidamente, y la gente bailaba al ritmo de la música en vivo. Orange y Geovanni se perdieron en un abrazo mientras la banda interpretaba su canción favorita.
"Nunca había imaginado un día así," dijo Orange, sus ojos brillando de felicidad.
"Yo tampoco," respondió Geovanni, besando su mano. "Es perfecto."
El pastel de bodas, una obra de arte comestible de tres pisos, adornado con flores blancas y cintas de satén, fue el centro de atención de la fiesta. Cuando los novios cortaron la primera rebanada, los invitados estallaron en aplausos.
"¡A la salud de los novios!" gritó alguien desde la multitud.
Las copas se levantaron, y todos brindaron por la feliz pareja. La fiesta continuó hasta altas horas de la noche, llena de risas, música y baile. Los invitados compartieron anécdotas y recuerdos de Orange y Geovanni, creando un ambiente cálido y acogedor.
Al final de la noche, agotados pero felices, Orange y Geovanni se retiraron a su habitación de hotel. Desde la ventana, podían ver el mar, iluminado por la luna llena.
"No puedo creer que esto sea real," susurró Orange, acurrucándose junto a Geovanni.
"Es más real de lo que jamás imaginé," respondió Geovanni, envolviendo a Orange en sus brazos.
A la mañana siguiente, Orange y Geovanni se despertaron con el sonido de las olas. Habían decidido pasar su luna de miel en Cabo San Lucas, un lugar que siempre habían soñado visitar.
Pasaron los días entre largos paseos por la playa, cenas románticas a la luz de las velas y baños refrescantes en el mar. Visitaron el Arco de los Cabos, nadaron con los leones marinos y disfrutaron de la belleza de la costa.
"Este es el mejor viaje de nuestra vida," dijo Orange, mientras observaban el atardecer desde un acantilado.
"Estoy de acuerdo," respondió Geovanni, tomándole la mano. "Pero nuestra verdadera aventura comienza ahora."
De vuelta a casa, Orange y Geovanni se instalaron en su nuevo hogar. La vida cotidiana se mezcló con la emoción de su nueva etapa. Continuaron trabajando en sus proyectos, explorando nuevos hobbies y disfrutando de la compañía del otro.
Años más tarde, sentados en su porche, mirando el atardecer, Orange y Geovanni recordaron su boda. La felicidad que habían sentido ese día seguía siendo tan intensa como el primer día. Se habían convertido en una pareja sólida y unida, y su amor seguía floreciendo con el paso del tiempo.
"Nunca me cansaré de ti," le dijo Orange a Geovanni.
"Y yo nunca me cansaré de ti," respondió Geovanni, besando su mano.
La habitación, envuelta en una penumbra cálida, era un santuario de amor. Los cuerpos de Orange y Geovanni se deslizaban uno contra el otro, perdidos en un mar de sensaciones. La música suave creaba un ritmo lento y sensual que guiaba sus movimientos.
"Eres tan hermoso," susurró Orange, acariciando el rostro de Geovanni.
"Y tú, simplemente perfecto," respondió Geovanni, su voz ronca por la emoción.
Sus miradas se encontraron, llenas de deseo y complicidad. Con un gesto suave, Orange trazó la línea de la mandíbula de Geovanni con la yema de los dedos. Geovanni estremeció ante el contacto, sus ojos se cerraron con placer.
"Me pierdo en ti," suspiró Geovanni, acercándose para besarlo.
El beso fue profundo y apasionado, explorando cada rincón de sus bocas. Se separaron momentáneamente, jadeando por aire.
"Quiero sentirte más," susurró Orange, su voz temblorosa.
Geovanni sonrió y comenzó a desabrochar la bata de seda de Orange. La suave piel de él se reveló a la luz tenue de las velas, invitándolo a explorar.
"Eres tan hermoso," repitió Geovanni, sus dedos trazando delicados círculos en la espalda de Orange.
"Y tú me haces sentir tan especial," respondió Orange, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Geovanni.
Se entregaron el uno al otro con una intensidad que los dejó sin aliento. Cada caricia, cada beso, era una promesa de amor eterno.
"Nunca quiero que esto termine," susurró Orange, aferrándose a Geovanni.
"Yo tampoco," respondió Geovanni, su voz ronca por la emoción.
La noche se prolongó, llena de caricias y besos. Se amaron con una pasión que los transportó a otro mundo. Al culminar su encuentro, se quedaron abrazados, sintiendo el calor de sus cuerpos entrelazados.
"Esto ha sido increíble," susurró Orange, enterrando su rostro en el cuello de Geovanni.
"Lo más increíble de mi vida," respondió Geovanni, besando la cima de su cabeza.
Con una sonrisa, Geovanni se inclinó y besó suavemente los labios de Orange. El beso era suave y lleno de ternura, un contraste perfecto con la pasión que habían compartido momentos antes.
Se quedaron así un rato, abrazados y en silencio, disfrutando de la calidez de la noche y de la compañía del otro. Poco a poco, el sueño los venció, y se quedaron dormidos, envueltos en los brazos del otro.
Al amanecer, se despertaron en los brazos del otro, sintiendo una profunda sensación de felicidad y plenitud. Sabían que este era solo el comienzo de una larga y feliz historia de amor.
excelente historia diférente enamorada de tu trama 💯♥️♥️♥️🌹🇨🇴🤩🇨🇴🇨🇴🇨🇴🌹🌹